Sentimientos destruidos

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Gray:

Pasaron varios días desde lo ocurrido el fin de semana con Juvia y no había tenido oportunidad de hablar a solas con ella. Estaba deseando verla, la había visto estos días en el instituto pero quería quedar con ella fuera de ese lugar, así que fui a casa de Lucy con los demás como de costumbre. Estaba nervioso y ansioso por su llegada aunque intentaba disimularlo. Quería invitarla a salir aunque no sabía cómo se lo diría. Tenía que esperar a que terminase de limpiar las aulas por su castigo y se me estaba haciendo eterno. Natsu me sacó de mis pensamientos cuando me insultó.

-Idiota, ¿no tienes otra cosa mejor que hacer que meterte conmigo?

-¿Por?¿te molesta, cabeza de hielo?

-¿De dónde sacaste ese mote fogata? – le dije cabreado lanzándole un puñetazo pero este lo esquivó y le di en la cara a Erza.

En seguida noté un escalofrío por todo el cuerpo. A este paso me estaba ganando su odio más profundo. Me miró con una cara de lo más aterradora.

-¡Malditos! – gritó Erza – ¡hoy tengo una cita muy importante y ustedes van y me golpean! ¿Son idiotas o qué?

Natsu y yo temblamos por el miedo. Cuando Erza se enfurece no hay nada más terrorífico que esa mirada asesina que nos hecha y la golpiza que viene después. Comenzamos a correr por toda la casa perseguida por la malvada pelirroja.

-Siempre igual – suspiró Levy.

-Idiotas, no van a cambiar – se reía Gajeel, hasta que Natsu le lanzó un cojín a la cara y se unió a la pelea. Levy suspiró poniéndose la mano en la cara.

-¿Pero por qué me quieres golpear a mí también si fue Gray quien te dio? – preguntó Natsu sin dejar de correr a la vez que lanzaba todos los cojines que podía.

-Pero si fue tu culpa, idiota – le dije molesto sin dejar de correr.

Erza llegó a alcanzarnos y no se contuvo para nada, dejándonos con algunos moratones. A pesar de que muestra casi siempre su apariencia dura, en el fondo tiene buen corazón y nos quiere con locura, sobre todo cuando no la molestamos. Nos sentamos en el suelo agotados. Suspiré.

-Natsu – le dije – sigues siendo un completo idiota.

Él fue a responderme cuando se escuchó abrirse la puerta.

-¡Oh! Ya llegaste Juvia, por fin – dijo Lucy.

-Sí, menos mal, estoy agotada pero lo pasé muy bien – contestó.

-¿Lo pasaste bien limpiando? – preguntó Natsu con una ceja levantada sin comprender.

-Bueno, no estaba sola, Lyon también está castigado y limpiamos juntos, ponemos música para que se nos pase más rápido.

Cerré mis manos en un puño y fruncí el ceño, no podía creer lo que estaba escuchando, ¿Qué Juvia pasaba el castigo acompañada, y con Lyon?, ¿Y encima estaría dos horas al día a solas con él? Eso me enfurecía. De repente, tuve ganas de estar castigado también.

-Bueno chicos, me voy a dormir un rato, realmente estoy exhausta – resopló y entró en su habitación.

Seguimos armando jaleo, como siempre, aunque en el fondo tenía ganas de ir hasta su habitación y ver si se encontraba bien. Natsu, Gajeel y yo no parábamos de hacer tonterías y retos absurdos para ver quién era mejor, a lo que Lucy se enojaba porque decía que le estábamos echando a perder su piso. Natsu no paraba de reír y Erza nos echaba unas miradas... que si las miradas matasen, ya estaríamos más que muertos.

El siguiente reto fue comerse una tarrina entera de helado para ver cuánto aguantábamos. Natsu no iba ni por la mitad cuando cayó desfallecido a causa del frío que le congeló la cabeza. Erza de un golpe lo despertó y Lucy le quitó la tarrina.

Sentirme segura para ser libre -Gruvia-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora