Cautiva En Tu Alma - Peter Pan/Robbie Kay Y Tú (En edición)

Capítulo 10

Narra T/N:

A la mañana siguiente me levanté dispuesta a saber el porqué mi amigo había terminado como un casi sacrificio para aquella extraña tribu, así que me arreglé y  con pasos seguros me dirigí hacia el campamento. Al llegar busqué con la mirada al castaño entre todos los otros chicos, quien se encontraba sentado en uno de los troncos mientras veía fijamente sus muñecas, se veía un poco pálido pero creo que es normal pues no ha comido en al menos dos días. Me acerqué lentamente, tratando de que él no me viera llegar, y sorprenderlo por la espalda.

Sin hacer ruido fui acortando la distancia entre nosotros, inhalé profundo y me estiré para parecer más grande pero antes de que pudiera articular alguna palabra, él simplemente soltó.

-Te vi desde que llegaste, ni siquiera se te ocurra tratar de asustarme, simplemente no funcionará.

Decepcionada por mi intento fallido, tomé asiento a su lado, mientras que él seguía observando sus muñecas fijamente. Nos encontrábamos ambos en silencio, traté de ver aquello en sus extremidades que llamaba tanto su atención, sin embargo se dio cuenta y se cubrió rápidamente. Creo que eran marcas de las sogas pero estas tenían un color inusual y como ya había dicho antes, soy muy curiosa así que pregunté.

-¿Qué tanto miras en tus manos? -lo miraba fijamente, incitándolo a que respondiera mi pregunta antes formulada, sin embargo él sólo se limitó a encogerse de hombros y desviar su mirada hacia otro lado, claramente incómodo-.

-No es nada de que preocuparse, sólo que las ataduras me dejaron marcas y aún no se han ido.

Asentí, aún sin creerle del todo y mientras nos quedábamos en silencio, me pregunté dónde podría estar Peter, pues sólo lo vi anoche en nuestro "rescate", y después desapareció como siempre, le encantaba hacerse el misterioso. Inconscientemente rodé los ojos y sonreí , de alguna manera eso me gustaba.

Y tal como si lo hubiera invocado, apareció en el campamento y se dirigió directamente a donde me encontraba.

-Ven conmigo -extendió una de sus manos en mi dirección, dudé un poco en hacerlo o no pero finalmente me decidí a aceptarla-.

En el instante en que lo toqué una nube verde nos rodeó y aparecimos afuera de una isla hecha de roca y con forma de cráneo. 

-Supongo que esta debe ser la Roca Calavera, o me equivoco? -pregunté mientras ambos nos adentramos en esta y subimos por unos escalones hasta la parte superior-.

-Estás en lo cierto, bienvenida a la Roca Calavera ahora, necesito mostrarte algo.

Al llegar, me sorprendí a encontrar muchos cráneos escalofriantes hechos de rocas, pero lo que más me llamó la atención fue un gran reloj de arena en el centro el cual contenía muy poca arena en la parte posterior.

-¿Para qué sirve esto? -señalé al reloj de arena, Peter sólo se acercó y lo miró con nostalgia-.

-Este reloj mide lo que queda de vida para Neverland, T/N, Neverland está muriendo y me temo que no podemos hacer nada.

-¡¿Qué?!, no, seguro hay algo que podemos hacer! -Aunque extrañaba a mis padres y mis amigos en mi mundo, descubrí que me siento mucho más cómoda aquí, este lugar es como mi hogar-.

-Ya te lo dije, no podemos hacer nada -nuestros ojos se encontraron pero él desvió la mirada, hay algo que me está ocultando-.

-Conozco ese tipo de miradas, si hay una forma, pero no quieres decirme -dije en un susurro, mirándolo fijamente a los ojos-.

Él sólo se relamió los labios, bajó la mirada unos segundos, volvió a mirarme y asintió.

-Debes decirme, juntos podremos evitarlo, este lugar se ha convertido en algo muy importante para mí y no lo voy a dejar ir tan fácilmente -con pasos cautelosos y sin despegar mis ojos de los suyos me acerqué a él, quedando así frente a frente a escasos centímetros uno del otro-.