『E』『p』『í』『l』『o』『g』『o』

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Los rayos del sol se colaban por las ventanas del cuarto de la pareja real, iluminando cada rincón y logrando molestar sobre los párpados de ambos chicos dormidos sobre la cama.

Aprovechando su pelinaranja melena y que todo su cuerpo y cabeza estaban recostados a la espalda y cabeza de su chico, Ari cubrió su rostro con sus naranjas mechones y, por consiguiente, el de YoonGi también.

La reina buscaba seguir durmiendo, pero sus planes se vieron frustrados por el sonido de la alarma.

-Maldita sea la hora en que NamJoon te regaló esa cosa ruidosa y espantosa-ante su gruñido, su chico rió.

En efecto, NamJoon le había dado a YoonGi un reloj despertador como regalo de coronación.

Porque sí, aunque admitiera que se sentía raro con el título, ahora el hada era soberano de Cryth...Pero, sinceramente, prefería el término: guardián de la reina. Sonaba menos serio para él.

Y como al mudarse a palacio le costaba levantarse a una hora fija para ir a trabajar (cosa que lo ponía de muy mal humor pues no soportaba llegar tarde) puesto que en la comuna donde vivían por lo menos había un guardia que avisaba, NamJoon no vió mejor regalo que aquel moderno reloj.

Sin embargo, y a pesar de que a YoonGi le favorecía mucho su presencia, Ari la aborrecía.

-Juro que estoy a punto de desaparecer ese aparato maléfico que te aleja de mí en las mañanas-pero una vez más, YoonGi sólo pudo reír de los lloriqueos de su chica.

-Anda, déjame levantarme para ir a trabajar-pidió con total calma al notar que, cuando intentó alzar su espalda, Ari se aferró más a la misma.

-Nooo-actuaba como una niña pequeña, y eso, aunque podía llegar a ser pesado en ocasiones, a YoonGi sólo le causaba ternura.

Sin embargo, su aniñada forma de expresarse no tenía nada que ver con sus acciones, pues, aprovechando sus pechos desnudos, los restregó aún más contra la espalda de su amado y comenzó a esparcir húmedos besos por el cuello y hombros del mismo, provocando sus ronroneos.

-Ari~. Debo ir a trabajar-murmuró. No podía engañarse a sí mismo. Los mimos de su pareja le estaban encantando, pero el deber era el deber. Sin embargo, la pelinaranja no detuvo sus métodos de seducción-. Cariño, MinGi ya debe estar despierto esperándome y hoy es el cumpleaños de WooYoung ¿recuerdas?

-¡Cierto!-al parecer, aquellas fueron las palabras claves para que Ari se levantara de la cama y corriera a vestirse con su camisón de dormir-¡Arriba, YoonGi! Que hoy nuestro pequeño cumple siete años y hay que darle la bienvenida como heredero de mis poderes ¡Tenemos que arreglar los últimos detalles de la fiesta!

YoonGi sólo la veía con una sonrisa boba mientras ella correteaba de un lado a otro de la habitación, buscando el regalo que le tenía al menor de sus hijos.

Y sí, la deidad del espíritu y su guardián ya eran padres.

El primero en nacer fue MinGi, un hada marina al igual que su padre, sólo que su especialidad eran las plantas y tres años más tarde, llegó WooYoung quien, con su nacimiento, trajo al reino de Cryth una nueva especie de cristales, mas estos eran muy diferentes a los que manejaba su madre puesto que los colores arcoiris no dejaban de reflejarse en ellos.

A veinte años del regreso de Ari luego de tantos siglos de debilidad, las cosas, como bien se habían predicho, iban de bien a mejor. Los shinigams fueron eliminados casi en su totalidad, pues aún existían personas cuyo rencor y envidia eran capaces de atraerlos, pero ya no molestaban y cuando intentaban algo, eran eliminados inmediatamente. Además de ello, las nuevas generaciones de hadas decidieron que era tiempo de dejar sus "estúpidas peleas" atrás e iniciar alianzas porque, a fin de cuentas, formaban parte de la misma especie y debían trabajar en equipo para que Feirhie no se viniera abajo, aunque aquello no se llevó a cabo sino hasta que nació el primer hijo de YoonGi y Ari; se rumoraba que, como sería el futuro rey de Cryth, traía la paz consigo.

✧*:.。.єτнєяєαℓ .。.:*✧ |ᴹ.ᵞ.ᴳ| #𝟑✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora