Capítulo 4

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Dos desapariciones.. esto es muy malo.

El peliceleste intento sacar conclusiones por si mismo. Las posibilidades de que un asesino ajeno a la clase E intentara aprovechar mejor la situación con algunos rehenes a su cargo podía ser alta. O quizá se toparon con algunas personas, ya sean buenas o no, los retuvieron con ellos. Si, aunque.

- Okuda-san Que es lo que crees..  ¡Okuda-san!

Nagisa miro para todos lados del pasadizo, temblando hasta los cimientos al pensar en haber extraviado a la pelimorada. Era una de las compañeras con las que era mas cercano, y sin contar que cierto pelirrojo dejaría de lado la diplomacia y amistad si perdía a Manami.

- OKUDA! OKU… okuda?

La figura estaba abrazándose a si misma en la mitad del  camino temblando y con lagrimas en los ojos. Shiota suspiro, Nakamura era alguien cercano a ellos dos y también estaba preocupado.

Por favor Nagisa-kun – suplico con la voz entrecortada – Podrías decirles que me quedare a ayudar a Takebayashi? T-tengo mucho miedo.

La científica abrazaba sus piernas que no cesaban de temblar.

- Además creo que sería muy inútil en esta situación – musito muy bajo, pero el susurro no paso inadvertido para Nagisa.

Negó con la cabeza, Karma podía ser muy cruel a veces pero Okuda era bastante despistada.

“Esas palabras iban dirigidas a Takebayashi”

La frase rondó en su mente, y cuando estaba cerca de pronunciarla pudo captar algo.

Hablaría muy seriamente con Akabane, por mas que era su amigo no podía tratar de esa forma a las personas.

••••••••

Isogai miro a todos muy serio. Terasaka empezó a culpar a Karma y Nagisa por sugerir los grupos, siendo detenido por Kataoka.

- Si ellos no sugerían esa opción, tarde o temprano yo lo hubiera hecho. En realidad era la mas estratégica para cubrir terreno.

- Apártate Kataoka!

La delegada frunció el ceño. Abrió la boca siendo interrumpida por Isogai.

- Terasaka, compórtate por favor. En estos momentos, mas que echarle la culpa a alguien o provocar la separación del curso, debemos encontrar la manera de encontrarlos y encontrar la salida. Nuestra prioridad debe ser aprovechar de la mejor forma la carga que tienen las linternas y móviles, racionar la comida que nos queda. También algunos realmente estamos agotados.

En el piso ante las miradas extrañadas de algunos, un grupo de cinco personas dormía de manera apacible, siendo la única forma que se tranquilicen. Sugino extendió su chamarra para abrigar a Kanzaki preocupado.

- Chicos. Los que estén dispuestos a continuar, Muramatsu les entregara un emparedado para que se dividan a mitades. Nos desplazaremos en pequeños grupos de a cuatro y cada hora volverán dos para notificar avance alguno. Les avisaremos – trago grueso – Les avisaremos gritando. Intenten no sobresaltarse y en el grupo solo dos personas deben tener el teléfono encendido. Racionen su batería al máximo.

Muramatsu comenzó a entregar a cada grupo de forma cuidadosa. En total habían 16 personas.

- Hazama, idiota. No iras!

Kirara miro de forma curiosa al antiguo brabucón.

- No me asusto con facilidad. Además acompañare a Chiba y Hayami

Miraron a los franco tiradores que discutían de quien se quedaría. Para ser una discusión no estaban sobresaltados, ni enojados, daba miedo.

- Yo me quedare, nos vendría bien el apoyo de los dos, están bien compenetrados – afirmo Mimura que no tenía sueño para nada al igual que el de lentes – Ayudaré a Takebayashi y Fuwa nos asistirá muy bien.

- En efecto – la detective sonrió satisfecha – He determinado que hay cuatro rutas posibles, de las cuatro tres están adelante y una esta atrás de nosotros. Aunque solo un grupo será de tres.

De forma inmediata se agruparon con los amigos mas cercanos y Sugino suspiró.

-  No se preocupen yo iré al grupo de Chiba, creo que ustedes lo manejaran bien – Okuda lo miro y dijo.

- Sugino-kun yo, yo me quedare. Seré de más utilidad aquí. De todos modos no se me da el combate.

Kayano miro mal a Karma, Nagisa suspiro y fue a hablar con Isogai para informarle algo y Karma chasqueo la lengua.

- Nos vendría bien tus conocimientos – argumentó el de ojos cobrizos

Muramatsu entregaba la comida de manera tranquila. Se sentía mas seguro al unirse a la excursion como integrante eterno del grupo Terasaka.

Cuando terminaron de hablar con el chico de apariencia andrógina, Megu y Yūma tenían una expresión lúgubre mientras el peliazul explicaba algo más con voz baja

-  Akabane-san. Ven un momento

Karma se aparto de la fila con evidente desagrado, momento que Itona se adelanto a Terasaka para preguntar a Muramatsu.

- Me mosquea que no seas tu ni Hara quien nos de esa porquería que si sabe bien. Quien la hizo?

Ambos fueron interrumpidos por una escena que se desarrollaba en la esquina de la sede.

Isogai tenia el ceño fruncido junto con Kataoka. Nagisa se veía serio, observando atento cualquier movimiento del demonio de la clase E.

- Lo deje claro desde el inicio. Pueden utilizar el nombre, no hay necesidad de formalismos.

- Creo que esta vez son muy necesarios, Karma. Puede saberse a que van Nakamura y tu, con esto?

La luz de las linternas parpadearon.

Itona comenzo a hilar. Algo no cuadraba.

- Karma, siento ser directo pero ni tu ni Nakamura tienen la diligencia de dar linternas o no causae ningún susto en toda la excursion. Normalmente aprovecharian la oportunidad pero no hicieron nada. No me molesta pero el asunto ya es serio - Nagisa estaba frustrado y liberando su abrumadora sed de sangre.

Megu sacudió del hombro a Nagisa indicandole que tenía público, quien se ruborizo. Si antes unos pocos escuchaban sus palabras, por su descuido la clase al completo, excepto los que dormían, estaban pendientes de la respuesta del pelirrojo.

Cuadraba.

Las linternas parpadeaban de manera constante y para dos diablos, no molestar era sospechoso.

- Oigan… chicos.

Muramatsu miro la cesta.

De repente escucho algo detrás de el.

No quería sonar paranoico o débil pero sentía a alguien detrás de el.

Vio su hombro y este estaba manchado de tierra. Mas allá de la mancha, habían ¿dedos?

- Im-imposible, ninguna de las chicas, nadie de la clase se pinta las uñas de rojo o las tiene tan largas.

Itona vio como Muramatsu susurraba bajo, con una gota de sudor recorriendo su frente.

- Muramatsu!

El rubio soltó la cesta y cerro los ojos.

- A-yu-ayuda – pronuncio antes de ser arrastrado a la primera ruta que Fuwa había mencionado.

- Muramatsu! – Terasaka y Yoshida corrieron a ayudar.

Al cabo de unos minutos volvieron, sin Muramatsu.

- El bastardo se lo llevo. Karma, maldito! Dime que hicieron la bruja oxigenada y tu!

Terasaka sabía que las tenía de perder si se le ocurría enfrentar a Karma aun así lo sujeto del cuello de su camisa.

-  Nuestro plan involucraba perdernos. Pero Kimura y Muramatsu no tienen nada que ver. No es verdad Hazama?




Nos vemos en el próximo capítulo

Terror en la cuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora