Capitulo 17

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POV Elena

Al otro día me dedico a realizar todas mis tareas universitarias, estoy en mi cuarto haciéndolas cuando oigo que alguien entra.

—Elena, necesito que te cambies porque vamos a ir a la clínica para hacerte los análisis y ver la psiquiatra —dice mi madre y yo asiento con la cabeza como respuesta.

Me cambio entonces la blusa holgada por una camisa con cuadros de color rojo y negro, además, de los pantalones deportivos por unos jeans.

Luego nos vamos los tres, mis padres y yo para la clínica. Allí me realizan todos los análisis indicados e incluso una tomografía y ya terminados nos lo entregan y vamos donde la psiquiatra.

Cuando estamos dentro del consultorio mamá le cuenta lo de la sombra, el ángel que vi y lo que escuché que le dijo agregando también lo que opino sobre los cuadros y demás cosas.

La psiquiatra simplemente escuchaba todo lo que ella le decía y frunció de forma notoria el ceño cuando oyó sobre esos cuadros que podrían abrir portales —esto no va en buen camino—pensé.

—Según los análisis Elena está bien, pero yo le recomiendo a ella que ya no siga leyendo biblia, al menos por un tiempo, para que su mente se despeje. Además, de escuchar predicas, si lo escuchas por el celular e igualmente lees la biblia por ese medio, se lo entregarás a tus padres para que lo guarden y no recibirás visitas ni de tus amigos para que este tiempo pueda ser para ti Elena de reflexión—expresa la psiquiatra.

Después de terminar la consulta nos fuimos a casa e inmediatamente me quitaron el celular —todo lo que hacemos es por tu bien Elena—articula mi padre.

Lo terrible es que tengo la biblia descargada en mi celular porque la biblia que leo es la Reina valera 1960 y no he podido comprarla en físico, ya que la que está en la casa es la biblia Latinoamericana que está traducida de una forma más entendible y menos compleja, pero el problema es que, al ser así, no alimenta bien al espíritu nuestro.

En esto se entiende mejor cuando piensas en tu cuerpo físico que necesita alimentos, porque si no, serás un raquítico, pues asimismo es con tu espíritu, que necesita alimentarse de las escrituras todos los días.

Igualmente, el Espíritu santo usa los versículos que ya te has leído y has estudiado para consolarte y darte fuerzas para seguir, es por ello que es tan importante que lo lea para no desistir, más ahora pero no puedo y cuanta falta me hace.

Además, ya no tengo la libertad para durar el tiempo que quiera orando porque si estoy con la puerta cerrada en mi habitación por más de 8 minutos, ellos entran para saber que estoy haciendo suponiendo yo, que pensarán que me suicidare o algo así, teniéndome vigilada en todo momento ni siquiera puedo ver a Yessica que vino a visitarme después de tanto tiempo sin verla.

Tampoco se me es permitido usar mi laptop porque podría buscar las predicas por ahí o cualquier cosa relacionada solo la televisión donde no encuentro nada de interés para mí, al menos que sea un programa de cocina el cual, a veces veo para pasar el rato.

Entonces cuando ya estoy cansada de eso, les digo a mis padres que voy a dormir y de esta forma aprovecho para derramar lágrimas de frustración y de tristeza, debido a que ponen en duda mi palabra y piensan que tal vez tengo esquizofrenia, haciendo que me sienta como si me hubieran apagado, quitándome las ganas de levantarme de la cama cada día, provocando un vacío dentro de mí y es que me hace mucha falta sumergirme en la presencia del Señor porque es como el aire que respiro y necesito para vivir.

Ahora veo, que antes tenía muchas cosas de las que no agradecía y en este momento no tengo, ni puedo hacer —como me gustaría poder orar tranquilamente, deleitarme en las escrituras y cantar alabanzas para ti, Señor mío —susurro y entonces doy gracias por lo que tengo ahora por que como está escrito en ( Hebreos 13:5) sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: no te desampararé, ni te dejaré.

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