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¿Que tiene de interesante esa pared?

— Las gotas de lluvia que caen por ella... –dijo sereno– ¡Mira, Mira! ... ¡ESO, Sii!

¿Que pasó?

— Ganó la gota de la derecha, llegó primero al suelo...

El niño suspiró bastante cansado.

— ¿Cuánto tiempo hemos estado aquí, Pogo?

—  Cinco días, creo...

Cerró los ojos, y su estómago rugió.

— Tengo hambre Pogo –dirigió su mirada a su amigo que estaba sentado al lado suyo. Al principio pensaba que era solo una voz de su cabeza, pero se equivocó, su amigo tenía un lindo maquillaje que cubría su rostro, junto con su pelo morado que parecía un apetitoso algodón dulce, su ropa era bastante colorida.
Sin duda la acompañia de Pogo en estos momentos era bastante necesaria.

¡Pogo tiene una idea! –dijo entusiasmado tras unos minutos de silencio.

(. 🍬 .)

— ¿Estas seguro de esto Pogo? –habló algo temeroso.

Tú tranquilo, confía en Pogo –dijo seguro.

Y así es como el pequeño niño rubio cometió su primer robo, llevándose consigo unos dulces rancios y un sándwich de jamón y queso.

¡¿Ves?! ¡Todo salió bien! –dijó con una sonrisa de oreja a oreja, desbordando más que felicidad.

— ¡S-Si..! –exclamó con la respiración agitada– Aunque corrimos como 8 cuadras por unos dulces vencidos y un pan más duro que una piedra.

El niño se sentó en el suelo, apoyando su espalda contra el muro húmedo y comió lentamente aquel sandwich, guardó los dulces en su bolsillo de su chaqueta roja.
Cuando terminó, un gran sentimiento de nostalgia le invadió.

— Pogo... –llamó sutilmente a su amigo.

El pelimorado le miró con una sonrisa.

— Quiero ir a casa...















































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Creo que haré más partes cortas para terminar esta historia.

La imagen del inicio es de @ShanstanSkz en Twitter✨

Dancing Under The RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora