Capítulo 4

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Ron estaba en la biblioteca estudiando, mejor dicho, tratando de estudiar, leía y nada se le quedaba grabado, no llevaba ni siquiera 5 líneas de su ensayo, ensayo que tenía que entregar al día siguiente a primera hora, y por culpa de su pereza lo había aplazado, ahora estaba a punto de echarse a llorar, estaba hundiéndose en su miseria, hasta que llegó su salvación platinada.
—¡Draco!, al fin llegaste, alabado sea Merlín.
—¿Qué sucede comadreja?
—El ensayo de pociones.
—¿No lo has hecho?
—Tú que crees.
—Que no, tu cara de tragedia lo demuestra, tuviste un mes para hacerlo Ron—, le dijo en tono regañón.
—Lo sé, pero es que estaba emocionado por el regreso de Harry, y lo estuve aplazando, para nada sirvió, ya que en vez de ser una reunión, Ron con Harry, fue Harry y Ginny, con Ron como la tercera rueda—, dijo con un bufido.
Draco sólo rodó sus ojos.
—Y hablando de Potter, como te fue con él.
—Pues…
—¿Si?
—Casi le declaro mis sentimientos, estando ebrio.
Draco abrió la boca en forma de sorpresa.
—Cuentalo todo.
—No puedo, debo que acabar este ensayo—, dijo en tono triste.
Draco suspiró, agarró el pergamino y empezó a escribir, después de 5 minutos, se lo entregó.
—Ahí está tu ensayo.
Ron sonrió agradecido, le iba a contar lo que había sucedido cuando una lechuza se posó en la mesa y le dejó la carta, le pagó al animal y se apresuró a abrirla.
—Es mamá, quiere que vaya a casa a cenar.
—¿Irás?
—Claro que sí, pero ya sospecho de cual será el motivo de que se requiera mi visita—, dijo sintiendo algo arder en su interior.
—¿No quieres que te acompañe?
—No Draco, mejor no.
—Entonces dame tus llaves, te esperaré con una cerveza y unos pañuelos—, le dijo con una sonrisa.
—No es necesario.
—Claro que sí, dame las llaves y ya.
Ron se las dio. Draco agarró las cosas de su amigo y se fue. Ron se dirigió con paso perezoso al callejón diagon, se dirigió al caldero chorreante, saludó con una sonrisa al viejo dueño, tomó los polvos flu, con parsimonia se metió en la chimenea, y con un suspiro gritó su destino.
Al llegar a la casa su madre lo recibió con una sonrisa, todos estaban ahí.
—Te estábamos esperando Ron—, le saludó Harry con una sonrisa ladeada.
Maldita seas Harry, tú y tu maldita sonrisa tan bella.
Estaba en la biblioteca, y se me pasó el tiempo.
—Ay no…
—…ya perdimos al…
—…pequeño Ronnie.
—…tanta junta con…
—…Hermione lo desvió del camino.
—Jodanse—, les dijo a los gemelos.
—Vocabulario Ronald, hay una bebé presente—, le reprendió su madre.
—Lo siento mamá.
Pasó por medio de sus hermanos y agarró a la pequeña Victoire, y aprovechó esa oportunidad, entablando conversación con Bill y su cuñada, ignorando a Harry.
Al rato su madre los llamó para que se sentaran en la mesa, él se sentó al lado de Bill y Percy, la cena se basó en, sus dos hermanos hablando, él asintiendo e ignorando la presencia de Harry, igualmente no era como si su mejor amigo le prestara mucha atención, al rato Ginny habló con voz clara y alegre.
—Familia, ¡Harry y yo nos vamos a casar!
Y en ese momento sintió que iba a vomitar todo lo que había comido, y para completar esa cena inolvidable…
— Ron, me encantaría que fueras el padrino, no encuentro a alguien que encaje en ese papel—, le dijo Harry, con esa sonrisa que iluminaba cualquier lugar.
Todos los miraban esperando una respuesta, él sólo asintió con una sonrisa que esperaba que fuera sincera, no sabía porqué le seguía doliendo, carajo él ya estaba al tanto de todo, pero sentía como si se hubiera cortado y a la herida echado sal y limón.
Informó que ya se tenía que retirar, se despidió de todos, su amigo lo abrazó.
—Estoy feliz de que hayas aceptado, gracias.
—No hay de que, ¿Somos amigos, no?
—Sí, amigos.
Se despidieron y se dirigió a la chimenea, tomó el polvo flu y gritó la dirección de su apartamento.
Llegó al lugar y estaban reunidos sus amigos, Draco, Hermione, Luna y Neville.
—¿Cómo te fue Ron?—, preguntó Hermione.
—¡De maravilla!, ¡Soy el padrino de la boda!, ¡Yupi!, siempre soñé ser el padrino de la boda de la persona que amo—, dijo en tono sarcástico.
Sus amigos no dijeron nada.
—Traje pudin de chocolate—, le dijo Luna.
—Gracias Lu, y lo siento Mione.
—No hay problema.
Los 5 se sentaron en el suelo mientras comían pudin, se sentía bien el estar rodeados de amigos, todavía se acordaba de cuando cada uno se enteró de su enamoramiento de Harry.
Luna se dio cuenta sola, un día se le acercó a él y le preguntó que cuando le diría a Harry de que lo amaba, y antes de preguntarle de como sabía, ella le había dicho que se notaba aleguas, y a partir de ese momento ella había sido su confidente.
Hermione se enteró por boca de él, un día que vio a Ginny y a Harry besarse, entre lágrimas, sollozos e hipidos, le confesó todo.
Neville y Draco se habían enterado un día que él estaba tomando solo, empezó a llorar y se fue de bocazas diciendo que amaba a Harry, Draco que estaba ahí, se compadeció y lo desmayó, y Neville lo llevó a su casa, cuando despertó ninguno dijo nada, Nev lo miraba avergonzado y Draco no se burló, y en ese momento los 5 se volvieron unidos, a todos los unía el ser sobrevivientes de una guerra y el enamoramiento de Ron, casual…
Empezaron a hablar de temas cotidianos, pero Draco fue directo a la yugular.
—Ya que estamos aquí cuenta todo Ron, desde el principio.
Y eso hizo, y colocó al día a Hermione de su borrachera y visita en los calabozos del Ministerio, se molestó pero no dijo nada, les contó que por poco se había ido de lenguas con Harry y la muy linda cena.
—Deberías decirle Ron—, dijo Nev.
Ron lo miró como si hubiera enloquecido.
—No, ni pensarlo, que quieres que le diga, oye Harry, me gustas desde que era un crío, y odio a Ginny porque eres de ella y no mío, si Neville, él estaría muuuuy feliz.
—Yo estoy de acuerdo con Neville, Ron— dijo Luna.
—Aja supongamos que le digo, ¿Qué ganaré con eso?, Harry no dejará a mi hermana y yo seguiré solo.
—Revolcandote con medio Londres, emborrachándote y llorando por él—, dijo Hermione.
—Además él no me verá igual y arruinare nuestra amistad.
—Eso no lo sabes sino lo intentas—, le dijo Nev.
—Creo que Godric Gryffindor se estará revolcándose en la tumba a ver tu cobardía Weasley, dile a Potter y si algo sale mal, me encargaré de llevarte lejos, y serás feliz ya que te declaraste a tu gran amor y te sacaste esa espina—, le dijo Draco con un gesto de indiferencia.
Ron lo pensó, él quería ser feliz y sabía que el primer paso era abrir su corazón, declarar sus sentimientos y luego se encontraría alguien y ya, si tenía suerte recuperaría la amistad con Harry.
—Está bien, lo haré.
—Yo me encargaré de eso—, le dijo Mione.
—No Hermione, yo lo haré.
Esa decisión era igual que lanzarse de cabeza de un puente, que Merlín, Circe, Morgana, Hecate y todos los magos, lo ayudaran.

¿Amigos por siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora