Balas y apariciones

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Me encontraba en frente de mí casa hablando con mi hermana.

Tomaba una bebida y de repente a mí lado aparece un hombre joven, con cadenas en las muñecas y los tobillos, pude observar que tenía heridas en el cuerpo.

Asustada me acerco y le hablo tratando de que recobre la conciencia ya que parece inconsciente o dormido.

Un auto se estaciona en frente de nosotras y de él se baja un hombre viejo y gordo. Cargaba un arma, le grita a mí hermana que se aleje de mí ya que soy peligrosa y me apunta con ella.

Sin que él apretara el gatillo, una bala sale disparada hacia mi.

Siento un dolor punzante en mi pierna, trato de correr ignorando el dolor pero me es imposible.

El hombre que se encontraba a mi lado, despierta y parece liberarse con mucha facilidad de las cadenas.

Me dispara otra vez, pero está solo roza la parte izquierda de mi abdomen.

Saco fuerzas para mover la pierna y me acerco a él para luego empujarlo, corro hacia el patio de mi casa, escucho los quejidos del hombre pero no sus pasos.

Trepo la escalera que se dirige al techo y quedo tendida allí, recobrando el aliento. Asomo un poco mi cabeza y una bala pasa al lado de mi cabeza, me acurruco más en el piso.

No vas a salir de acá con vida, y si lo haces es sin extremidades. Expresa ese hombre con sorna en su voz.

Todo lo que dice me causa un escalofrío que me deja temblando, abrazo mis piernas y quedo allí llorando.

Durante unos 10 minutos aproximadamente no se escucha al hombre o sus intentos de subir la escalera. Mi pierna sigue sangrando, doliendo, en mi abdomen solo siento una punzada dolorosa.

¿Estás bien? Escucho detrás mío, grito del susto y trato de alejarme, pero perdí tanta sangre que me siento muy débil.

El hombre que antes estaba encadenado, se encuentra a mi lado revisando mis heridas.

Te vas a poner bien... ¿Si? Yo te voy a ayudar... Trata de cargarme, las heridas que antes cubrían su cuerpo, ahora son solo rasguños.

Tengo sueño, mucho sueño. El chico emana un calor agradable, no puedo evitar cerrar los ojos.

No te duermas, por favor. Habla conmigo. Observo alrededor, nos encontramos en la vereda, ¿Cómo y cuando bajamos?

¿Cómo te llamas? Quiero saber el nombre de la persona que me salvó... Sacude un poco mi cuerpo evitando que me duerma.

Analia... Trata de mantenerme despierta, me es difícil responder.

Parecía no tener fin esta calle, no llegaba a ningún lugar, comenzó un viento que no nos dejaba avanzar fácilmente.

¿Por qué ese hombre te hizo esto? Vos me rescataste... Me aprieta contra su cuerpo.

Yo... No lo sé... ¿Cómo que... rescatarte?... 


~¿FIN?~

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