PARTE 71

3.4K 432 67
                                        

Jiang Cheng despertó sólo. Eso no fue agradable para él aunque lo entendía. Lan Xichen se despertaba a las cinco de la mañana y él a las siete.

Al salir del Hanshi tuvo cuidado de no ser visto. Todo hubiera salido perfecto si Lan Wangji no se habría topado con él.

Con una mirada curiosa el Segundo Jade le habló.

—Después de cambiarte puedes ir al Jingshi, Wei Ying quiere verte.

Jiang Cheng se puso rojo. —No pienses mal.

Lan Wangji lo vio con su típica seriedad.
—No pienso nada.

Con eso el Lan se fue a dar las lecciones del día a los discípulos invitados.

Jiang Cheng se cambió y fue con su hermano.

Wei Wuxian comía sandia cuando Jiang Cheng entró.

—Wei Wuxian no dejaras de comer verdad.
Wei Wuxian le sonrió. —Como el triple. Jiang Cheng me estoy poniendo redondo, mira mi cara, mi estómago y todo yo. Lan Zhan pronto se fijará en alguien más y yo tendré que atravesarlos con Suibian, me quedaré viudo y sin padre para mis hijos.

Jiang Cheng tomó un pedazo de sandia y se sentó junto a su hermano. —Lan Wangji primero se atraviesa con Bichen a dejarte.

—Lo sé. Dijo Wei Wuxian, —aunque me gusta el drama.

Jiang Cheng negó. —Lan Wangji dijo que querías verme.

Wei Wuxian sonrió y se puso de rodillas. —Los bebés ya se mueven. Quedate conmigo, te lo mostraré.

Jiang Cheng sonrió al ver a Wei Wuxian en ese estado. Quien más que el podría hacerlo, no conocía a nadie más capaz de llevar un embarazo sabiendo los riesgos del parto. Suspiró y pensó en ir al salón ancestral de su secta para pedir por su hermano y sobrinos. Dios, estaban a casi cuatro meses del parto si era en tiempo normal. Dos meses si se adelantaba.

—¿Cómo te sientes? Pregunto.

Wei Wuxian se sentó a su lado y tarareo.
—Bien, aunque estoy preocupado por algo, no se lo menciones a Lan Zhan.

Jiang Cheng asintió. —No le diré nada si no es riesgoso.

Wei Wuxian se tocó el vientre. —Jiang Cheng a veces siento que no los veré.

El heredero Jiang frunció el ceño.

—No me veas así. Es solo que tengo miedo al parto. Sé que será una operación pero mi núcleo estará comprometido, eso sin contar con que mi energía vital también lo estará. No dudaré en sellarla en los niños si corren peligro.

Jiang Cheng le puso el brazo en el hombro a Wei Wuxian. —No pienses así, se que estarán bien.

Wei Wuxian sonrió. —De verdad, después de ellos no pretendo tener más hijos.

Jiang Cheng lo vio con una risa de burla.

—No puedo creerte, tú y Lan Wangji son demasiado... Apasionados, desvergonzado y parecían conejos en celo. Dios sabe que harán cuando ya no tengas esta barriga.

Wei Wuxian empezó a reír. —Creo que si, pero no me puedo resistir a Lan Zhan. Espero no corras esa suerte con el hermano mayor.

Jiang Cheng se puso algo rojo y Wei Wuxian abrió la boca y empezó a reír. —¡No me digas que...!

—¡NO! Dijo Jiang Cheng. —Nosotros no, aún no.

Wei Wuxian siguió riéndose. —Bueno, si quieres algún consejo yo puedo dártelo.

GARDENIA ROJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora