The Perfect Couple || Steve Rogers

8

Barton y Natasha llevaron a Cloe a su departamento después de permanecer días practicando la habilidad de influir emociones en los demás. Había logrado con éxito algunas pruebas de proyectar emociones que no estaba sintiendo.

—¿Quieren ver una película? —preguntó Cloe ya que no quería que sus amigos se fueran tan pronto.

—Nos quedaríamos si pudiéramos, pero tenemos una misión en unas horas —comentó Clint sin ganas.

—Será en otra ocasión.

La mujer se quedó sola y aprovechó para encender su tocadiscos. Había extrañado escuchar sus músicas viejas que la remontaban a la época donde seguía envejeciendo.

°°°

Steve revisó que sus zapatos estuvieran limpios antes de tocar a la puerta de Cloe. No había podido verla de nuevo después de que había salido de la enfermería, dejando a Fury para que hablara con ella.

Cuando estuvo enfrente de la puerta, logró escuchar que la mujer tenía encendido el tocadiscos. Sonrió al recordar lo hermosa que se había visto la noche que salieron. Pensándolo bien, Cloe siempre se veía hermosa.

—¿Sí? —habló la mujer cuando abrió la puerta.

Steve le enseñó la caja de pizza que cargaba.

—Pensé que te gustaría un poco de compañía.

—Me encantaría —le sonrió antes de darte un breve abrazo.

A ella le encantó lo que sintió en los brazos del capitán. Ambos intentaron disfrutar al máximo de la cercanía del otro sin demostrar lo que sentían. Él dejó la pizza en la mesita y ella trajo un par de cervezas.

—¿Quieres ver una película o jugar algo? Tengo "Rápido y Furioso" que me recomendó Clint, también ajedrez y un juego de damas chinas. Tú decides.

—Podemos ver la película y después jugar —propuso él.

Cloe asintió y puso a andar la videocasetera. Se sentaron cerca del televisor, con la pizza encima de la mesita que estaba enfrente y las cervezas en sus manos.

—Primero come algo —le pidió Steve. No quería que el alcohol se le subiera a la cabeza.

—Tienes razón —convino ella, levantó la tapa de la caja y se encontró con una pizza de panceta cortada en doce partes—. Se ve delicioso —habló mientras tomaba el primer pedazo más cercano.

Steve puso el aparato que detectaba las proyecciones en la mesa. Fury le había informado de la nueva habilidad de la mujer que estaba a su lado. Primero se había sorprendido y luego había sentido odio hacia los miembros de Hydra que aún seguían operando. No quería imaginar lo que le habían hecho a Cloe para que desarrollara un nuevo poder.

A mitad de la película, Cloe recostó su cabeza en el hombro de Steve. La película los entretuvo al tener muchas escenas de acción y la historia romántica también estuvo interesante. En un momento dado, ella levantó la cabeza para observar al capitán. Él se quedó observándola fijamente y acercó una de sus manos para acariciar el rostro de la mujer. Cloe cerró los ojos y Rogers se movió para poder besarla.

Juntaron sus labios en un beso lento. Conscientes de que si el otro no estaba de acuerdo podía apartarse en cualquier momento. Lo primero que hizo ella al separarse fue ver si el aparato que estaba en la mesa había captado alguna proyección. Temía que Steve no hubiera actuado por voluntad propia. A él no le costó nada comprender lo que pasaba por la mente.

—Había querido besarte desde la primera vez que bailamos —le aclaró volviendo a acariciarle el rostro.

—Desearía que lo hubieras hecho —sonrió escondiendo su cabeza en el hueco del cuello cuando él la abrazó.

Cerró los ojos con fuerza. La oleada de sentimientos debía permanecer en ella y no extenderse. Nunca antes había sentido algo por otra persona como lo que sentía por Steve. Su corazón se aceleraba cuando lo tenía cerca y deseaba volver a besarlo.

—Quisiera bailar contigo de nuevo —comentó la mujer.

Rogers se levantó e hizo una reverencia. Cloe le siguió y utilizó la telequinesis para encender el tocadiscos. La suave melodía los llevo años atrás. Bailaron una música lenta, seguida de una más movida. Para ambos esa fue la mejor noche en años.

Al día siguiente, Cloe se despertó con una sonrisa en el rostro. El día estaba lluvioso pero igual para ella era uno hermoso. Cuando llegó al edificio de los vengadores, la agente Hill se acercó, le entregó un sobre con una misión y le indicó que debía ir a la sala de reuniones. Allí encontró a Sam y a Natasha.

—Te necesitamos hoy. Me ayudarás a convencer a un hombre que me entregue los códigos de la ubicación de un contenedor con víctimas inmigrantes de otros países.

Cloe asintió y fue a cambiarse. Debían viajar a Nueva York en unas horas. Asistirían a una fiesta de gala. Mientras se maquillaban en el baño, Natasha no pudo evitar decirle:

—Tus ojos siguen sonriendo. Estoy convencida de que sucedió algo entre tú y Steve.

Cloe dejó de ponerse labial para poder hablar.

—Ayer vimos una película juntos, fue perfecto.

Natasha siguió observándola para obtener más información, pero Cloe no quiso agregar nada más. No se sentía cómoda tratando de explicar algo que ni ella misma podía comprender bien. Lo que sentía por Rogers era algo tan nuevo y desconocido que aún no podía describirlo.