Cap 9

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CAMILA

Marcus se ha ido, entro al cuarto de baño para echarme agua fría en la cara, me miro en el espejo, tengo las mejillas de un color carmesí y los labios rojos, salgo de mi habitación para ir a la cocina a por un poco de agua, abro la puerta y veo a mi padre sentado en una de las sillas con la cabeza agachada, cuando escucha la nevera abrirse levanta la cabeza y habla;

-Cami...- dice con tono arrepentido.

-¿Qué papá?- digo frustrada.

-Creo que tenemos que hablar todos juntos, tú, mama y yo- dice suplicante.

-Pues cuando ella esté aquí me avisas- le contesto en tono seco.

Subo a mi habitación con un vaso de agua en mis manos, me siento en mi escritorio para estudiar un poco, estamos cerca de la graduación y tengo un montón de exámenes.

No sé cuanto tiempo llevo estudiando, pero cuando miro la hora me levanto de golpe, me quito mis cascos y salgo de la habitación corriendo, cuando lllego al piso de abajo mi madre me mira entre enfadada y triste.

-Donde estabas Camila llevamos dos horas llamándote.

-Estaba estudiando mama- le respondo.

Ella me mira preocupada, tiene los ojos llorosos lo más seguro que se ha sorprendido ella más que yo al ver a mi padre.

-Hija yo no sabía que él vendría- dice.

-Ya lo se mamá- añado.

-Ya hemos hablado él y yo, y hemos decidido divorciarnos- dice secándose una lágrima

Asiento, sé que mi madre le quiere, pero que se divorcien es lo mejor para todos, no voy a negar que me duele que se divorcien, al fin y al cabo son mis padres.

-Deberías despedirte hija- dice mi madre.

-Vale- respondo.

Salgo de mi casa y veo a mi padre apoyado en su coche, mirándose los pies.

Me aclaro la garganta y él levanta la cabeza.

-Bueno, yo venía a despedirme- digo algo incómoda.

-Hija, sé que todavía me tienes rencor por lo que hice, pero deberías dejarlo en el pasado, para comenzar de 0- dice con tono triste.

-¿Qué te perdoné? No tienes ni idea de las noches que mama se ha pasado llorando, después de que se enterara de que te fuiste con otra- digo con la voz rota.

-Por favor, dame otra oportunidad- dice suplicante.

-Adiós, papa- entro a mi casa, mi madre me observa cautelosa, yo corro a ella y le abrazo con fuerza.

-Ya esta hija, ya todo ha pasado- dice intentando tranquilizarme.

-¿Tú estás bien?- le pregunto.

-Supongo, sabía que esto pasaría, ya estaba preparada- dice con una sonrisa triste.

Nos preparamos para cenar, veo como ella hace la cena, a pesar de lo triste y decaída que esta, siempre se levanta e intenta que todo el mundo esté bien, eso es lo que admiro de mi madre.

Me tumbo en mi cama estirando cada uno de mis músculos, no me permito llorar, ya he llorado demasiado hoy, cierro los ojos y al instante caigo en un sueño profundo.


La alarma de mi móvil suena, abro los ojos lentamente, me levanto de mi cama posando mis pies en el suelo, me deslizo hasta el cuarto de baño para prepararme.

Una vez preparada bajo a desayunar, veo a mi madre desayunando, me sorprende ver a mi madre aquí, casi nunca está aquí por las mañanas y tenerla aquí ahora me sube mi estado de ánimo.

-Buenos días, hija- dice cuando me ve.

-Hola, mamá- le respondo.

Desayunamos juntas, miro la hora y me doy cuenta de la tarde que es.

-Madre mía, voy a llegar tarde- digo sobresaltada.

-No te preocupes, yo te llevo- dice mi madre y yo me tranquilizo.

Mi madre me deja en la puerta del instituto, me despido de ella con un te quiero y ella me lo devuelve. Entro a la clase que me toca, todos los asientos están ocupados menos uno al lado de Matt. Me siento a su lado sin mirarle a la cara, siento una mirada en mi nuca, me giro y veo a Marcus observándome sin ningún pudor.

-Se puede saber por qué te has sentado con él- me dice refiriéndose a Matt.

-Pues porque no había más asientos, y tampoco te incumbe-le escupo yo.

-¿Te pasa algo?- me dice y entonces me doy cuenta de lo dura que he sido.

-No- digo yo.

La clase esta por terminar cuando una bola de papel cae en mi mesa;

¿Vienes esta tarde a mi entreno?:)

Me giro por instinto, Marcus levanta su mirada y me sonríe.

-¿Qué dices?- me pregunta.

Me pienso si ir o no, esta tarde no tengo nada especial.

-Vale, sí que iré- le digo sonriéndole nerviosa.

-Perfecto, te recojo en tu casa a las 4:30- dice.

El timbre suena y todos los alumnos salen disparados de la clase. Entro a la cafetería, alguien se me pone delante impidiéndome el paso.

-¿Podemos hablar?- me dice Lana.

-No tengo nada que hablar contigo- le respondo.

-Yo creo que si- coge mi brazo con fuerza y me arrastra hasta los vestuarios.

-¿Qué quieres?- le pregunto.

-Que te separes de Marcus- dice como si nada.

-¿Perdona?- contesto incrédula.

-Llevo días intentando que me haga caso, pero no lo hace y solo tiene los ojos en ti, eres su nuevo juguete Camila, me das pena.

Sus palabras por algún motivo me hieren, quizás tiene razón y me tengo que alejar de Marcus. Ella entiende mi silencio, se da media vuelta para marcharse, pero al instante se gira y me apunta con el dedo.

-Estás avisada- y con eso se va.

¡Arpía!

Salgo del vestuario con la cabeza echa un lío, Marcus me ha invitado a su entrenamiento hoy, pero después de esto, no creo que deba ir.

Busco a Jack con la mirada, lo encuentro sentado en la barra de la cafetería mirando su teléfono, me acerco a él a pasos lentos lista para darle un susto, pero como si él notara mi presencia se gira y sus cejas se elevan de sorpresa.

-¿Ibas a darme un susto?- dice como si me leyera la mente.

-Si- digo rodando los ojos sentándome a su lado.

-Pues no te ha servido de mucho- dice riendo.

-Ya muy gracioso- él se ríe todavía más.

Giro mi cabeza levemente para observar la mesa donde suele estar Marcus, está riéndose de algo que Lucas, su mejor amigo le ha dicho. Lana se acerca a él y pone una mano en su pecho y le susurra algo al oído, él asiente y le sonríe, la mirada de ella pasa a la mía y su sonrisa no cede.

¡IDIOTA!

Me levanto de golpe, Jack a mi lado me mira sin saber que pasa, salgo de la cafetería con pasos rápidos, siento que alguien me sigue, pero no me giro para saber quien es. Abro las puertas del campo de futbol para sentarme en las gradas para tomar un poco el aire fresco, alguien se sienta a mi lado, giro la cabeza para ver de quien se trata. Jack me mira sin entender, yo niego con la cabeza para que se olvide y no pregunte, él lo entiende y se queda en silencio, no es un silencio incómodo, los dos estamos pensando, con la mirada fija en el campo, y en ese momento me doy cuenta de que estoy enamorada de Marcus.





Entre el y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora