Capítulo 3

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Kurahashi estaba aterrada. Aquella mirada fría y penetrante, aquella diabólica sonrisa que se encontraba oculta debajo de la cuerda.

Solo expresaban una cosa

“ En cuanto me libere te maldeciré”

Kirara Hazama estaba furiosa. Su cabello oscuro estaba brillando por la brillantina que le vertieron encima. Sus párpados estaban pintados de suaves tonos pasteles e inofensivos. Y a su lado habían colocado un peluche de unicornio.

En cuanto se liberara se vengaría echándoles una maldición y le quitaría la cabeza al peluche.

Su aura de terror sufría un ultraje.

Takebayashi, Chiba y Maehara se encontraban redactando un mapa de la gruta teniendo como referencia aquel lugar amplio al que nombraron la sede. Agradecían profundamente el entrenamiento del profesor Karasuma ya que al enfrentarse con los enemigos de la Clase E podían adaptarse a esa situación con mayor facilidad que un estudiante promedio.

Kimura se hacia cargo de recorrer los lugares señalados con tiza para ayudarles a escribir un mapa. Hara intentaba aliviar el ardor de las ampollas al trabajar tanto en tan poco tiempo y en una esquina un grupo de chicas se encargaba de hacer a Hazama menos aterradora. Lo que de por sí era una misión imposible.

Sugaya había conseguido las tizas de la misma cueva, quien sabe como y además de Fuwa, Hara, Kurahashi, Toka y Okano; Hayami, Mimura y Okajima se encargaban de colaborar el seguimiento de señales.

- Por que Okajima está con nosotras?

Miraron al pervertido de la clase E quien imito a Isogai

- Para protegerlas bellas damas. Ya no deben temer las protegeré cueste lo que cueste!

Las chicas lo miraron de forma reprobatoria. Sus palabras podían ser geniales pero al verlo sacando fotos sin inmutarse no podían hacer otra cosa que sentir asco.

Era un pervertido con las diez letras.

Okano suspiró.

Era una de las mejores capacitadas en la lucha pero no podía mantener la calma en una situación así.

Podía dañar a un oponente, defenderse, atacar, no suponía un problema con sus habilidades actuales. La cosa cambiaba cuando se trataba de espíritus.

Las historias de Hazama solo aumentaban el miedo que tenía almacenado y sabia que sería un estorbo al solo poder temblar en el momento de adentrarse a uno de los múltiples túneles que habían en esa extensa cueva. Se quedaría paralizada y odiaba ser tan… débil.

- No eres débil – Maehara se sentó al lado suyo – Creo adivinar que piensas pero la verdad… podría decir que este lado indefenso. Me atrae aun mas~

Acerco su cara a la gimnasta quien lo aparto bruscamente. Tenía miedo pero Maehara se encargaba de mantenerla distraída de sus miedos, aunque le cuesten dolores ante sus nada frágiles golpes.

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- Marchando carne de cañón!

Kimura se podía encargar de varias zonas gracias a su velocidad y un acompañante podía retrasarlo en vez de colaborar. Por esa razón se determino que Nakamura torturar… daría apoyo al equipo de Terasaka.

- Maldito Karma! Me toma por idiota? Seríamos mas útiles encontrar la salida de una buena vez.

El equipo Terasaka tenía que estar dispuesto a dar apoyo si algún equipo estaba en peligro. Y Nakamura tenía que acompañar a Kimura pero solo lo retrasaría. Y era mas divertido hacer enfadar al volátil de Ryoma ya que su equipo se uniría para fastidiar al ex brabucón.

- Creí que Karma había sido claro~ Si no te agradaba su idea podías enfrentarte a el y mandar lo que querías si le vencías~

Rio comenzó a burlarse

- Ara~ Así que le tienes miedo a Karma verdad Terasaka-kun?

- Vete a por otro lado! ¡Bruja!

Nakamura, con la sonrisa de haber cumplido su misión se fue a investigar. Paso por el lugar en donde goteaba agua desde un risca alto, dando por encima de un rio con el grosor de un hilo y dirigió la luz de la linterna por encima de ella moviendo su mano para que parezcan sombras de monstruos.

No era momento de asustarse.

La luz de su linterna parpadeo, y ella entrecerró los ojos fastidiada. ¿A quien debía secuestrar por su inutilidad al cargar la linterna?

Miro delante de ella y una cesta llena de emparedados brillaba con luz fosforescente.

Sonrió derrotada.

- Ah!

Lanzo un grito ahogado al ver como podía sentir una presencia detrás suyo.

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Kirara ya se había librado de la soga cuando sobresaltada al escuchar algo inusual bajo la cabeza y callo la historia del minero.

Kurahashi que ya temblaba se sorprendió y observo a Hazama, quien no había interrumpido sus relatos a voluntad hasta ahora.

Un sonido distorsionado viajo hasta ellas. Sonaba con una risa maliciosa, causando que a Takebayashi se le cayeran los lentes. Si los hubiera traido a la cueva, claro está.

- Ichi – musito la azabache para volver a callarse.

Koki Mimura señalo a Hazama.

- Traje cinta de embalaje.

Mientras intentaban colocarle a fuerza el implemento para evitar que lanzara malos augurios por doquier el grupo Terasaka intentaba seguir el rastro de tiza de Nakamura.

Muramatsu estaba al fondo, Itona fue a buscar a Kimura, Terasaka corría al frente con Yoshida de apoyo ya que Sugaya se encargaba de conseguir tiza.

Todo bien pero una tiza quebrada y una línea distorsionada hasta arriba ,altura difícil de rayar para Nakamura se extendía hasta perderse y el trozo de tiza.

Una cesta brillaba en una esquina y Muramatsu la agarro fuertemente. Al menos se llevarían botín.

- Justice tampoco esta y la línea blanca esta para arriba y para abajo, como si hubiese forcejeado – Reviso para intentar encontrar a Nakamura y al no verla pero si a la tiza y los garabatos bufo. También miró la canasta de Muramatsu – Vamos a la sede e informaremos que dos han desaparecido. Dame eso Muramatsu al menos no sabe como si fuera tu asqueroso ramen.

Terasaka marchó y volteó a Muramatsu. Si no era su comida y ni de Hara ¿De quien provenía?

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Dianemi's Note:
El próximo capítulo se publicará en unos días
Hasta la próxima

Terror en la cuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora