Capitulo 12

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POV Elena

Es el chico que me miraba fijamente desde la ventana esa vez, estoy segura. Esto me hizo sentir tan incómoda e inquieta, es como si algo me diera a entender que debía salir de ahí cuanto antes.

Pero entonces al entrar, él cerró la puerta y fue a dar aviso de nuestra llegada, dejándonos en el pasillo.

Dentro pude observar que los muebles tienen un estilo antiguo también y una bonita lámpara de techo de bronce en el centro de la sala. En esta ocasión nos quedamos todos absortos mirando el lugar de pie y en eso vemos que la Señora Mikware viene hacía nosotros junto con el pelinegro.

—¡Qué bueno que ya están aquí! —dice entusiasmada— gracias por aceptar mi invitación, tomen asiento por favor.

Nos sentamos los unos frente a los otros y yo quede frente a la Señora Milware —Rackham —llama al individuo de intensa mirada que estaba parado a su lado y le susurra a su oído de forma confidencial para luego marcharse.

—Y bien, ¿qué le ha parecido la casa?

—Es una casa única —dice mi padre.

—Sí, muy única —afirma la Señora Milware y nosotros solo asentimos con la cabeza—. Gracias, Rackham —expresa al recibir una tasa que traía él chico en una bandeja junto con 4 más.

Nos entrega a cada uno la tasa de té o eso es lo que creo que me pareció al probarlo —¿les gustaría pasar al jardín?

—Por supuesto —responde mi madre.

Colocamos las tasas en la mesa y nos dirigimos hacia el jardín —¿el clima siempre es así? —no pude evitar decir.

—Sí, por lo general. Estos lugares como estamos tan cerca del bosque suele haber mucha neblina aquí, principalmente en la mañana y en la noche —me explicó —. Oh vengan, les mostraré el resto de la casa ya que el clima está algo frío —añadió y la verdad que, si está frío, pero yo decidí quedarme un poco más afuera.

—A usted debe gustarle el frescor que brindan estos árboles —exclama Rackham poniéndose a mi lado.

—Sí, me gusta —lo observo y él se acerca más a mi como examinándome.

—Te pareces mucho a tu madre, Elena —dice esto último como si estuviera saboreando mi nombre en su boca.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—La señora Milware, me habló de ti y el resto de tu familia. Estaba muy emocionada cuando volvió al país y sabía que el único pariente que le quedaba no estaba lejos de esta propiedad —yo solo asentí de forma pensativa.

—La historia trágica de tu madre, debió ser muy fuerte para ella. Lo mejor de todo es que pudo conocer a tu padre y lograr tener una linda criatura, incluso más que ella —manifiesta tomando un mechón de mi cabello y pasarlo tras mi oreja.

Di un paso hacia atrás desestimando su contacto y él sólo sonríe mostrando su perfecta dentadura.

—Elena, ya nos iremos a casa, así que ven a despedirte —nos informa Beki, haciendo que la sigamos dentro.

—Espero que puedan venir otro día y pasar más tiempo —dice la Señora Milware en cuanto estoy dentro para marcharnos.

—Por supuesto, vendremos encantados —expresa mi madre con felicidad.

Nos despedimos y subimos al vehículo —Antonio no estaba en la casa al parecer —digo observando por el cristal al pelinegro y la Señora parados frente a la puerta.

—Había salido de la ciudad por asuntos del trabajo —escucho que responde mamá.

No quiero hacerme suposiciones sobre la extravagancia de ellos porque al juzgar a los demás entonces serás juzgado (Mateo 7,1).Pero no puedo evitar pensar en Rackham con su insólito comportamiento.
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Después de aquella visita a la sombría casa, he podido dormir en las noches, ya no me despierto pero aún tengo ese sentir de que algo está ahí y no sé si es bueno o malo.

—Elena, Matthew está abajo esperándote —me avisa mi madre.

—Ok, ya voy —le contesto.

Quise hablar con Matthew sobre esto ya que me había dicho que hizo una investigación sobre ello y tiene una idea de lo que puede ser. Entonces bajo rápidamente las escaleras para ir a la sala.

—Hola Elderes —digo acercándome a ellos.

—Hola —dicen al mismo tiempo—. ¿Cómo está? —argumenta Matthew.

—Estoy bien, ¿ustedes?
—Muy bien —responde su compañero.

—Estamos bien.

—Me alegro, y bien, ¿qué es lo que descubriste?

—Hay dos cosas, la primera: ¿cuándo oras le pides al espíritu santo que lo haga contigo? —cuestiona Matthew.

—Uhmm, la verdad es que no —articulo.

—Bueno, me imagino que sabes lo que es espíritu santo. Que es nuestro ayudador ya que nos da dominio propio para no caer en la carne, consolador en los momentos de dolor y es increíble cómo nos recuerda versículos de la biblia cuando lo necesitamos, además, de que esto casi nadie lo sabe o es consciente de que El es una persona —me explica.

—¿Una persona?

—Te contaré esto, hubo un tiempo que me pasó algo parecido pues, yo pensaba que El era como el vapor que a veces flota alrededor de nosotros pero aprendí entonces que El es real y que tiene una personalidad —dice—.Piensa en esto, ¿qué hace a una persona?, ¿no son sus cualidades? Por ejemplo, cuando vas a un funeral y miras el cadáver lo que percibes es un cuerpo que está sin vida ¿no es así? Por lo tanto, lo que hace a una persona no es su cuerpo si no, lo que hay dentro de ti, como intelecto, emociones, voluntad, sentimientos y todo esto son características que hacen a una persona y le da su personalidad. Lo que te esté pasando puede ser que sea El espíritu santo y Satanás este tratando de evitar su comunión y, asimismo, produciendo miedo porque cuando lo contristas por pecar das paso al mal y se aprovecha.

—Vaya, eso es realmente... —digo procesando la información.

—Ya se, es mucho, te daré un consejo. Cuando ores trata de ver que sientes cuando escuchas en volumen alto alabanzas o cantes principalmente, porque los espíritus inmundos se van, ya que no soportan que adoren al Señor —declara.

—Está bien, voy a intentarlo.

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