Capítulo 3

791 61 0
                                    

III

Kageyama

Continuaba con Natsu en mis brazos, quien había caído dormida luego de tanto llorar. No puedo quedarme tranquila, sigo caminando de un lado a otro, desde que el médico se llevó a tu mamá junto con Takeda-sensei y con el entrenador Ukai. ¿Por qué demonios no podía hablar aquí de lo que pasa?. Sugawara-sempai consigue una manta para cubrir a Natsu y me cede su asiento para que pueda sentarme con ella. Cuando la mira dormir con su rostro aún húmedo por las lágrimas no puedo evitar recordar tu rostro lleno de lágrimas cuando debiste abandonar por tu fiebre, te veías tan frustrado y yo fui tan insensible, debí haber sido más comprensivo contigo. Me recrimino tantas cosas en estos momentos.

Mientras Kageyama se mantenía con Natsu en brazos, los demás estaban alerta de la aparición de los sensei para saber sobre Hinata.

Tanaka fue el primero en ver a Takeda-sensei acercarse hacia ellos, avisó al resto de la venida de los mayores. El armador, se levantó raudo pero con cuidado de no despertar a la infante.

Kageyama: ¿Cómo está Hinata?, ¿Podemos verlo?, ¿Cuándo saldrá de aquí? - Se apresuró a preguntar preso de la ansiedad.

Takeda-sensei: Chicos necesito que se calmen para poder hablarles sobre el estado de Hinata, tomen asiento para poder conversar.

Todos obedecieron de inmediato y se sentaron aguantando la respiración.

Takeda-sensei: Se que están preocupados y ansiosos por las noticias. La condición de Hinata es estable dentro de su gravedad, resultó con una fractura de peroné en su pierna izquierda y de radio en su brazo derecho, tiene tres costillas fracturadas y un golpe muy fuerte en su cabeza.

Tsukishima: ¿Qué fue lo que generó la situación de hace un rato?, hasta el momento todo lo que nos ha dicho sólo son lesiones moderadas, que no deberías generar lo que ocurrió- mencionó con suspicacia el de lentes.

Takeda-sensei: Una de sus costillas fracturadas generó una perforación en su pulmón lo que generó un paro cardiorrespiratorio. Tuvieron que reanimarlo. Además de eso, el golpe en la cabeza le generó un TEC cerrado. La operación fue principalmente para corregir la perforación y la inflamación de su cerebro. Pero, el paro cardiorrespiratorio que sufrió lo ha dejado en coma. Lo siento chicos.

Se formó un silencio sepulcral en la sala de espera. Todos estaban en shock ante lo dicho por el profesor.

Daichi: ¿No es seguro que despierte? - preguntó con tacto el capitán.

Takeda-sensei: El doctor ha dicho que no se sabe cuando pueda despertar, por el momento el coma es favorable para que baje aún más la inflamación producida por el golpe, pero cuando despierte, recién en ese momento podremos saber si tiene algún tipo de secuela motora o cognitiva. Chicos, se que están en shock, y que ha sido mucha información para digerir pero lamentablemente es la realidad. Con Ukai no queremos mentirles ni ocultarles lo que está pasando, porque esto también los afecta a ustedes. Tienen que mantenerse tranquilos y fuertes, porque cuando despierte Hinata, nos va a necesitar a todos. Se viene un largo camino para que pueda volver a la cancha y los necesita a todos a su lado para lograrlo de forma más rápida.

Kageyama no lo podía creer. ¿Hinata en coma?, no lo podía creer, le daba las gracias a los dioses por tenerlo aún con vida, y juraba por lo que más quería que iba a estar ahí con él día tras día esperando que vuelva con ellos. Las lágrimas inevitablemente volvieron a inundar sus ojos, y apretó aún más contra sí el pequeño cuerpo de Natsu. Sólo necesitaba que Hinata se recuperara.

Mamá de Hinata:

Me vestí con los implementos que me entregó la enfermera e ingresé a la sala donde se encontraba mi pequeño. Verlo lleno de cables me destrozó totalmente. No podía creer lo que había sucedido. Me acerqué y besé su frente, - Tienes que ser fuerte Shoyo, se que en estos momentos debes dudar sobre si lo correcto es seguir luchando o bajar los brazos, pero nosotras con Natsu te necesitamos más que nunca. Afuera está lleno de gente que te quiere y que está rogando para que sigas luchando. Nunca haz sido de bajar los brazos, por favor pelea con todo lo que tienes para volver con nosotros. Te amo mi pequeño, tienes que ser fuerte.

Sentí como una enfermera abría la puerta para indicarme que debía salir. Me despedí de Shoyo y comencé a abandonar la sala. Había algo que no le había mencionado al profesor ni al entrenador de Hinata. Aproveché el momento en que salieron para hablar con los chicos del equipo para buscar al doctor y hablar con él sobre este tema.

Shoyo estaba cursando una depresión desde hace algunos meses. La separación de mi esposo fue un evento un poco traumático para él sobretodo, porque se sintió responsable del quiebre.

Hace algunos meses, él conversó conmigo porque estaba pasándole algo que lo asustaba porque no sabía qué era y quería un consejo. Me contó que había un compañero que le había comenzado a llamar la atención de forma romántica, pero no sabía si era correcto sentir eso por otro hombre. Debo admitir que me sorprendió mucho su declaración, pero sólo podía ayudarlo. Le expliqué que era totalmente normal lo que estaba sintiendo, que el amor no tiene género que él podía amar quien fuera siempre que fuera feliz. Un mes después, se plantó frente a nosotros para decirnos que era homosexual y que estaba enamorado de su compañero. Mi esposo lo tomó de la peor manera e intentó golpearlo. Yo me interpuse para protegerlo, y al vez que no cambiaría de parecer, decidí cortar los lazos con él. Natsu y Shoyo son mi prioridad, siempre pondré su felicidad antes que la mía, y si él no logra comprender ni amar a su hijo, por su orientación sexual, entonces no podemos seguir juntos. Sé que piensa que fue el responsable de la ruptura, pero jamás podría ser de esa forma, las cosas desde hace un tiempo venían mal y esto sólo apresuró lo inevitable. Probablemente nadie sabe lo que estaba sucediendo en su vida, ya que suele ser muy reservado con sus problemas.

A todos les seguía mostrando esa sonrisa que alegra la vida, pero en el fondo de su corazón se sentía desolado y roto. Solo yo conozco su condición, y por petición de él no he mencionado nada a sus entrenadores, lo único que lograba mantenerlo vivo y animado era el vóleibol, pero desde que volvió el campeonato nacional lo veo más triste, mi instinto de madre me dice que algo sucedió ahí que hizo que mi hijo se hundiera un poco más en su depresión.

Mi miedo y mayor preocupación es pensar en que lo que pasó, no fue un accidente.

Volver a vivir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora