hablemos

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『 °*• 🥀 •*°』

Parecia ser una mañana como todas. Haces unos dias España y Ecuador se marcharon dejándolo sin abuelito que cuidara a los bebés por medio tiempo, pero claro, el abuelo España muy feliz de hacer este trabajo; incluyendo el trabajo sucio. No teniendo la ayuda de España en casa su mañana debía empezar mucho mas temprano.

—Déjame... ponerte el pantalón. —Panamá intentaba colocarle los pantalones a Leo, el menor se negaba. —Okey ya estas. —sonrie, busca por la cama los calcetines de leo. Lara por su parte esperaba tranquila—¿por que no puedes ser como tu hermana? —suspira, para cuando volvió a Leo este ya no tenia pantalones y tampoco pañal. —ahg... ¡Leo!

Pasado un rato ya estaban vestidos, un vez terminó dejó a los dos pequeños en el corral y se fue a la cocina. —tengo aproximadamente 35 minutos antes que vuelvan a llorar. —dice conectando la sandwichera y colocando dos rodajas de pan, prepara algo rápido. En lo que tostaba el se dirige a la alacena sacando dos biberones, luego toma sobre el microondas una lata de leche, preparar los biberones le daba unos 20 minutos adicional.

Panamá pasa hacia la pieza de los mellizos con un biberón en cada mano, Leo jugaba con sus juguetes dentro del corral, este de muchos colores pasteles y peluches, entonces fue en ese momento en que el panameño notó algo raro. —Lara, mi amor... —carga en brazos a la menor, ella parecia cansada siendo algo extraño a esas horas. —no te veo bien. —por ahora le restó importancia, pero se mantendría atento. El vuelve a poner a la pequeña en el corral junto a su hermano, cuando menos lo esperó leo ya estaba tomando del biberón y como era cosa de ellos, el mayor le entregó el bebieron a su hermana lo coge mas no bebe de el.

[...]

—si... bueno, no estoy seguro, pero igual quisiera apartar una cita.—sostiene en su oído el teléfono hablando en recepción, las ultimas horas Lara no presentaba mejoría.—okey, muchas gracias.

"¡buaa, buaa!"—una vez mas el llanto de uno de los dos demandaba algo.

—ahg, ya voy corazón... —camina a rápidos pasos por dónde provenían la "sirena de ambulancia", encontró a leo llorando y a Lara durmiendo, el pequeño leo queria jugar y lloraba para despertarla.—"ya no creo que esto sea normal"—piensa. Carga a la pequeña y va a la sala, leo siguió llorando. Panamá regresa y trae con el a Leo que por fin dejó de llorar.—ya se, ustedes son los dos o ninguno. —rie.

[...]

—no, no, ¡no! —ya daba la hora para ir a la cita con el medico cuando minutos antes al poner a Lara en la cangurera ella le regurgitó encima. El panameño busca algo mas que ponerse. Escoge algo y se lo pone, en eso que se seguía cambiando tocan a su puerta. —¡ya voy!— gritó desde la habitación, carga en brazos a la menor tricolor somnolienta dirigiéndose hacia la puerta principal.

Se detiene unos segundos antes de abrir, acomoda su flequillo y se asegura que lo que traía puesto no emanara un olor a vomito, pasa a abrir. Apenas supo de quien se trataba vuelve a cerrar casi al instante; para su mala suerte no cerró completamente, al mirar abajo entre la puerta se interpuso un objeto alargado, al ver que la otra persona se adentraba a su casa se alejó. 

—no te quiero ver. —habló firme el panameño, aunque con miedo a la vez.

—(Panama, I need us to talk ...) Panamá, necesito que hablemos... —pide el gringo, este tenia un parche en el ojo, un vendaje que cubría su frente y alrededor, caminaba con un bastón a causa de su cojera.

i'm sorry little... ones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora