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Si hay algún error, háganmelo saber
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¡No soy un mimo!

— Pero usted tiene maquillaje de uno.

Eso no quiere decir que lo sea.

— ¿Que es usted?

Un payaso y AMIGO de Gustabo –claramente resaltando "Amigo".

— Oh~ yo también soy su amigo –sonrió ampliamente– ¡Creo que deberíamos ser amigos!

No.

— ¡Eh! ¡¿Por qué no?!

La presencia del niño rubio irrumpió su conversación, llamando la atención del heterocromiano.

— ¡Gustabo! –llamó alegremente al rubio.

Pogo caerle mal Horacio.

— Horacio querer ser amigo de Pogo, pero Pogo no querer. Horacio no saber porqué –imita al payaso un poco entristecido.

— A ver Pogo... ¿Porque te cae mal Horacio?

Horacio decir que soy un mimo, e insultar mi apariencia

— ¡Eso es mentira! –interrumpió.

¡POGO NUNCA MENTIR! ¡Pogo ser un hombre de bien!

— Sisi Pogo cálmate...

¡Pogo cansado de gente pobre como Horacio...!

— ¡¿Cómo que pobre?!

— Horacio es buena gente Pogo...

Pogo se va –con las manos en alto se fue del callejón. Desapareciendo del campo de visión de los dos niños.

Horacio se encontraba sentado contra la muralla de cemento, abrazando contra su pecho sus piernas.
Se le notaba un poco afectado, y no solo por el comentario del payaso si no por...

— Horacio... –habló suavemente pero con la mirada seria Gustabo.

El ojiceleste le extendió gentilmente un sándwich guardado en servilletas.
Horacio le miró perplejo, pero no dudó en mirar a los ojos celestes con una sonrisa esperando encontrándose con la misma respuesta facial del niño mayor.
Pero este evitaba su mirada, fijando su vista al cielo.

— Se me cansa el brazo Horacio...

— Ah! Sisi perdón... –se disculpó tomando el sándwich.

Gustabo se sentó  a un lado de Horacio, bueno a unos 2 metros.
Horacio empezó a comer el sándwich después de sacarle la servilleta de encima.

Por momentos, Horacio miraba de reojo a su amigo, y este sentía su miraba pero nunca volteo a verlo ya que estaba mirando el cielo nublado.
A Horacio le incomodaba el silencio de Gustabo.

— Parece que va a comenzar a llover...

— Ohmg~ –pronunció con la boca llena de comida.

— Joder Horacio

— Pwrdom~ –tragó.

Gustabo suspiró angustiado.

— ¿No te gusta la lluvia? –preguntó inocentemente Horacio.

— No si, si me gusta... Hasta me entra un sentimiento de nostalgia, no se porqué...

— A mi no me gusta, me recuerda a los días de invierno en mi... mi casa con mi mamá... y papá. Y-ya sabes... –tembló un poco ante el frío recuerdo.

Solo recibió en respuesta el silencio y respiración tranquila del rubio.

— ¿Estuvo bien que escapara de casa? –preguntó con cierto arrepentimiento y dolor en su tono de voz.

— Fue lo mejor, Tranquilo –le dedicó un intento de sonrisa.

— Gustabo...

— ¿Hmm?

— No quiero estar solo... Prometeme que estaremos juntos por siempre –se inclinó hacia el rubio, mirándole con lágrimas en los ojos.

— Yo...– interrumpido.

— ¡Ahí está! –gritó furioso un señor, tras suyo había un policía.

Los dos amigos se miraron entre sí. El primero en reaccionar fue Gustabo levantando a Horacio tomándole de la mano y empezando a correr.

— ¡Solo corre! –dijo Gustabo, llevándose a Horacio.

Ya bien lejos, detuvieron su apresurado paso en un parque de juegos.
Regularon su respiración y brincaron del susto cuando la voz de un niño les llamó.

— ¡¿Ellos son, no?!

— ¡Mira el rubito y su guardaespalda!

— Joder... –maldeció Gustabo.

— No les tenemos miedo –se puso a la defensiva Horacio.

— ¡SOY MAYOR QUE TÚ! ¡TENGO 11!

— Tienes 11, pero vaya golpiza te llevaste la otra vez... –dijo burlón Gustabo.

— Te tengo que recordar que tú te desmayaste, no tienes derecho a hablar.

— Si quiero puedo partirte la boca contra el cemento ahora mismo, y que me llores por piedad –se acercó amenazadoramente al chico– Y de seguro tus amiguitos no te pondrán salvar, ya que el niño que tengo a mi lado –apuntó a Horacio sin apartar la mirada del chico– ya habrá pateado sus traseros y estarán corriendo a llorarles a sus mamis.

Un golpe seco impacto en el rostro de Gustabo, dejándole en el suelo y golpeándose fuertemente contra este.

— ¡Ja! ¿Decías algo? –dijo burlón para escupirle en la cara al rubio.

Horacio ya se encargaba de los otros dos, dejando huir a uno.

Gustabo iba a recibir otro golpe pero lo esquivó tomando el pie del contrario y tirando de él.
Mala suerte fue que, recibió un empujón de parte del chico que peleaba contra Horacio, haciendo que se golpeara en la cabeza nuevamente contra el suelo.

Su vista se torno de un color rojizo, como la sangre... Espera, si era sangre.
Desde ahí no recuerda nada más, solamente los gritos de Horacio llamándolo.

Es mi turno...






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Siento que ya perdí el hilo jsjsj
Bueno no, pero ya no se trata tanto de Conway.

💜

Espero que les esté gustando✨💕

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Dancing Under The RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora