Gray:
Caminamos pegados, unos al lado del otro. Seguíamos sin mediar palabra, sin embargo no era un silencio incómodo. Llevo puesto unos vaqueros negros, con playeras negras que chirrían un poco al caminar, una camisa roja y una chaqueta azul. La miré de reojo, ella lleva mi ropa, una sudadera negra, sus vaqueros azules y zapatillas blancas. "Aunque lleve ropa de hombre se ve muy linda". Parece que se dio cuenta de que la estaba observando porque me devolvió la mirada, de pronto me agarró de la mano, sentí su calidez, me estremecí, estuve tentado a apartarla puesto que no estoy acostumbrado a este tipo de contacto, pero ella me la apretó un poco y decidí dejarla donde estaba.
La estaba llevando a un lugar donde, a mí por lo menos, me hacía sentirme seguro, un lugar donde mis problemas se evaden y esperaba que funcionase con ella también. Fuimos así, agarrados de la mano, hasta llegar a la colina, desde allí podía verse toda la ciudad, estaba atardeciendo. Llegamos en el momento adecuado, la vista era asombrosa, los colores anaranjados y amarillos del cielo se posaban sobre los edificios, y el sol, con sus últimos rayos del día iluminaba aún las calles. Lo había visto muchas veces pero aún así me dejó sin aliento.
-¡Qué pasada! – dijo bastante sorprendida la chica a mi lado – ¡gracias!
Nos sentamos uno al lado del otro sobre el césped contemplando el paisaje, pensé en darle conversación para que se distrajera un poco, comenzamos hablando de trivialidades como el instituto y nuestra directora, o de lo nerviosos que se ponían nuestros mejores amigos, Natsu y Lucy, al estar cerca uno del otro. Reímos.
Juvia:
Al rato, Gray sacó los sándwiches que había preparado. Eran de atún, millo (o maíz) y mahonesa. Nunca los había probado y estaban deliciosos, diría que incluso se me iluminó la mirada con solo darle un bocado.
-¿Te gusta?
-Me encantan – esbocé una sonrisa
Con tanta conversación, no me di cuenta de lo rápido que pasó el tiempo y estaba prácticamente anocheciendo. Gracias a Gray, me había olvidado del tema de mi padre y lo que había pasado en el día. La verdad que se estaba comportando como un caballero. Observé alrededor nuestro, estábamos sentados sobre el césped pero no muy lejos de nosotros se encontraba todo un campo de flores de distintos colores, también hay algunos árboles desnudos, casi sin hojas debido al frío. Le di otro mordisco al sandwich y bebí un poco de zumo.
-Este lugar es mi pequeño secreto – comenzó a decir, le miré, mientras hablaba comencé a observar el perfil de su cara y cómo le caía el pelo en ella – cuando tengo ganas de estar solo y necesito un poco de intimidad, vengo aquí.
Me pareció alucinante que algo tan íntimo para él lo haya compartido conmigo, parece que poco a poco se abre a mí, y, en especial esta tarde, parecíamos más unidos que de costumbre.
-Tranquilo, guardaré el secreto
-Pero eso sí, no lo comparto con nadie – a lo que me guiñó un ojo
-Ahora lo estás compartiendo conmigo, idiota – le di un coscorrón en la cabeza y me reí
-Eso que acabas de hacer... - me miró de forma siniestra – no te lo perdonaré - se acercó a mí disipando la pequeña distancia que nos separaba – yo, Gray Fullbuster te echó la maldición de las mil cosquillas - ¿Qué acaba de pasar? Pensaba que se había enfadado de verdad hasta que dijo eso de las mil cosquillas.
Comenzó a hacerme un montón de cosquillas en la barriga y no pude evitar reírme. No podía parar de soltar carcajadas y de mover el cuerpo de un lado a otro intentando zafarme.
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Sentirme segura para ser libre -Gruvia-
FanfictionJuvia tiene una relación complicada con su padre, en el camino hacia la madurez conocerá a Gray. ¿Qué sorpresa le tendrá preparada el destino?, ¿Cuál será su elección?. *Los personajes pertenecen a Hiro Mashima de la serie Fairy Tail.