Serin parecía tener la mente en otra parte, su rostro se distorsionaba en continuación ante algo que ni yo podía deducir.
- ¿Has intentado si quiera comunicarte con tu papá? - preguntó después de un largo silencio, ni siquiera sabía que responder luego de sus ultimas palabras, sabía que mi especie estaba siendo atacada pero lo relacione todo a la cacería anual que los hombres lobos realizaban, quizá uno que otro vampiro queriendo probar nuevos rituales o simples problemas personales.
- Sabes lo que opino de la reunión familiar anual, - rodee los ojos y fije mi vista en el mar, intentando asimilar sus palabras, mi situación familiar no es del todo agradable desde que renuncie a mi apellido y mi puesto - Deserte Serin, pero eso tu ya lo sabes. - lo volví a mirar, para descubrir que él ya lo estaba haciendo.
-Ale, - inicio y ahh! Como detestaba que me dijera Ale, su mirada sin embargo, había pasado de enojada a protectiva, ¿En serio tan preocupado estaba? - Debemos saber que esta sucediendo. Es el quinto en el mes, con el mismo método. - alego instantáneamente.
-Serin, mi especie ha pisado tierra desde hace siglos, es normal que uno u otra alguno vez salga herido y muera, como lo es el hecho de que al morir nuestra cola regresa después de unos días para luego desaparecer junto a nuestro cuerpo. - no sabía por qué había venido hasta aquí desde New York, o si quiera porque la preocupación - No entiendo porque deberías estar preocupado, sucede, como con tu especie, como con los vampiros, los lobos, las brujas y no nos olvidemos de los tediosos duendes. Es más...
Serin me interrumpió de forma brusca alzando su mano en señal de silencio, y se quedó immobil por varios segundos, estaba a punto de reclamarle cuando yo también lo escuche, ahí donde las rocas iniciaban a precipitarse al cielo y la marea lograba alcanzarlas se escuchaba una pequeña tonalidad conocida.
No conocida para cualquiera, sólo una sirena reconocería a una de su misma especie, nuestra voz lograba encantar a cualquier ser, menos a los nuestros. Todo ser estaba dotado de sus cinco sentidos extremadamente afilados, para los predadores sobre todo, no me sorprende que Serin la haya escuchado.
- En el sendero oscuro de la penumbra
Aquella que un día su familia negó
Un día regresara para su alma retomar
Venganza y amor en una misma oración
Quizá redención, donde el mar a casa la llevara.El sonido que había sido perceptible se convertía en un murmullo poco audible con velocidad, la canción de la traición, es la canción de cuna que nunca quisieras oír, toda una descripción de una antigua leyenda. Nadie la entonaba a menos que corriera peligro, o estuviera por morir siendo víctima de una brutalidad. Mi especie la asociaba a la crueldad del mundo, el círculo de vida, el egoísmo.
Con mucho cuidado Serin alzó vuelo en dirección a la voz poco audible, estaba oscuro, la poca luz que había cuando yo salí del bar se había desvanecido y se distinguía poco.
A lo largo del tiempo, los seres mitológicos han sido caracterizados por diferentes dotes, dotes que debía ser ocultas ante la vista de aquellos que carecían de las mismas, los humanos podrían evocar una guerra de enterarse. Los vampiros podían volar, hipnotizarte, los duendes eran hábiles encontrando riquezas, las brujas y hechiceros su magia, las hadas era hábiles maestros del engaño, persuasión, los hombres lobos su fuerza y nosotros nuestra voz.
Sin embargo creo que la ventaja más inteligente de las hadas eran sus alas. Sus alas tenían luz propia. Las de Serin en ese momento adoptaron una tonalidad brillante azulada mientras volaba con delicadeza, creo yo para no levantar ninguna gota de agua. Irónico, un hada buscando salvar a una sirena, ¿Quien diría que los pajaritos tuvieran sentimientos?
Bajó el muelle y se perdió más allá de mi visión. Excelente, me dejaba sola y con su guardia real. Ahora recuerdo porque lo nuestro funcionó, siempre huía y yo quedaba con sus gorilas, porque era más un objeto que una pareja.
- Señorita Vam de Sea - replicó una de estas, Simón creó que era su nombre - Sé que su relación con su alteza terminó en malos términos, pero también sé que no viajaría hasta un lugar lleno de depredadores sino fuera importante.
Quería preguntarle que sabía él de los hechos, y lo hubiera hecho sino hubiera sentido el espantoso grito, el grito desgarrador de una sirena, cuando tus cuerdas vocales alcanzaban el máximo y se quebraban. No lo pensé y me lance al agua, la escolta no tuvo tiempo de detenerme, no lo vio venir hasta que yo me encontraba nadando a toda velocidad.
No puede estar pasando, una sirena no quebraría su alma en fragmentos como ese grito, si el dolor que está sintiendo no fuera mortal. No debería sorprenderme, la canción era más que motivo suficiente para pensar que no estaba a salvo, pero ¿La muerte? ¿Era ese el precio a pagar de uno de los míos?
Después de ello, no escuche más. Silencio, ese fue su último suspiro, lo sabía, lo presentía, el mar estaba turbio cuando la canción fue entonada, y ahora estaba calmado, estaba reportando aquello que de casa alguna vez se alejo. La canción resonaba, mamá me la cantaba para asustarme en mis noches de insomnio. ¿Qué estaba pasando?
No me fue difícil llegar al lugar, Serin iluminaba la entrada a una cueva, a perspectiva vaga una cueva de algún animal salvaje, quizá hombres lobos. A perspectiva de cualquier ser no mundano, había sido penetrada por raíces del infierno, imperceptibles venas negras se acumulan en el costado de su entrada. Algo anda mal aquí, algo siniestro.
- Serin... - inicie a hablar pero no me dejo terminar.
- Alena, debes comunicarte con tu papá, lo más pronto posible. - No necesite que continuara con el sermón, más allá de la voz, la visión nocturna por tantos años en el profundo mar me dejo observar aquello que Serin veía desde las alturas.
En el centro de la cueva, un pentágono hecho con un extraño liquido violeta y en cada punta varios escritos en latín, Papá siempre insistió que debía aprenderlo, muerte, corazón, alma palabras que estaban en este momento talladas por aquello que supongo yo, era sangre de sirena . Pero eso no fue lo que más escalofríos creo en mi cuerpo, en el centro de este, un cuerpo yacía, no era un panorama fácil de ver.
Su cola, o lo que quedaba de ella había sido separada de su torso, como si algo lo hubiera cortado, más allá de ello estaba destrozada, sino fuera por la aleta de gran magnitud fácilmente se podría pensar que era un pez hecho pedazos.
¿Qué animal si quiera era capaz de ello? Los hombres lobos tendrían grandes explicaciones que dar, si yo llegaba a saber de su participación en tan bajo crimen. Su cabellera larga había sido cortada, sus ojos tenían la expresión de alguien que había visitado el infierno y no regresado y la peor parte fue la lengua. Una lengua se encontraba en su mano izquierda, mientras que un peine de oro reposaba en la derecha.
- Creo que tendré que adelantar mi viaje anual a casa. - Replique, pero no sé a quien en general, ¿A Serin? o ¿A mi?
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En la profundidad
FantasyDurante siglos, los seres mitológicos han mantenido un equilibrio basado en que ninguno se meterá en la vida del otro y así se lograría reforzar una paz entre varios mundos. Sirenas, hechiceros, hadas, hombres lobos, duendes, y un sin numero de cri...