A la mañana siguiente, Melanie y Mia estaban realizando sus faenas de costumbre cuando Louis entró en el establo. Mia se preguntaba si la signora Mercinello encontraría en Grey Witches la paz que buscaba. Ella pensaba que todo iría bien si se mantenía alejada de la señora Tomlinson.
Mia llevaba dos cubos de agua cuando Louis la vio.- ¿Desde cuándo trabajas de esta forma? -preguntó irritado.
- ¿De qué forma? -Respondió molesta -, sólo ayudo a Melanie en sus tareas, ¿te refieres a eso?
-Sí.
- Lo hago desde que llegué y creía que tú lo sabías.
- Por supuesto -replicó -, pero no creía que eran trabajos tan pesados, ni que los hicieras desde tan temprano - y mirando a Melanie preguntó -: ¿Qué tienes que decir a esto?
- Lo hace porque lo desea.
Mia estaba furiosa:
- Por supuesto que lo deseo, ¿pensabas que me quedaría cruzada de brazos mientras estuviera aquí? En el convento había mucho que hacer y lo hacíamos con gusto, no creas que es la primera vez que trabajo -le miró y para concluir le dijo -: Además, tú vienes poco por aquí, así que no creo que te importe mucho cómo ocupe mí tiempo.Tan pronto como terminó de hablar se arrepintió de sus palabras, habían sido demasiado duras y sin razón justificada. Melanie la miró sorprendida, y Louis le dijo encolerizado:
- ¡Un momento, Mia! No voy a permitir esta clase de insolencias. Según parece han sucedido cosas raras en mi ausencia -y mirando a Melanie le preguntó -: ¿Qué le has contado a esta niña?
- Nada -respondió -, lo que sucede es que está despertando y dándose cuenta de muchas cosas, en especial, del comportamiento de su tutor.
- ¿Qué insinúas?
- Nada... nada -titubeó Melanie sonrojándose -. Tengo mucho trabajo, así que si me disculpas... -añadió, y regresó a sus labores.Mia se dispuso a seguirla, se agachó para coger los cubos que había dejado en el suelo momentos antes, pero Louis la detuvo cogiéndola por las muñecas.
-Un momento, Mia,quiero hablar contigo.
- ¿No puede ser en otra ocasión?
- ¡No! Tiene que ser ahora - repuso violento -. Ve a buscar tu caballo, daremos un paseo.Deseó negarse, pero supo que no le serviría de nada, la expresión de Louis era adusta y le vio muy decidido a que su orden fuese cumplida. Ensilló a Rosie y salió a su encuentro.
El hecho de cabalgar ya disipó un poco el mal momento que acababa de pasar en el establo.
Miró al cielo, no estaba el día muy despejado, había grupos de nubes amenazadoras, el aire frío y la niebla que cubría el valle, le daban al paisaje una apariencia misteriosa; todo ello sumado al hecho de que se encontraba junto a la persona que acababa de discutir, no la hacía sentirse muy tranquila. Cabalgaron durante un rato, hasta que perdieron la casa de vista.
- ¡Nos detendremos aquí! -Gritó Louis-, hay un escondite que descubrí cuando era pequeño. Haremos una hoguera y hablaremos tranquilamente.Se bajó del caballo y Mia dudó antes de seguirle. No tardó mucho en bajarse de la yegua, coger sus riendas y caminar tras él. Se dirigieron hacia un desfiladero, y con precaución, caminaron cerca del borde hasta llegar a una cueva natural. Louis ató las riendas a unos arbustos y ella hizo lo mismo.
Entró en la cueva y ella le siguió lentamente. Él encendió un cigarrillo, mientras Mia se paseaba nerviosa como si estuviera en presencia de toda una autoridad. Le comparaba con la imagen respetable de la Superiora del convento, la única persona que le imponía cierto respeto.
- ¿Por qué no terminamos con esto de una vez? - preguntó incómoda -. Si lo que deseas es humillarme, hazlo y vámonos de aquí.
- Deja de tratarme como si fuera un enemigo -dijo mirándola inquisitivamente -. ¿Qué te sucede? Cuando llegamos a Grey Witches podíamos conversar como seres civilizados.
- Si tú lo dices - añadió dando una patada a una piedra -, pero recuerda que fuiste tú quien afirmó que el hombre y la mujer no pueden ser amigos.
- Tomaste mis palabras al pie de la letra -sonrió -, pero nuestra relación es diferente.
- ¡Es verdad! Me olvidé por un momento de que aún soy una niña, tendré que sacar las muñecas que guardé durante tu ausencia -y suspirando inquirió en voz baja -: ¿Por qué me haces decir esas cosas? ¿Nunca podrás tratarme de otra forma?
- De acuerdo, Mia haremos un trato, si te comportas como una persona adulta, te trataré como tal -los ojos de Mia brillaron y él continuó -: Quisiera hablarte de Lucía.
- ¿Lo dices en serio? - preguntó sin dar mucha importancia a lo que le había dicho, siempre que se hallaba ante él experimentaba una sensación muy peculiar.
- Sí - respondió -. ¿Qué piensas de ella?
-No puedo creer que mi opinión sea importante.
- Ya que ella va a quedarse aquí durante algunos días, me gustaría que os llevarais bien.
- No podremos hacerlo sólo porque tú lo desees - respondió frotándose la nariz -, te recuerdo que no somos personajes de ninguna de tus obras.
- Por lo que dices, me imagino que no te cae muy bien - dijo con voz ronca.
- Le gusta mucho llamar la atención.
- Fuiste muy grosera con ella, Mia,ni siquiera le diste las buenas noches.
- Creí que preferirías que me marchara cuanto antes -replicó.
- ¿Tratas de insinuar algo? -pregunto arrojando el cigarrillo al suelo.
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
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El sueño de una adolescente | l.t|
FanfictionDespués de la muerte de su tío, Mia quedó bajo la tutela de Louis Tomlinson hasta su mayoría de edad. Louis poseía un irresistible atractivo que enloquecía a las mujeres, y fue inevitable que Mia sucumbiera a sus encantos. Pero para él sólo era una...