El gato y el ratón

117 22 2
                                    

Masajeaba con delicadeza mis sienes, todo ha salido de acuerdo al plan mas no puedo relajarme. Deben pagar todos y cada uno de sus crímenes, no voy a dejar que se salgan con la suya sin importar las consecuencias. Aquella misteriosa silueta se levantaba del sillón y con paso lento y cansado revisaba los monitores, el sonido constante que estos producían le trasmitía tranquilidad y a la vez  dolor.

No pudo evitar derramar unas lagrimas, la culpa lo consumía se arrepentía de lo sucedido, apretó sus puños tiene claro que en la venganza buscaba su propia redención. La representación que tomaba su mano y lo guiaba por el buen camino ya no serviría como su guía, ahora estaba solo, cada decisión que tomaba lo llevaba  por un camino del cual no hay vuelta atrás, aun si pierde su propia esencia y traiciona sus enseñanzas continuara.

Lo juro por lo mas preciado que aun le quedaba, se agacho y deposito un cálido beso en el contrario. Limpio su propio rostro y se reincorporo girando sobre su eje para salir de la habitación, cruzando el estrecho pasillo pensaba en su siguiente jugada ya era hora de bajar las ultimas cartas, el fin esta próximo y nadie lo puede evitar. La luz de la siguiente pieza le molesto ligeramente los ojos, por lo cual los entre cerro quitando el malestar en lo que se acostumbraba.

Lo que mas resaltaba de esta era una pared tapizada de fotografías  con distintas representaciones, todas distintas entre si unidas con delgados cordones denotando la importancia de estos con pequeñas descripciones, incluso la del chofer que ahora tenia sobre su rostro una cruz negra rallada con mucho odio. En el centro de todo yacían las fotos de los norteamericanos, circuladas sus caras dando a entender que serian el próximo objetivo.

Tomo el portátil descargando un archivo que posteriormente trasmitió al USB, probablemente los norteamericanos aun sigan reunidos con ONU intentando esclarecer los recientes acontecimientos, al pensar en esto una sonrisa se formo en sus labios bufándose de todos ellos. Los conoce bien y sabe perfectamente que son tan orgullosos como para pedir ayuda, seguirán dándole vuelta a las piezas del rompecabezas obligándolas a que encajen, sin darse cuenta que solo las tienen porque él así se los ha permitido.

Tomo las llaves y salió del sitio, no sin antes mirar una ultima vez aquel portón que resguarda el  ultimo fragmento de su alma. A pesar de que su andar era lento y pesado seguía firme en su creencia, no le tomo ni tres minutos llegar al auto donde seguía repasando el plan, sin darse cuenta arribo al destino deseado. 

Salió del coche colocándose una gorra que ocultara su rostro ante las cámaras, entro al edificio siguiendo la ruta que tenia mas que aprendida, una vez en la puerta procedió a buscar la llave entre sus bolsillos al entrar y no ser recibido mas que por el silencio afirmo que su suposición era cierta, tenia que darse prisa antes de que las representaciones aparecieran.

Hecho un vistazo a la zona, no es como si le interesara husmear entre las cosas había estado en ese lugar diversas ocasiones, tan así era que conocía los sucios secretos de cada uno de ellos o por lo menos lo que resguardaban aquellas paredes, ante sus ojos no eran mas que basuras ocultándose de la sociedad reflejando lo que les conviene, bastaba ver al canadiense con su cara de mosquita muerta siendo en realidad uno de los grandes distribuidores de pornografía.

Ni que pensar de los otros dos que eran iguales o peores, apretó tan fuerte su mandíbula que al raspar sus dientes causaron un fuerte chirrido, los odiaba con todo su ser y lo que mas deseaba en el mundo era hacerlos sufrir. Aun intentando controlar su rabia fue a la sala de estar donde encendió el televisor preparándolo para la "bella" sorpresa que les tenia. Una vez arreglado todo se disponía a retirarse cuando noto la luz verde parpadeando del aparato, estaba tan sumergido en sus pensamientos que no sabia cuanto tiempo había permanecido así.

Lo primero que hizo fue sacarse el aparato del cinturón y apagarlo, era muy temprano para alarmarse, este objeto solo indicaba si alguien rompía el haz de luz del sensor de movimiento colocado anteriormente a una distancia pertinente del apartamento, a lo mejor era otro inquilino o la señora de la limpieza. Cubrió su rostro al sentir vergüenza de tan estúpidos pensamientos, eran ellos y el lo sabia en este piso solo hay cuatro apartamentos de los cuales los otros tres la mayoría del tiempo están desocupados para darles privacidad a las representaciones.

Quería meditar un rato que es lo que debía hacer, así que tomo asiento en el sillón relajándose un poco. Si se dejaba ver ahora terminaría con este juego del gato y el ratón, mas era probable que se perdiera de ver sus "adorables" rostros al escuchar el contenido de la memoria y eso le quitaba gran parte de la diversión. Cansado se recostó colocando el antebrazo sobre sus ojos dejando escapar un suspiro, el tiempo se le terminaba en cualquier instante entrarían por esa puerta lo que decidiera tenia que ser ya.

Tal vez subestimo el andar de los contrarios o se quedo recostado mas de lo que debía, pues el sonido de la puerta al azotarse lo hizo estremecer un poco. Los norteamericanos permanecían en silencio, la reunión termino sin llegar a esclarecer algo, solo provocaron mas disputas de las necesarias cansados se dirigían a sus respectivas habitaciones cuando notaron algo. 

Groenlandia fue el primero en acercarse, el sonido de estática se hacia cada vez mas fuerte hasta llegar al origen ahí es donde noto el televisor encendido. Canadá lo siguió encontrando un cojín tirado en el suelo, fastidiado de aquel incesante ruido que parecía taladrar sus oídos USA alcanzo a los bicolores, al principio busco el control remoto al no hallarlo opto por hacerlo manualmente, pero antes de lograr su cometido la pantalla se estabilizo dejando ver una linea.

Intrigados por aquello optaron por saber de que se trataba y como si el aparato conociera sus deseos comenzó la grabación. Feliz con su cometido posiciono el control en el pasillo de la entrada abrió la puerta y salió del hogar de los norteamericanos, en verdad que no se esperaba la anticipada llegada de estos, pero él era el mejor en lo que hacia al igual que un mago solo debes desviar la atención del espectador a otro punto y este solito ignora su alrededor. 

Miro el teléfono y sonrió al ver a los tres sentados como buenos niños escuchando la cinta, por sus rostros sabe perfectamente que les ha gustado, ahora conocen el daño de sus palabras y acciones solo queda esperar que ellos mismos vallan al ultimo escenario. Aparto la vista del teléfono y siguió su camino, no quería chocar o tener algún accidente ya que se encontraba manejando. Por fin esto va a terminar, ya no tiene que seguir ocultándose va a cobrarse todas y cada una  de sus jugarretas. 

DesaparecidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora