Capítulo 8

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- ¡Koro-sensei!

Levanto la voz mientras se incorporaba junto con Nagisa, Sugino y Kayano. Mimura retrocedió desconcertado. Kataoka se coloco delante de sus amigas debatiéndose en unirse al combate. Yoshida se habia quedado paralizado.

- Maldición, ¿p-por qué no puedo moverme?

Maehara le empujo en la espalda para que reaccionara corriendo ambos para llegar al lado derecho.

- No habia nadie allí hace apenas unos instantes ¡Cuidado Koro-sensei!

- ¡¡¡KYAAAAAAAA!!!

Koro-sensei adopto su forma gelatinosa y empezó a rebotar por todas las paredes aterrado.

La sombra ladeo la cabeza de forma antinatural.

- ¡Koro-sensei!/Profesor!

Pálidas, ambas chicas quedaron perplejas al ver a los espectros acercárseles. Sus ropas era roídas y deshilachadas, las partes visibles de la piel estaban manchadas de arena y escombros, de sus manos sobresalían unas largas uñas. Uno de ellos acaricio la mejilla de Hinata trazando una fina línea marcada por el filo de la uña, dejando un rastro de tierra.

La gimnasta se aterró en su límite, pero al ver que Okuda estaba en la misma situación intento darle una patada descendente. La esquivó de forma rápida pero sintió por un momento que una corriente de electricidad pasaba por ella, no percibió dolor pero sus extremidades se hallaban paralizadas.

- ¡Okano! ¡Okuda!

Con mezcla de terror e ira intentaron ayudarles, pero fue inútil. Una repugnante risa salió de los labios de aquellas criaturas, mientras amenazaban con dañar su cuello.

Koro-sensei convirtió su color de piel a negro. Sus centellantes ojos rojos mostraban la mas pura rabia.

- No amenaces a mis alumnas como si nada.

Rinka disparo sus balines de roca tallada para brindar apoyo.

Los tentáculos de Koro-sensei intentaron aflojar el agarre y echar un vistazo debajo de la máscara que portaba uno de ellos al igual que nos otros dos.

- ¡AH! – chilló
al ver como el tentáculo atravesaba la cabeza sin nada de esfuerzo, dando la impresión de tratarse de una brocheta sujetando un alimento atravesándolo. Una apariencia que se sostuvo por 0, 3 segundos ya que pareció teletransportarse a otro sitio, liberando un gas que mareo al particular maestro.

Quien tenia agarrada a Okano la coloco en frente para que recibiera el disparo de Rinka. Escapándose un quejido de dolor.

- Eres bastante rápido~ No te gustaría unirte a mi clase. Entras con cuchillas oxidadas y salen relucientes – animo el de piel amarilla.

El sujeto ladeo la cabeza y una escalofriante risa resonó.

- Os escribimos un mensaje pero solo uno de vosotros se digno a leer.

Karma lanzo un cuchillo cerca de la mascara que cubría sus rostros. Este paso por un costado del que sujetaba a Okuda. Nagisa aplaudió y permaneció inmóvil sin daño alguno. El aplauso aturdidor habían fallado.

Una presión desconocida golpeo a Nagisa y a Karma. Cuando Sugino y Kayano intentaron ayudarles sintieron como sus pies no lograban despegarse del suelo.

Algo parecido sucedía con los demás.

Todo estaba realmente oscuro...

- ¡Karma! ¡Nagisa! – los gritos los levantaron.

- Si pueden moverse ¡Ayuden a Maehara!

Ambos se levantaron afirmando con sus miradas. Corrieron lo mas rápido que podían.

Koro-sensei se tambaleaba y balbuceaba incoherencias, así que pasaron de largo e intentaron encontrarles.

Una pared se habia abierto, y planeaban escapar.

- ¡No huyan!

Por muy rápidos que fueran no podían alcanzarles. La pared se cerro en sus narices.

Nagisa cayo derrotado sobre sus rodillas. La respiración no se normalizaba y estaba aterrado.

Koro-sensei no habia podido detenerle.

¿Qué podía hacer un escuálido como el?

- ¡Nagisa! Deja de lamentarte y ven a ayudarnos!

Karma tanteaba la pared con Hiroto intentando encontrar anomalías

- Esta pared tiene que tener algún truco viejo. Algo como un botón o yo que sé, ¡Usa tu vista para algo Nagisa! Aun podemos encontrarles, no esta todo perdido.

-  K-Karma, lo vieron ambos. ¡Esquivo a Koro-sensei!

- ¿Y eso qué? – Maehara no dejaba de tantear una posible entrada – Salvamos a ese pulpo de los planes de Yanagisawa incontables veces! Podremos…

- ¡Koro-sensei limó las rocas!

Karma comprendió de forma inmediata a Nagisa quien apuntaba a su cabeza. Al limar quedaba un rastro de un color mas pálido que el usual.

Una figura rectangular deforme podia verse en el costado derecho casi rozando el techo, unos 30 centímetros mas alto que Karma. Este no se hallaba a una altura imposible de alcanzar y podrían rozarlo sin problemas.

No lo habían notado al creer que estaría a la altura de las manos.

El más alto de los dos estiró la mano para pulsar lo que parecía ser un botón.

- ¿!

- !!!!

Dicha persona cayo de espalda y por mucho que gritaran su nombre no respondía

Terror en la cuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora