Capítulo 8

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Habían pasado 3 semanas del beso y Ron no había visto a Harry, una parte de él se sentía decepcionada pero otra le decía que era lo mejor, así no se seguía ilusionando a lo desgraciado con algo que no podía ser, no podía hacerse eso él mismo.

Iba entrando al departamento agotado del día tan intenso en la academia, sólo quería llegar, comer y dormir hasta el otro día, llegó a la puerta y se sorprendió al verla abierta, con la varita en alto y entró sigilosamente, llevándose un susto de muerte.
—Maldita sea—, gritó Ron llevándose la mano al pecho—, Harry ¿Qué haces aquí?
El susodicho estaba sentado en el sofá, como si en lugar de haber invadido propiedad privada, estuviera de visita.
—Vine para felicitarte—, dijo con amargura—, lograste lo que tanto querías.
—¿De qué hablas Harry?—, preguntó Ron confuso.
—Cumpliste tu cometido—, le dijo acercándose.
—No sé de que…
—Terminé con Ginny, ¿Eso era lo que querías no?
Ron quedó estático ante tal noticia.
—¿No vas a decirme nada?
—¿Qué quieres que te diga?
Harry suspiró con frustración.
—¿Por qué lo hiciste?, ¿Por qué me besaste si tienes novio?
—Krum y yo no somos nada.
— Pero si dijiste que eran pareja.
—Pero no lo somos, yo no soy persona de parejas, porque aunque me duela, mi corazón siempre te va a pertenecer.
Harry cerró los ojos como si lo hubieran golpeado.
—Tú y yo no podemos estar juntos Ron.
—¿Por qué no?
—Sería una traición para Ginny.
—Pero Uds ya no están juntos.
—Es tu hermana Ron.
—Lo sé, pero no me importa Harry, yo te quiero, siempre lo he hecho, nunca te he podido sacar de mi corazón, nadie ha logrado ocupar tu lugar, dame una oportunidad por favor, prometo dejar mis andanzas, cambiar y ser lo que necesitas, sólo dame una oportunidad—, le dijo con súplica Ron.
Harry negó con la cabeza.
—No Ron, no puedo, eso no está bien, no es correcto.
—Ya te he dicho que no me interesa, ¿Me quieres?
—Estoy confundido—, dijo en un susurro lastimero Harry.
Y sin importarle lo que su amigo le había dicho, se acercó a él y lo besó, un beso con necesidad con hambre, un poco de deseo y lujuria, Harry se lo devolvió con la misma ganas, ambas bocas parecían encajar perfectamente, y bailaban una hermosa pero salvaje melodía, las manos del pelirrojo estaban enredadas en el cabello de Harry, y las de este en la cintura de él.
Terminaron en el sofá, bueno, Ron terminó en el regazo de Harry, se sentía tan bien y tan correcto, que toda cuestión moral, se podía ir directo y sin escalas, a la porra.
Ambos se separaron por falta de aire.
—Ron esto no puede volver a pasar.
—¿Por qué no?, tu cuerpo no está colocando ninguna resistencia, y la prueba está entre tus piernas.
Y para darle más énfasis a sus palabras se restregó contra ella, sacándole un jadeo al acompañante.
—No podemos, mejor dicho no puedo.
Ron soltó un suspiro frustrado y se levantó de donde estaba.
—Entonces vete.
Harry lo miró con el ceño fruncido.
—¿Ahora me echas?
—Sí, cuando resuelvas tus problemas morales, me avisas—, dijo con rabia el pelirrojo mientras se servía comida.
—Ron no me entiendes.
—Entonces ve con Ginny, seguro ella te va a entender, oh cierto que terminaron—, dijo con sarcasmo Ron.
—Terminamos por tu culpa.
—Me irás a disculpar Harry pero tú eras quién estaba con mi hermana, no yo.
—Y tú te estás comiendo las sobras de ella, recogiendo lo que ya no usa, lo hiciste con Dean ¿No?, apenas estuvo libre te lo echaste sin ningún pudor y recato al plato, pero ni me sorprendo, como estás tan acostumbrado a tener lo que otros ya no quieren, querer cogerte a los ex de tu hermana no habría ninguna diferencia.
—Tan poca autoestima tienes, que te autodenominas como sobras de mi hermana—, dijo el pelirrojo con un tono hiriente, para camuflar lo dolido que se sentía por lo anterior que le habían dicho.
—Pero te gustan estas sobras—, dijo en tono seductor señalandose asimismo y acercándose al pelirrojo.
Ron quedó estupefacto por el cambio de la conversación.
—Maldito bipolar—, susurro entre dientes, mientras que Harry se estaba acercando peligrosamente a sus labios.
—Te basaría—, dijo estando a menos de 5 centímetros para besarlo— pero no—, y se dio la vuelta.
Tomando sus cosas salió del departamento sin dirigir ni mirada ni palabra al otro chico que quedó estático.
—Está bien Harry, ¿Quieres jugar con fuego?, entonces los dos nos quemaremos—, dijo en un susurro al aire.

¿Amigos por siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora