5. DULCES OLORES Y SABORES

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- Una bruja y una sirena, ¿Acaso es este mi día afortunado? - Bromeo Serin al vernos entrar en su habitación de hotel. El polvo mágico destellaba por las paredes victorianas, alguien había estado practicando vuelo dentro de su cuarto. Niño malo.

- Muy gracioso Serin, cuanto tiempo, - inicio a hablar primero Alessia mientras alzaba sus manos y pequellas llamas azules se formaban en ellas - ¿te gustaron las llamas del inframundo la última vez? - preguntó con mirada maliciosa en dirección al hada. Alguien se convertiría en mariposa al horno. 

La conciencia me dejo interceder y toque el hombro de Alessia con delicadeza mientras con mi mirada le hacia saber que estaba bien, no era necesaria la violencia. 

- UFF! Por un momento creí que dejarías morir a tu prometido. - dijo Serin en tono de burla. Si el hada no me fuera necesario estaría muerto. La última vez me dejo en toda una manada de licantropos hambrientos. No había sabido de él desde ahí, y yo estaba bien así. 

- ¿A qué me trajiste aquí? - lleve mi mano a mi cabeza simulando dolor - No ha sido una noche exactamente alentadora y no estoy para tus bromas de pésimo gusto. 

- Estoy esperando a alguien antes de iniciar, ¿Qué hace la brujita aquí? - dijo señalando a Alessia que lucia furiosa - No quiero problemas con su aquelarre por enredar a su hija en una misión suicida. - Serin me miraba con seriedad esperando que respondiera.

Inicie a caminar en su dirección - La "brujita" - mencione utilizando las comillas - tiene mucho más valor que tú, además le conté todo, sabe todo de mi, era imposible alejarla. 

- Ah, ¿sí? Princeps - sentenció Serin con su mejor latín y cuando vio que no lucia sorprendida me miro en confusión. 

- Serin - habló Alessia después de haber estado callada desde su entrada - Soy su mejor amiga, no hay nada que ella me pueda ocultar, ni si quiera su sangre real...

Alessia estaba por seguir hablando, pero el olor llego más rápido que la presencia, humano. Hice un ademán para tomar la pequeña navaja que escondía en mi pantalón pero Serin se percato y me lanzó una mirada que indicaba "Ni te atrevas" ¿Qué diablos?

Alguien toco la puerta y la guardia real se puso en posición de defensa dejándonos en la parte posterior de la habitación. Una voz gruesa hablo diciendo "Iceberg". Serin se encontraba a mi lado y relajo los músculos de su cara al sentir la palabra, algún código secreto quizá, muy normal por cierto. 

La guardia abrió la puerta y saludaron a un joven de entre 19 o 20 años. Por su olor podía distinguir humano casi al 70%, pero tenía un olor ligero de hada. Observe a Serin esperando una explicación y él se limito a alzar los hombres. ¿Me está jodiendo? 

- Me puedes explicar ¿Qué demonios pasa aquí? - Inicie a reclamar. 

Serin actuó como si yo no le hubiera preguntado y se acerco al individuo en el otro extremo de la habitación para luego darle un largo abrazo. ¿Acaso yo no era la única que amaba la compañía mundana? Cuando se separaron Serin se giro en mi dirección y luego señalo a su compañero.

- Adam, ella es Alena. - El individuo inicio a camir en mi dirección - aquella a su lado es su mejor amiga Alessia.  Alessia, Alena, él es Adam, - hizo a una pausa y luego terminó - mi hermano. - ¿Qué? Mi cara debia ser todo un chiste, porque él chico que hace unos momentos se dirigía en mi encuentro ahora reía como un maníaco. 

- ¿Qué pensabas? ¿Qué me lo tiraba? - Pregunto Serin con una sonrisa en su rostro. - Vamos Ale, ambos sabemos que mi debilidad son aquellas que tienen cola. - Lo mato, está muerto. Estaba por tirarme encima de él y golpearle su hermoso rostro, maldita sea, ¿Por qué el hada debía ser así de hermoso?. Alessia tomo mi brazo y me sostuvo en mi puesto. Salvado por el ángel, mariposa. 

- Es una historia complicada, creo que mamá no estaba satisfecha con papá. - Explico Serin mirando al individuo llamado Adam. - El resto solo fue una confesión y encontrarlo. 

- Es más linda de lo que mencionaste. - Hablo Adam en dirección a su hermano. 

- No te dije que era testaruda y rebelde tampoco. - Sentencio Serin. Oh! Por Poseidón que yo lo mataba. 

- ¿Alguien me explica qué sucede aquí? - aligero Alessia la tensión que se estaba presentando. 

- ¿Sabes mi posición con los humanos y tú invitas uno? - Le reclame a Serin, ignorando la pregunta de Alessia. 

- Ale, corazón. Es técnicamente mitad hada, sin halas, pero en su olor puedes sentir lo que corre entre sus venas. - Comenzó a hablar Serin, estaba por dejarlo sin linda carita a este paso - Además, es detective, no le confiaría a nadie más esto, ni a la guardia real, ni a mi padre, ni si quiera al tuyo. 

- Sigue siendo humano. - insistí, resople para quitar un mechón de cabello que me obstruía la visión - No voy a perder mi tiempo aquí. - tome la mano de Alessia tirando de ella para dirigirnos a la puerta. Cuando Adam hablo. 

Princeps - Al próximo que dijera esa palabra lo decapitaba, me gire furiosa para reclamarle su atrevimiento, pero él permaneció en su puesto, no se inmuto.

- Escuchame bien, Adam - señale su pecho con mi dedo y pude sentir que su corazón latía con fuerza. - Nadie, absolutamente nadie en más de ocho años a usado ese titulo para mi y no voy a permitir que un don cualquiera venga a hacerlo. 

- Entonces, al menos merezco la oportunidad de explicar aquello que he podido investigar. 

- ¿Qué me puedes decir tú de ello? - una sonrisa irónica salio de mi rostro y proseguí - no conoces mi cultura, mis leyes, y apuesto a que ni si quiera de los tuyos. No esperes que las respuestas te lluevan, podrás ser bueno en tu campo entre los mundanos, pero aquí - dije señalando la habitación - son otras leyes, otros mundos... - no me dejo terminar cuando comenzó a hablar.

- No me subestime my lady, puedo llegar a saber más que usted misma. - había desafió en su mirada y sus ojos expresaban malicia. - Puedo decirle que por la forma en la que los tres cadáveres fueron asesinados existe rabia, rencor, los cortes son profundos, impulsados por algo más allá de solo el placer de quitar la vida. - sus manos iniciaron a moverse como si de una cátedra tratará - Algo personal, quizá las victimas tuvieron un mal amor, quizá asistían a un mismo lugar de encuentro. Un negocio que termino mal, venganza, o simplemente una lección.

- ¿Lección? - preguntó Alessia con gran curiosidad, había olvidado que seguía aquí.

- Así es - respondió él - Alguien intentando demostrar algo, quizá herido en el pasado buscando respeto de esta forma. - me miro con determinación y luego dijo - Quizá no sé mucho de su especie, pero sé lo que él comportamiento errado puede provocar. Solo le pido la oportunidad de ayudarla a saber lo que sucede. 

Papá me mataría si si quiera se enterara lo que estoy a punto de aceptar, pero creo que esa parte de romper las reglas, darle dolor de cabeza y desobedecer la supere hace años, mire a Adam, viendolo más de cerca tenía los ojos del color miel, y era varios centímetros más alto que yo y Serín mismo. Con está luz y en otra ocasión quizá, hubiera sido una excelente conquista de media noche. - Esta bien, tienes una oportunidad. - baje mi mano y luego agregue - Traiciona a los nuestros y no seré solo yo quien querrá tu cabeza. 

Me gire en dirección a Serin quien aún tenía una sonrisa estúpida en su rostro, para luego decir  - Viajamos mañana, conseguimos las algas Lux, creo tener suficientes para tu hermano. - dije con obvia irritación - Descansa, será un día largo. 

Acto seguido Alessia se acerco a mi y luego ambas salimos por la puerta. Ninguna omitió alguna palabra, había procesado demasiada información en poco tiempo y lo que yo más deseaba ahora era dormir.

Caminamos en silencio a través de las calles oscuras italianas, pasando edificios victorianos y la alegre música que desembarcaba más allá del muelle en dirección a nuestro hogar. Aún no podía quitar los ojos de Adam de mi mente, ¿Será acaso mitad mago también? 

Los ojos de Adam fueron suplantados por una mirada severa, de desaprobación. La última vez que había visto a Papá había intentado arreglar mi matrimonio con un tritón, unir fuerzas llamaba él , había decido casi todo en mi vida, no permitiría que decidiera también con quien me casaría, si es que lo hacía. La idea de formar una familia no me era atractiva. Sin embargo, después de tanto tiempo solo puedo pensar en que papá me freirá con un relámpago.

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