Capítulo 6

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   Llevaba en esto desde hacía… No sabía exactamente desde cuándo, pero se sentía como una eternidad. Tal vez lo era. Se arrepentía de haber dicho aquella vez que Muerte se le presentó para plantearle el trato de volver, creyendo que podría hacer todo lo que siempre deseó, sólo para que en realidad no pudiera hacer nada.

   No recordaba realmente sus sueños o anhelos, sólo sabía que los había tenido en algún momento, hace tiempo. Ni siquiera recordaba su nombre real. Muerte le había quitado hasta ese recuerdo. James, Harry, esos eran los únicos nombres que recordaba, los nombres por lo que lo habían estado llamando por años.

   Estaba cansado, quería al fin terminar con todo. Quería el descanso que siempre le habían negado. Ya no le importaba nada más que eso…

   Pero entonces fue consciente de una cosa. Él había tenido un hijo, Harry, y aunque había utilizado el cuerpo de ese niño en otra de las tretas de la Muerte cada vez que era expulsado del cuerpo de James (e incluso hasta se podía decir que no era exactamente su hijo sino el de James), eso fue lo que le decidió a parar todo, ese nuevo sentimiento paternal despertando en él en alguno de los numerosos ciclos que había vivido.

   Nunca antes había sido consciente de eso; iba y volvía en cada ciclo con pocos recuerdos que le era imposible saber más que el presente que estaba viviendo hasta que todo estaba a punto de terminar.

   Como ahora.

   Harry, su hijo, no tenía aun dos años de edad; estaban escondidos en una casa del Valle de Godric por culpa de una profecía. Un peligro muy grande los esperaba fuera. Era el día de Halloween. Por alguna razón sentía en sus huesos que ese día su vida como James estaba a punto de terminar. Cómo lo sabía no tenía idea; porqué tampoco, lo único que sabía era que pronto sería conocido como Harry Potter, el Niño que Vivió.

   Escribió una carta apresuradamente y la guardó en el bolsillo de la ropa de su hijo, rogando a Merlín que aun estuviera allí cuando fuera capaz de leer, pero sobre todo poder entender (cuando él fuera Harry) qué había querido decirse a sí mismo al escribirla.

   Petunia le entregó la carta cuando tenía dieciséis años, antes de abandonar la casa donde creció. Durante toda su travesía buscando los horrocrux que le permitiría destruir definitivamente a lord Voldemort la estuvo leyendo, intentando entenderla. Luego de la Batalla Final, al fin pudo hacerlo.

   Durante los años sucesivos se dispuso a investigar y descubrir cualquier pista que le sirviera para poder acabar con todo de una vez, para poder recuperar a su hijo (que paradójicamente era él mismo) y conseguir el descanso que tanto deseaba. No se casó con Ginny como todos habían esperado, no quería tener un hijo, así la tercera generación no estaría completa y Tiempo lo haría volver a empezar. Dejó señales por todos lados, y por todos los medios de los que fue capaz para que una vez llegado ese momento supiera qué hacer.

   El ciclo terminó cuando tenía noventa años. La segunda generación estaba completa, pero la tercera no existía. El ciclo volvería a comenzar.


*****
  

   James Potter moría a los diecisiete años. El hombre sin nombre de treinta años volvía dentro de su cuerpo. El ciclo comenzaba, pero esta vez sería diferente.

   Lord Voldemort asesinó a James aquella noche de Halloween, expulsando al hombre sin nombre de su cuerpo, pero éste no entró en el cuerpo del niño como tantas otras veces. El primer cambio que se producía en la línea.

   El segundo cambio; buscar a Severus Snape, el hombre más inteligente que conocía, para intentar convencerle de que le ayudara.

   Y eso lo llevaba al tercer y último cambio; recuperar a su hijo.


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