Cap 4

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CAMILA

-Camila, ¡CAMILA!- abro los ojos lentamente y mi mirada se encuentra con la de Marta.

-¿Qué quieres?- digo sobándome la cabeza.

-Me tengo que ir a mi casa, mis padres llegan pronto y tengo que estar en casa antes de que ellos lleguen.

Miro el reloj y este marca las 10:00 a.m, me levanto poco a poco mirando a mi alrededor desorientada, me doy cuenta de que estoy en la habitación de mi madre y poco a poco las imágenes de la noche pasada se me vienen a la mente.

-Vale, no te preocupes yo aviso a las demás- digo yo.

-Gracias, te quiero- dice y sale por la puerta de la habitación.

-Y yo- me despido.

Me dirijo al baño a darme una ducha y cambiarme de ropa, me meto debajo del agua caliente y siento mi cuerpo entero relajarse, tres golpes en la puerta hace que abra los ojos, Valery entra con cara de no haber dormido en días.

-Buenos días- dice y oigo como la tapa del váter se abre.

-¿Qué haces?- digo confundida.

-Pues hacer pis, los otros baños están ocupados por las demás y no aguantaba más las ganas de hacer pis- añade como si nada.

Nuestra confianza fue aumentando a medida que nos hacíamos mayores, siempre hemos estado juntas, desde pequeñas.

-¿Me puedo duchar?- me pregunta ella.

-Si, yo ya salgo- digo envolviendo mi cuerpo en una toalla mientras salgo del baño.

Salgo de la habitación de mi madre para ir a la mía a buscar ropa, entro sin hacer ruido para no despertar a Lucia y Shanon, que siguen durmiendo profundamente, oigo como el grifo de mi ducha se abre, supongo que alguna se está duchando, no tengo ni idea de quien es, pero tampoco me importa. Me visto lo más rápido que puedo, salgo de la habitación cerrando la puerta despacio, bajo las escaleras lista para ir a la cocina y preparar el desayuno.

En la cocina están Nataly y Hanna con la misma ropa de ayer, tienen su cabeza apoyada en sus brazos. Cuando me oyen entrar levantan la cabeza y sonríen.

-Buenos días Cami, a que nos haces un buen desayuno de esos ricos que tú haces- dice Nataly con cara de no haber roto un plato nunca.

-No pienso volver a beber, nunca más- Dice Hanna mirando un punto fijo de pared.

-No mientas- dice Valery entrando a la cocina.

Las tres empiezan a hablar de no sé que cosa mientras yo hago el desayuno para todas.

Después de un buen rato, Lucia y Shanon bajaron para desayunar, quejándose de todo como siempre, después de desayunar se fueron todas a sus casas, yo me quede limpiando algunas cosas para que mi madre no sospeche nada.

Al rato me encuentro sentada en el sofá esperando a que mi madre llegue.

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El fin de semana paso rápido, no he vuelto a ver a mis amigas desde el sábado, ninguna tenía ganas de salir así que nos quedamos cada una en su casa. Hoy es lunes, odio los lunes, es el peor día de la semana.

Salgo de mi casa medio dormida, me da mucha pereza ir caminando, pero es lo que me toca. 

La bocina de un coche hace que me sobresalte.

-Sube que te llevo- dice mi mejor amigo.

-Gracias, eres mi salvación divina- digo causándole una sonrisa.

-De nada, no podía dejar a una damisela sola- dice causándonos una gran carcajada. Esto es lo que amo de Jack siempre te hace reír aunque sea lunes.

Llegamos al instituto en menos de diez minutos, en coche es más rápido, caminando son como veinte minutos. En la puerta están mis amigas hablando seguro de cualquier cosa para no aburrirse.

-Harry es tan guapo- dice Marta suspirando.

-Pero Zayn lo es más- dice Valery.

Empiezan a discutir sobre que integrante de 1D es más guapo mientras caminamos a la entrada del instituto.

A primera hora me toca inglés, entro en la clase buscando un sitio donde sentarse y solo hay un espacio libre, al lado de Marcus.

Miro a todos lados en busca de otro sitio, pero mi búsqueda es un fracaso, la profesora dice que la clase va a empezar y no me queda más remedio que sentarme al lado de Marcus.

MARCUS

Entro al instituto al lado de Lucas, siento muchas miradas sobre nosotros como de costumbre, una chica me guiña el ojo y yo le sonrió, ella se pone como un tomate y se va. Entro a mi primera clase, me siento en una de las sillas, la clase esta llena, la profesora avisa que la clase va a empezar y noto como alguien se sienta a mi lado, giro la cabeza para ver de quien se trata y mi cuerpo entero se tensa. 

La chica que no he podido sacar de mi cabeza por dias esta sentada a mi lado, la observo como saca sus apuntes de su mochila, levanta la mirada unos segundos y sus ojos se encuentran con los míos, ella aparta la mirada dirigiéndola a su libreta.

-Me prestas un bolígrafo- le pregunto.

Ella asiente y me lo da, quiero escuchar su voz, pero no me lo permite.

La clase transcurre lentamente, la profesora nos manda que hagamos unos ejercicios, la gente empieza a hablar entre ellos, pero yo solo puedo observar su perfil, una suave melodía se escapa de sus labios, está tarareando una canción, se ve adorable. Alguien me toca la espalda, me giro y veo de quien se trata, Ashly Lancaster, esa rubia explosiva que en menos de 10 segundos tiene a tres tíos a sus pies.

-Hola, guapo- dice la rubia.

-Hola- le digo con una sonrisa.

-Quieres quedar esta tarde- me pregunta guiñándome un ojo.

-Vale- respondo, noto como la chica de mi lado se revuelve incómoda en su asiento, me giro hacia la morena, ella me mira con el ceño fruncido y luego pasa su mirada a su mesa.

-¿Pasa algo preciosa?- le pregunto.

-No- responde, sus mejillas se vuelven de un color carmesí, causándome una pequeña sonrisa.

El timbre suena dando final a la clase, veo como la chica de mi lado sale corriendo de la clase como si fuera flash.

Entre el y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora