Sedúceme

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Sin abrazarla o tocarla ella sabía que Juan se encontraba en el camerino. Su olor invadía todos sus sentidos y hacía que cada uno de ellos trabajara al doble. Escuchó como cerró la puerta y caminó hacia ella.—¿Lista para esta noche?—La abrazó por la espalda y puso su barbilla en el hombro de ella.

Itatí entrecerró los ojos mientras entrelazaba sus dedos con los de él.—¿Al menos me vas a decir de que tienes preparado?.—giró un poco su cabeza mirándolo por el rabillo del ojo.

—Mmmm—musitó besando su hombro—. Si te digo no sería una sorpresa.

Itatí dio la vuelta—Por favor, muñequito—insistió rodeándolo en un abrazo mientras besaba su cuello tratando de distraerlo para sacar algún tipo de información sobre lo que tenía preparado. Casi nunca lo lograba aunque era divertido ver cómo perdía el control con solo unos pocos besos.—Por favor—susurró en su oído dejando que su aliento erizara su piel.

—Esta vez no va a funcionar, muñeca—advirtió disfrutando de sus besos. Tomó su rostro haciéndola quedar a centímetros de su boca.—Pero podrías intentar persuadirme.

Mirando sus labios, Itatí entre abrió su boca sacando su lengua a jugar.—¿Si no funciona para que intentar?—soltó finalmente en tono bajo y sensual.

—Es divertido—sonrió seductoramente, las manos de Juan se ajustaron a la cintura de Itatí recorriendo su cuerpo en un toque sensual y pausado, convirtiendo una caricia en la más pura dulce tortura. Llegó hasta su cuello y comenzó a acariciarlo de arriba a abajo con su dedos mientras ella hacia su cabeza a un lado brindándole más acceso.—Y sano para el cuerpo, ¿no lo has escuchado?—quitando la atención de su cuello, la levanto y la dirigió hacia el tocador e hizo que se sentara.

Antes que nuevamente sus manos hicieran de las suyas, ella las apartó.—¿Así que es divertido?—vio como él asintió y sin dejar de mirarlo directamente comenzó a desabrochar su blusa —botón por botón— tratando de provocarlo aun más. Juan tragó duro. —¿Estás dispuesto a jugar entonces?—le dijo tentadora cuando llegó al último botón.

—¿Qué clase de juego?

Con sus piernas alrededor de él, Itatí lo acercó más—Tú me das un poco de información sobre esta noche—se acercó al lóbulo del oído y puso un dedo en el botón de su camisa trazando el circulo de este.—Y yo puedo tratar de persuadirte para que me des más....—pausó albureando—más información, me refiero. Ganar - ganar.

Volviendo a su posición inicial ella pudo ver la lucha en su interior. Había logrado que Juan quisiera decirle y una sonrisa lasciva se dibujó en su rostro. A ella no le importaba mucho porque amaba las sorpresas que él le daba, pero era divertido jugar de ese modo.

Segundos después Juan negó.—No está vez—su voz ronca y distorsionada con el acento que la volvían loca. Su columna vertebral cosquilleo ante el sonido. 

A la vez que él decía su rotundo "no", ella dijo:—entonces,—se cubrió—nada para usted—se dio cuenta que iba a hablar y continuó—hasta que le levante el castigo, señor Soler—finalizó muy cerca de su boca. Itatí colocó sus dos manos en el pecho de Juan y lo empujó suavemente para bajar del tocador. Una vez de pie se arregló la blusa—creo que deberíamos ir al set antes que nos vengan a buscar—Itatí dio vuelta para encaminarse a la puerta cuando estuvo a segundos de abrirla Juan habló.

—Nena—giró y observó que se dirigía hacia ella. Arrinconándola entre la puerta y él, Juan bajó su rostro hasta quedar a la misma altura. Mirándose de forma seductora, Itatí se mordió los labios ligeramente esperando que la besara y acabara con esa tortura.—Sí, creo que es buena idea.—estuvo de acuerdo no queriendo ser quién cediera.

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2021 ⏰

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Detrás de cámaras (one shots - Cantoler)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora