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"She loved mysteries so much that she became one." - John Green

(Le gustaban tanto los misterios que se convertió en uno.)

Salí corriendo de allí y me dirigí a mi casa, el único lugar en el que no podían hacerme daño. Sabía que Dylan me había estado siguiendo un rato pero no quería hablar con él; no quería hablar con nadie. Yo no me merecía esto, no.

En un momento paré de correr y me di cuenta de que estaba llorando. No lo había notado hasta ahora. Me sequé las lágrimas mientras que una mueca de asco aparecía en mi cara al tocarlas. Era demasiado débil y eso tenía que cambiar.

Harriet se había metido donde no le convenía y yo ya no iba a actuar como Ariel la chica inocente; ahora era Ariel, la que va a acabar con todos vosotros. Entonced recordé la carpeta con información que me había dado Tania sobre Harriet. Aquella carpeta sería mi camino a la victoria.

Seguí andando mientras pensaba en todo esto. ¿De verdad me lo merecía?

-¡Ariel!- gritó alguien a mis espaldas.

Seguramente era Dylan así que ni me molesté en girarme. Simplemente le dije:

-Vete, Dylan. No quiero hablar con vosotros.

-¿Dylan?- preguntó confuso con una voz grave y lenta. Ese no era Dylan.

Me giré y vi que era Harry. Llevaba un pañuelo en el pelo que recogía sus rizos; normalmente esto no me gustaría pero a él le quedaba genial. Sus típicos pitillos negros se encontraban al rededor de sus piernas y llevaba una camisa negra y blanca encima, la cual estaba medio abierta. Había una bolsa marrón de cuero colgando de du hombro.

"Mierda, Harry. No me des estos ataques cardíacos."

-Pensé que eras mi amigo.- le dije mientras me acercaba un poco.

-¿Qué ha pasado? - notaba algo de tristeza en su mirada. Le daba pena y odiaba darle pena a la gente.

-Estoy bien, ¿vale?- le espeté - Se me ha corrido el maquillaje y se me ha metido en el ojo.

-Tu no llevas maquillaje.- mierda, me conocía.

-Pues hoy sí.- me di la vuelta y continué caminando a mi casa.

Su mano se posó en mi mano y me dio la vuelta. Ahora, ambas manos me sujetaban mientras su mirada me penetraba.

-Cuéntamelo, Ariel. - me exigió mientras me examinaba.

Con su dedo, me limpió el maquillaje que me había puesto hoy y me secó varias lágrimas. Era tan dulce.

-Simplemente es Harriet. Te hablé de ella, creo.

Por el camino le expliqué lo que había pasado y él parecía estar atento. No debería estar pensando esto, pero Harry me gustaba. Maldita sea, era tan...tan él.

Me encantaba como sus labios se movían lentamente a la hora de hablar y me encantaba como su mano removía sus rizos cuando le estorbaban. Aquel color esmeralda que se encontraba en sus ojos le hacían parecer puro, aunque de algún modo sabía que había muchas facetas de Harry que no conocía.

-Es mejor dejarla. No te molestes en hacerle daño.- me abrazó fuerte.- El karma se lo devolverá.

Podía oler su colonia ya que mi cabeza se encontraba en su pecho. Los latidos de su corazón me calmaban.

-No, lo haré yo.

-Vale, yo te ayudaré.- me dijo.

Asentí para darle las gracias. No quería hablar. Quería estar así con él todo el día.

Arrancando los Pétalos - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora