Capitulo 29

46 10 0
                                    


POV Yessica

Llego a la casa de Scott pago al taxista y como no tengo las llaves toco el timbre y me abre la puerta Charlot la hermana de Scott.

—Hola—digo.

—Hola—dice y hace una mueca de desagrado al verme—¿y dónde estabas tú?

—Yo estaba en la casa de un familiar de una amiga—respondo y ella solo me observa cómo si estuviera evaluándome y tal parece que no me cree—¿Scott salió? —pregunto.

—Él se está preparando para ir al gimnasio—articula y yo asiento con la cabeza pensativa.

—¿Será que va a pelear con...? —digo internamente y me dirijo al cuarto para tomar una siesta.

Y al tener como 3 minutos acostada, escucho la puerta abrirse, luego siento que me besan en la frente entonces abro los ojos.

—Yessica, voy a ir al gimnasio. Descansa—dice y se voltea para irse, pero yo agarro el borde de su camiseta con fuerza y se detiene.

—¿Vas a pelear hoy con Richard?

—No debes preocuparte por ello, haré mi mejor esfuerzo para ganarle—exclama y aprieto con más resistencia su camiseta.

Se voltea y afloja mi agarre—ya lo he decidido y quiero hacerlo—expresa y se marcha cerrando la puerta tras de si.

—No puedo evitar angustiarme—susurro y me quedo mirando el techo como por 5 minutos.

Y pienso, ¿realmente esta es la única solución?, lo más probable es que no, pero entonces...

Me levanto y decido bajar para hablar con él sobre esto para tratar de ver si hay una manera de evitar que llegue a los golpes.

—Oh estás despierta—dice Charlot parada frente a la escalera testeando en su celular—si buscas a Scott ya se fue—articula.

—¿Ahora qué hago? —comienzo a cavilar dando vueltas por el pasillo.

—Puedo llevarte a donde él si quieres—comenta Charlot—pero antes, debes cambiar tu vestimenta porque...—añade mirándome de arriba abajo.

—¿Qué tiene de malo? —digo observando mi atuendo compuesto por una falda holgada de leopardo con un poloche blanco en conjunto de unos tenis del mismo color.

—Pues, no creo que te dejen entrar. Ven conmigo—me toma por el brazo y subimos juntas a lo que supongo es su cuarto.

Abre el closet y empieza a rebuscar entre su ropa—esto te quedará perfecto—manifiesta sacando un vestido rojo vino—toma póntelo—expresa pasándomelo.

No quiero cambiarme con ella aquí así que, la miro dándoselo a entender que quiero que se vaya—mejor esperaré afuera—dice dándose cuenta y sale de la habitación dejándome sola.

Me quito toda la ropa y me pruebo el vestido—está muy corto, es dos dedos más abajo de mi trasero—observo incómoda.

—Voy a entrar—articula entrando al cuarto—. Te queda muy bien, ahora vamos con lo demás. Ven, toma asiento.

Hago lo que dice y ella se acerca a mí con una bolsa llena de maquillaje—te pondré delineador y lápiz acompañado con un pintalabios de color rojo, trata de no moverte—sigo sus ordenes y me quedo quieta hasta que termina.

—Listo, ponte unos tacones que combinen con el vestido, yo te estaré esperando abajo—manifiesta la pelirroja saliendo de la habitación.

Voy a mi cuarto y busco los únicos tacones que tengo que son de color negro, me los pongo y salgo rápidamente con mi celular en mano.

—Ya el taxi está aquí y faltó otra cosa—dice acercándose a mí y quitando el recogido que tenía dejándome el cabello suelto—ahora sí, estas lista, vámonos—exclama sonriendo.

Subimos al taxi y Charlot le da la dirección, cuando llegamos veo que es el gimnasio que había ido antes Scott conmigo solo que ahora hay un guardia parado en la puerta—identificación chicas—exige y volteo a ver a Charlot porque apenas tengo el celular conmigo.

—Soy la hermana de Scott y ella es su novia, no necesitas pedirnos identificación—dice la pelirroja y él la mira más detenidamente.

—Oh es cierto, eres su hermana. Pasen—entramos y al llegar noto todo el bullicio que hay aquí dentro.

Observo todas las mesas para ver si puedo verlo, pero hay tantas personas...

—Hola bonita, ¿estás sola?—articula un tipo con un fuerte olor a alcohol acercando su rostro a mi cuello, lo empujo—eres de las agresivas, me gusta—me empuja de vuelta hacía la pared y comienza a besar mi cuello.

—No, ¡No, déjame! —vocifero y él no me hace caso.

Sigo empujándolo, pero es demasiado fuerte y dirige sus besos a mi oreja, después a la mejilla y cuando vi que quería besarme en los labios voltee el rostro—cariño, no te resistas, sé que quieres—expresa con lascivia evidente en sus ojos.

—Ella no quiere, te lo aseguro—escucho una voz varonil decir detrás del tipo, lo toman por el cuello de su camiseta y lo tiran hacía atrás quitándomelo de encima.

—Oh Malón, eres tú no sabía que era tu chica.

—Pues ya lo sabes—me doy cuenta que es Scott y me pongo a su lado de inmediato.

—¿Estas bien? —pregunta y yo asiento con la cabeza—sígueme—me toma de la mano y cruzamos la multitud de gente hasta llegar a una puerta que dice, "solo personal autorizado".

La abre, entramos y lo primero que veo son los casilleros que están en las paredes y una camilla pequeña en una esquina con un botiquín de primeros auxilios.

También en medio había cuatro sillas con dos ocupadas en una estaba sentado Fred y la otra por Charlot.

—Charlot, un tipo casi la forzaba a que le meta la lengua a la boca y si yo no llego a tiempo quien sabe qué otra cosa más—expresa con indignación.

—Eso no es mi culpa—le dice frunciendo el ceño.

—Tu...—articula Scott respirando profundo.

—Estoy bien, así que, por favor no discutan por mí—les digo.

—Scott, ya es hora—manifiesta Fred.

—Bien—contesta colocándose los guantes de boxeo, para ir al ring, pero se detiene en medio de la puerta, se acerca a mí y me deposita un beso en la frente—ora por mí—susurra y se marcha.

—Claro que lo haré—digo internamente.

Mundo espiritualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora