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—Y bien, ¿quieres explicarme qué estabas tramando? —preguntó al hombre que se encontraba frente a su escritorio aparentemente tranquilo contrario a cómo él se sentía.

Jimin estaba completamente seguro de que no se había equivocado al llamar a Daesung, el chófer de su padre.

Su plan básicamente consistía en que el hombre llegara por él a la universidad para después llevarlo directamente a su casa en Seúl. El viaje había sido relativamente largo por el simple hecho de haber sido en coche; Aunque a diferencia del conductor, para él solo habían sido unos cuantos minutos tomando en cuenta que mientras observaba el paisaje a través de la ventana, pensaba en lo que haría una vez llegara con casi todas sus pertenencias.

El haber tomado su maleta guardando en ella la mayoría de las prendas que había llevado a la universidad la primera vez que llegó, había sido un completo impulso. Mientras viajaba y pensaba en cómo actuaría una estuviera cruzando el jardín de su antiguo hogar, por un momento pensó que lo que había hecho fue una completa estupidez producto de su frustración.

Pero pocos segundos después se retractó, porque el haber hecho lo que hizo sería algo demasiado útil para el plan que comenzaba a formular.

Primeramente tenía planeado que una vez llegara a la casa buscaría hablar con su padre para mentir con que lo habían suspendido unos días de la universidad y que por ello es que había llegado sorpresivamente, sin dar ningún aviso. Y sí, se lo dijo cuando llegó a su oficina, pero no esperó que este le cuestionara la razón de la supuesta suspensión ya que, años atrás, jamás le había preguntado nada de su día a día. Eso claramente fue un problema para el menor que no había contemplado la posibilidad de que el hombre de alguna manera se preocupara, así que en medio de sus dudas y nervios simplemente atinó a decir que iba a tan bien en las materias que logró exentar todas consiguiendo que los profesores decidieran darle un pequeño descanso.

Su padre asintió poco convencido, pero a fin de cuentas creyendo las palabras que su hijo único le había dado.

Y pocos segundos después, el hombre no dudó en sacar a flote el tema de su compromiso con la mujer que tanto le desagradaba al rubio. Jimin no estaba completamente preparado para hablar del tema, pero era consciente de que si visitaba a su padre tenían que tocar el tema de cualquier manera y él estaba de acuerdo, si pronunciaba abiertamente su opinión se iría contento de esa casa si es que lograba aclarar las cosas.

Minho fue quien habló primero, informando de todas las cosas que estaba conllevando el compromiso. En esos minutos el rubio se había contenido de afirmar que la mujer era una completa falsa que solo lo buscaba por su fortuna, pero sabía que este inmediatamente lo observaría con el ceño fruncido sin creer ninguna palabra que salía de su boca. Así que se abstuvo de "crear" falsas acusaciones hacia la mujer que supuestamente sería su madrastra.

Después de haber escuchado todo el relato de su progenitor, comenzó con su discurso aclarando que no odiaba la idea de que rehiciera su vida pero que en cambio odiaba la idea de que se comprometiera con una mujer como lo era Soyeon.

Su discurso fue uno extenso. Se esforzó por no llorar de la rabia que le provocaba explicar cómo le afectaban todas sus acciones y logró retener todo, ya que en cuanto terminó apenas y había logrado sentir que su voz se comenzaba quebrar. Victoriosamente logró que su padre escuchara cada uno de sus argumentos y del por qué estaba en contra de todo lo que hizo no solo con relación a él, si no a la empresa, todo lo que alguna vez perteneció a su madre.

El mayor se había visto algo afectado con las palabras de su hijo, pero a él no le importó en ningún momento si es que había sido demasiado duro con sus palabras —o eso quería creer—. Su padre no se había preocupado demasiado por él al fin y al cabo.

윤민 Russian  roulette [yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora