Capitulo 1.

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Verónica

-Señorita Daddario, tiene que ver esto –dijo mi asistente, mostrando su celular.

"-En una ardua investigación, logramos obtener pruebas irrefutables de que Alejandro Taylor sería el cabecilla del Cartel de droga que azota en este momento al país. Recordemos que su familia ya había estado envuelta en escándalos parecidos hace dos años, casos que fueron cerrados por un juez por falta de evidencias"

Luego de mostrar un fragmento de video en el que el juez hablaba y fotos de todos nosotros en varios lugares, el periodista siguió hablando.

"Alexander Johnson y él, fueron vistos juntos hace unos pocos días en una reunión familiar en la mansión Taylor, confirmando así, sus conexiones. Esta es una pequeña muestra de todo lo que tenemos para que por fin, la violencia pare. Muchas gracias".

-Viene una oleada de periodistas para acá, tenemos que irnos –dijo el chofer. Asentí.

Con miedo y temblorosa, me quedaba esperar a que Alejandro se comunicará conmigo para contarle, si es que no lo sabía ya.

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Los reporteros me siguieron en varias camionetas, como si de una persecución policial se tratase. Mientras tanto, Catalina mi asistente, intentaba averiguar quién era el periodista que estaba lanzado las acusaciones.

-Su nombre es Aron, 22 años. Era un niño prodigio, consiguió una beca en una de las universidades más prestigiosas del país, obtuvo contactos y empezó a trabajar en el canal nacional hace unos meses. Pero su investigación la comenzó hace dos años, señorita –hablo Catalina, aun con los ojos clavados en su Tablet – en ese año, dos personas aparecieron asesinadas detrás de su universidad y en las noticias lo atribuyeron al narcotráfico.

El chofer freno de golpe, una camioneta se había atravesado. Varias personas se bajaron de esta con cámaras y micrófonos. ¿Qué les pasaba?

-¿Bajo a hablar por usted? –pregunto Cata.

-No, esto lo debo enfrentar yo.

Sin algo planeado, con el riesgo de quedar congelada frente a los medios, ¿qué podría salir mal?

-Señorita Verónica, acabamos de recibir un reporte en el que se comentaba que el jet en el que iba Alejandro Taylor, tuvo un accidente, ¿qué tan verídico es? –cuestiono la periodista.

¿De qué habla?

-El piloto emitió una alerta y después la torre perdió contacto –agrego otra.

Sentí una punzada en el pecho.

-¿Es por su nexos con el narcotráfico? ¿Cree usted que el accidente haya sido algo planeado?

Otra punzada. El corazón se aceleró de una manera muy abrupta. Sentí el mareo aún más fuerte, luego vi todo negro.

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Me desperté en el hospital. Solo que esta vez no estaba Alejandro a mi lado, cuidándome. 

-Catalina –susurre. Ella estaba dormida en un sillón al lado de la camilla, con un vaso de café en la mano -¡Catalina!

-¡Señorita Verónica! ¡Está bien! –exclamo, sin querer disimular un poco su felicidad.

-Mi corazoncito se alegra al ver tu emoción –dije y reímos -¿qué has sabido de Alejandro?

-Por ahora, no me permiten decirle mucho. Llamaré al médico para avisar que ya despertó y le hagan un chequeo de rutina –y se marchó.

Y a su barco le llamo, Libertad.

El Amor Eterno de un Narco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora