Minho se encontraba caminando tranquilo por los pasillos de la grande escuela pero se detuvo al escuchar a alguien sollozar en los baños así que entro.
—Hey, ¿Estás bien?—se agachó para estar a la altura del chico que estaba hecho bolita en la pared del baño.
El chico levantó la mirada sorbiendo su pequeña y rojita nariz
Minho se detuvo un momento a observar al chico, era rubio, sus ojitos estaban rojitos y brillosos pese a las lágrimas, tenía un pasador en el cabello, también tenía un sonrojo que adornaba sus lindas y rechonchas mejillas. Vestía con el uniforme en el cual se encontraban varios botones de broche rosas con diversos diseños, también notó que tenía pintados los labios, un brillo rosa leve pero que logró notar gracias a la cercanía.
—N-no..—habló con un hilo de voz y volvió a esconder su cabecita.
Se sentó a un lado suyo y lo dudó un poco pero pasó su brazo por los hombros del contrario acariciándolo tratando de calmarlo.
Pasado un tiempo el chico dejó de sollozar y miró al más alto.
—Soy Lee Minho, ¿quieres contarme lo que pasó?
El chico asintió tímidamente.
—S-soy Han Jisung y estoy así porque—tomó aire—Unos chicos s-siempre me mo-molestan porque me gusta el rosa y soy pequeño—sus ojitos se humedecían de nuevo—Y porque.. porque me gustan los chicos—el pequeño volteó a ver al castaño esperando alguna mirada de asco o que se levantara y se fuera de ahí, pero para su sorpresa no fue así.
—Bueno, Han Jisung. No tiene nada de malo ser así—sonrió—Yo también lo soy, y el que se vuelva a atrever a decirte esas cosas de nuevo déjame decirte que no saldrá ileso.
El menor soltó una risilla.
—Vamos levántate—Minho se levantó y extendió su mano hacia el menor, el cual no dudó en tomarla y levantarse.
Minho se sorprendió bastante, cuando dijo "pequeño" se esperaba unos 10 o 20 centímetros menos que él pero se asombró al ver que el rubio media como 30 centímetros menos que él, lo cual no le causó desagrado sino ternura.
—¿Qué te parece si te lavas tu carita para que se te baje lo hinchado?—preguntó sonriendo y el rubio acató ordenes, una vez terminado sonrió. Minho pensó que nunca vería una sonrisa tan hermosa, pues que equivocado estaba, al ver esa sonrisa, la cual provocaba que sus ojitos desaparecieran, supo que era la sonrisa más hermosa de todas y que haría lo posible para que nadie la haga desaparecer.
—¿Q-quieres ser m-mi amigo?—preguntó el menor sacando de su ensoñación a Minho el cual sintió.
—Claro, seremos grandes amigos, Jisung.
Ambos sonrieron y salieron del baño para dirigirse a sus respectivas clases.
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