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Efectivamente como pensaba Ari, las otras cuatro deidades estaban reunidas en el borde del lago Muth junto a varias hadas más.

Llegando casi el anochecer, la noticia de que Ari y su castillo habían caído se había corrido por los tres subreinos y todos se mostraban preocupados al respecto, no sólo porque temían por el futuro del reino, sino también porque se preocupaban por el bienestar de su débil reina.

Sin embargo, quien más estresada estaba con toda aquella situación, era HanSeul, y ni siquiera los ánimos que sus hijos y pareja le daban podían ayudarla.

El agua le había dicho que Ari estaba bien, pero no le quiso decir más, y al HanSeul dar dicha noticia, nadie le quiso creer, sobre todo las hadas.

Cada vez comprendía más lo tan irritables que podían llegar a ser dichos seres alados si en verdad no se les tenía cariño como era el caso de HeeChul y EunHa.

Las hadas no dejaban de insistirle para que ella "dijera la verdad" y la deidad del agua cada vez perdía más la paciencia.

-Agua, por favor-arrodillada en la orilla del lago, la pelivioleta le rogó a su compañera-. Dime dónde está...o al menos dime algo que los convenza a ellos, porque de veras mi paciencia está llegando a su límite y ni siquiera JiMin, San o SeonHwa me pueden calmar.

Tranquila. Ya vienen. Están a punto de salir.

Confundida, la pelivioleta se colocó de pie y dio la vuelta para notificarle a sus ajenos lo que le había dicho su elemento.

-Dice que ya vienen...

Y justo cuando una de las hadas allí presentes se dispuso a abrir su boca para protestar, dos figuras salieron a gran velocidad del agua, cual de las dos más risueña.

La cosa es que YoonGi le comentó a Ari que podía usar sus alas incluso dentro del agua y así podía ganar velocidad para salir, aunque eso era sólo un juego...pero la reina quiso experimentarlo, por lo que a su guardián, que no le costaba nada hacer realidad sus deseos, no se negó en lo absoluto.

Cuando salieron del agua, ella en los brazos contrarios, reían porque estaban completamente empapados y los largos mechones de Ari se pegaron a su rostro, dejándole a YoonGi una graciosa vista de su chica.

Al tener las alas mojadas, las hadas no se pueden mantener demasiado tiempo en el aire, por lo que YoonGi tuvo que aterrizar en poco tiempo.

Para cuando Ari apartó el cabello de su rostro y YoonGi le hubo devuelto los pies al suelo, se sonrieron, mas aquello no duró mucho tiempo.

-¡Ari!-la exclamación de HanSeul y EunMi, quienes fueron las primeras en reaccionar, hicieron a la pelinaranja voltear de dicha dirección con notable emoción.

-¡Chicos!

Aquel reencuentro fue tan emotivo como el que tuvieron Ari y YoonGi en su momento. Las cinco deidades, cuatro de sus guardianes y dos niños, corrieron a abrazarse.

-¡Estás viva, por todos los cristales!-aún en medio de su llanto, MinHee exclamaba de alegría.

-Estoy más viva que nunca. Eso se los puedo asegurar-afirmó la reina con una sonrisa tan amplia, que sus comisuras comenzaron a doler.

-Pero...¿Cómo puede ser posible?-preguntó JiMin una vez el abrazo estuvo casi disuelto.

-Te vimos caer, Ari-le siguió HanSeul con una curiosa mueca-. De hecho, el castillo cayó contigo.

-Creímos que era el fin-con angustia, WooBin comentó.

-Bueno...ya no tendrán por qué preocuparse más-canturreó la reina, dando pasos en reversa hasta acercarse a YoonGi-. Chicos, él es Min YoonGi, mi guardián.

✧*:.。.єτнєяєαℓ .。.:*✧ |ᴹ.ᵞ.ᴳ| #𝟑✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora