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Tú querías venir, atento a las consecuencias... –se cruzó de brazos molesto.

— ¿Que le pasó a este lugar? –mira atónito cada esquina de su casa– ¿Por qué está todo roto y desordenado? –dirigió su mirada a su amigo.

¿Por qué me miras a mí? Yo no lo sé

El niño se dirigió al lugar donde debería estar los cuerpos de su madre y hermana. Y las vió allí, vió sus cuerpos, era solo una ilusión de su mente pero se veía tan real.
Empezó a llorar por el recuerdo.

Te haces daño, niño –habló suavemente Pogo– Quiero irme de aquí, y tú también...

— ¿Por qué...? –susurró– ¡¿Cómo todo se fue a la... M-mierda de un día para otro?!

Vamos~ quiero irme, a ti tampoco te hace bien volver aquí.

Mathias hizo caso omiso a las insistencias de su amigo.

Subió a la habitación de su hermana, encontrándose todo destruido y esparcido por todo el lugar. Se dirigió a la habitación de sus padres, ropa tirada por el suelo, algunas botellas de whisky, vidrios, y la cama estaba desordenada.

¡Pogo quiere irse! ¡Pogo se siente mal!

— Tranquilo, quiero ir por algo a mi habitación y nos vamos –le dedicó una triste sonrisa a su amigo– ya no puedo hacer nada aquí... –susurró.

Bien, Pogo quiere ir a la cocina –el pelimorado se fue.

Mathias abrió la puerta de su habitación, esta hizo un leve chirrido. Encontró todo en su lugar y limpio.
Un peluche cayó de su repisa, era su favorito. Se trataba de un payaso con ropas coloridas y cabello morado, curiosamente parecido a su amigo. Tomó el peluche y lo abrazó, soltando leves sollozos.
Apoyó su espalda en la pared y se sentó en el suelo, y sus sollozos cesaron en una llanto desconsolador.

— ¿Papá estará buscándome? –habló para sí– Nunca debí salir de casa, y dejar la ventana abierta... ¿E-Es mi culpa? –sentía un nudo en su garganta, ahogandole– Papá–

Fue interrumpido.

— Papá nos abandonó... Te abandonó

Eso era lo que no quería creer, no quería saber la verdad, que su propio padre le abandonó.

Pero no estás solo... No debes sentirte solo, Pogo está contigo.

Pogo abrazó al indefenso niño.

Vámonos de aquí, te lo pido amablemente –el pelimorado se levantó y se dirigió a la puerta, seguido por la atenta mirada del niño– ¿Ahora que pasa?

— ¿Que tienes en la mano? –dijo apuntandole.

Oh~ –le mostró su mano, que tenía unos cuantos billetes– ¡Ahora Pogo no es una persona de pocos recursos económicos!

— Eso no nos va durar ni un mes

El rubio se puso de pie. Y junto con su amigo bajaron al primer piso.

— ¡Espera! –detuvo a su amigo– Quiero ver si hay comi–

¡Por Dios! –exclamó desesperado– ¡Pogo quiere irse de este lugar sucio y pobre!

— ¡Ya cállate joder! –exclamó molesto– que pesao' coño

¡A Pogo no lo trates así, niño! –gritó furioso.

— ¿Por qué me gritas? ¡No me grites! –gritó tambien– Además es mi casa, y tengo hambre

¡Pogo sin paciencia! –se dirigió a la puerta de casa– ¡Pogo se va!

Mathias miró sorprendido a su amigo que se dirigía muy decidido a la salida.

— ¡ESPERA! ¡¿Adónde vas?! –el pelimorado le ignoró y abrió la puerta– ¡Pogo!

El rubio corrió para detener a su amigo.

— ¡No te vayas Pogo! ¡NO ME DEJES SOLO, POR FAVOR! –gritó con lágrimas en sus ya rojos ojos.

El de vestimentas coloridas cruzó la puerta y la cerró tras de sí. Pasó unos segundos cuando Mathias la abrió de nuevo.

— ¡Pogo por favor! ¡Lo sien...!

Se sorprendió al no encontrar a su amigo tras la puerta. Solo habían pasado unos segundos y su amigo había desaparecido ¡Es imposible que haya corrido tan rápido!

Buscó por todos lados a Pogo, pero era simple... Su amigo se había desvanecido tras cerrar la puerta.

No lo podía creer, su único soporte emocional se había ido.

Un fuerte dolor de cabeza se hizo presente, abrazó fuertemente contra su pecho al peluche. Y cayó al suelo.
El mismo golpe lo despertó.

Miró curioso su alrededor y la fachada de la casa. Miró el peluche en sus brazos.


































































































— ¿Dónde estoy?










































































































































— ¿Quién soy?









































































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Ola ke tal

No sé cuántas partes tenga esto xd

Dancing Under The RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora