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Un peli negro de mejillas levemente sonrosadas bebía tranquilamente de su lata mientras cierto de par de amigos se contaba chistes de los cuales realmente no era partícipe. Estaba perdido en su propio mundo cuestionándose cosas acerca de su futuro, lo cual era considerablemente estúpido tomando en cuenta la razón de su estado.

Todo había comenzado después de que no hallara a cierto rubio por ningún lado.

Después de algunos minutos —que en realidad habían sido horas— de estar buscando alguna pista que le dijera donde se encontraba el de mejillas regordetas, finalmente se dio por vencido al no encontrar ningún rastro que le indicara qué había sucedido con el chico. Y estaba preocupado, más aún cuando Jimin siempre le avisaba sobre alguna salida inesperada o algo que se le atravesara para no llegar temprano a la habitación. Ese día, después de la cita que habían tenido se dio cuenta —aunque jamás lo mencionó al menor— de que la confianza había incrementado a un nivel sorprendente a tal punto de que discutían sobre estupideces como el saber cuál sabor de las cajitas de leche era el mejor. No estaba de más mencionar que cuando Yoongi mencionaba que le había cogido un cariño especial al rubio, hablaba completamente enserio.

Y el hecho de que este desapareciera de la nada le dejaba un sabor de boca totalmente amargo. Había estado buscando por un buen rato por todo el campus, cuestionándole a varias personas mientras llamaba a su celular con la esperanza de que este le respondiera diciéndole que se encontraba bien y le explicara a detalle la razón de su desaparición.

Pero todo deseo esperanza había cesado en cuanto escuchó varios de los rumores que estaban rondando.

Lo que le habían dicho no era nada más ni nada menos que Jimin se había ido de la universidad por cuestiones que aún no se sabían del todo. Según varios estudiantes, habían visto al rubio salir de la universidad con su maleta en mano, al parecer apresurado por llegar a la limusina que lo estaba esperando afuera.

Claro que eso creó algún tipo de desconfianza en Min. Y pensó que los rumores probablemente eran ciertos ya que la maleta y parte de las pertenencias del menor no se encontraban en ningún lado de la habitación. Aunque sonara ridículo, en su desesperación fue capaz de buscar dentro de la regadera sin —obviamente— obtener éxito.

Lo que en el momento lo había llevado a crear dos teorías. La primera era que efectivamente, se fue de la universidad sin decirle absolutamente nada, sin despedirse siquiera.

La segunda teoría era que este finalmente decidiera trasladarse a otra habitación para estar lejos de él, tal y como lo deseó la primera semana en que llegó. Si esa teoría era cierta, obviamente el cuento de la limusina afuera sería un invento más. Lo importante era que ambos datos sonaban como algo que no tenía sentido considerando la relación que estaba creciendo entre ellos, pero eran posibilidades que no había podido evitar crear después de que el menor no diera indicios de su paradero; Y es que sin exagerar, probablemente ya eran más de cincuenta mensajes los que le dejó pidiéndole explicaciones sin obtener respuesta.

No hacía falta mencionar la cantidad de llamadas que hizo sin tener nada a cambio a excepción del buzón de voz diciéndole que el número estaba fuera de servicio, algo que lo había empezado a exasperar más de lo inimaginable.

La situación era que ya había empezado a anochecer, y era más que obvio que no había podido establecer comunicación con su pequeño cachetón.

Su cabeza estaba hecha un remolino. Sin considerarlo o sin tener las meras intenciones de hacerlo, se comenzó a cuestionar a si mismo cosas como el por qué se había ido así como así.

¿Se cansó de él acaso?, ¿se olvidó por completo de lo que había empezado a nacer entre ellos?, o... ¿Jimin jamás sintió nada?

Sabía que era estúpido comenzar a dudar así. Pero su inseguridad le estaba consumiendo.

윤민 Russian  roulette [yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora