Llegue...Por fin llegue

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Francesca

Cuando el avión levantó vuelo después de un rato hubo un poco de turbulencias y yo como dramática que soy, pensé que me iba a morir. El corazón me iba a mil, sentí que se me iba a salir del pecho pero pasó y volví a mi "tranquilidad". Me puse a ver "Avengers" y eso me distrajo, pero a veces se me iba la vista hacia la ventana. Me gustaba ver lo alto que estábamos, la paz que se sentía. Cuando íbamos descendiendo se me taparon muchísimo los oídos -me avisaron que llevara chicles para masticar pero de la ansiedad me olvidé, ouch. Cuando bajé, por un rato seguían tapados, hubo un momento que me dio risa porque me hizo acordar a cuando me metía en la pileta y se me tapaban los oídos, me dolían mucho jajaja. Me toco ir a buscar las valijas y no las encontraba casi me da un infarto, después las vi y me tranquilicé.

Ya llegué, estoy acá, miro todo. Todavía no lo puedo creer, la felicidad me brota del cuerpo. No veo la hora de conocer el departamento e instalarme en él.

El día esta gris con un poco de sol que se escapa entre las nubes, miro la ciudad que parece sacada de una película y para mis adentros digo llegue... por fin llegue, cuando sentí el viento en mi cara fue cuando todo se hizo más real todavía. Acá la mayoría del tiempo es así, casi siempre esta nublado, a veces también llueve (si, estudie todo antes de venir jaja), ya me voy a acostumbrar. Busco un taxi entre la gente que entra y sale con mucha rapidez, cuando consigo ver uno le hago señas, por suerte me ve, le di la dirección del departamento y me dijo que tenía alrededor de media hora de viaje, por eso aproveché para mandar una foto al grupo familiar en el cual estamos todos, mostrándoles que ya había llegado. 

La repercusión fue buena todos querían que mandara más fotos,  me preguntaban todo. Desde como había sido el viaje, como estaba el tiempo, como estaba. ¡Qué se yo! Porque se habían enamorado tanto como yo de la hermosa ciudad de Londres. Después de hablar durante un largo rato corté no sin antes decirle que, cuando llegara al departamento hacíamos una videollamada así lo conocían. Miré por la ventana del taxi e inconscientemente me empecé a comer las uñas (era una costumbre que tenía desde adolescente que cuando me ponía nerviosa me comía las uñas).

Estamos llegando, cada vez me pongo mas nerviosa, me encantan las casas algunas tienen un diseño más antiguo otras más modernas, pero cada una tenía una particularidad que la hacía diferente y hermosa, cada vez me enamoro más de la ciudad.

Llegamos, le pago al taxista que me ayuda a bajar la valijas, me quedo en la puerta del edificio esperando al agente inmobiliario que me tiene que traer las llaves del depto. Lo veo a lo lejos, es un hombre de uno 60 años con barba, me causó mucha ternura la forma en la que se apuraba para llegar, lo saludo se presenta se llama Alfred (ese nombre siempre me gustó). Entramos, el edificio es antiguo pero lindo, el departamento está en el 2do. Subimos por las escaleras, en el medio nos cruzamos con un par de vecinas que parecían bastante agradables, llegamos a la puerta y, cuando se abre, lo primero que veo es un sillón grande y otro individual haciendo juego, fue amor a primera vista es hermoso todo, estoy como en un sueño del que no quiero despertar, Alfred me preguntó si me había gustado a lo cual yo, de la emoción, le contesté en español lo cual él no entiende nada, cuando me doy cuenta le pido disculpas y le explico lo que había dicho. El me sonríe y me dice que está todo bien, me entrega las llaves y se va. 

Decido empezar a organizar mis cosas. Abro las valijas y desparramos la ropa arriba de la cama para poder separarla y acomodarla en el ropero. No es que sea muy ordenada, pero recién llego y quiero que todo a mi alrededor se vea bien, al menos por ahora jajaja. Cuando me quise dar cuenta se me había pasado el tiempo y eran las 8 de la noche así que decidí pedir algo para comer, pero me acordé que no tenía ningún numero. Había que improvisar. Busqué en internet una pizzería para ver si podía pedir algo, después de un rato encontré una a la vuelta así que pedí ahí, me dijeron que en media hora estaba entonces aproveché para seguir ordenando; de la nada me tocaron el timbre, era la pizza. Baje así como estaba y subí lo mas rápido posible porque si no me iba a resfriar (hacía mucho frío y estaba desabrigada), corrí como si fuera la última vez, llegué y cerré la puerta, me reí mucho de mí.

Termino de comer y hago la videollamada prometida. Me van a matar, debe hacer como dos horas que me están esperando. Jajaja.

- Hola, miren lo que es esto (con el celular les voy mostrando). Este es el comedor, todo es de primera, el sillón se abre y se hace cama. Ya acomodé toda la ropa, hay un montón de cajones. Esta puerta va a la cocina, es chica pero para mí sola está bien. El baño está bárbaro. Lo único es que no hay bidet, acá no se usa. Me voy a tener que acostumbrar ja. ¿Les gusta?

Mamá -Me encanta.

Papá -Está buenísimo.

Belén -¡Qué lindo Francesca!

Mateo -¿Dónde voy a dormir cuando vaya a visitarte?

Francesca -Donde quieras, lo importante es que vengas, te voy a estar esperando. Recién llego y ya los extraño. Se que va a ser duro al principio, pero con estas videollamadas y todo lo que tengo para hacer acá lo voy a ir llevando. ¡Cómo me gustaría que estén acá! Bueno, los dejo ahora, mañana hablamos. Me voy a dormir porque estoy destrozada. Les mando un beso grande a todos. Los quiero.

siempre fuiste vosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora