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— ¡Yoongi, tienes que ver esto! —llamó el menor.

El peli negro quien estaba sentado en una de las bancas dentro de la tienda, se acercó al rubio que observaba emocionado uno de los conjuntos que se encontraban dentro del mostrador.

— ¿Qué?

— ¿No es perfecto para la presentación? 

—No sé, ha-has lo que quieras. —estornudó cubriendo rápidamente su boca con el interior de su codo.

— ¡Min!, que ni se te ocurra ensuciar la ropa que se encuentra cerca con tus mocos. —reprendió.

Ambos chicos se encontraban dentro del centro comercial más cercano a la universidad en búsqueda de lo que usarían para la presentación.

Todo había comenzado cuando Yoongi se despertó recibiendo zapatazos por parte del menor, quien había creído que era viernes. Ya pasaba de las ocho y con la creencia de que era el ultimo día de la semana, creyó que se le había hecho tarde por culpa del mayor quien no había activado su alarma nuevamente.

Al peli negro le costó calmar a la fiera en que se había convertido el rubio, pero finalmente lo pudo hacer diciéndole que era sábado, lo que a fin de cuentas era cierto. —Obviamente no le diría que disponía de su propia alarma y que en realidad seria su culpa si se levantaba tarde, puesto que si lo hacía sería gatito muerto. —

Después de varios minutos, se calmó del todo cuando se dieron cuenta de que el mayor había enfermado por la alta temperatura y estornudos con los que había despertado, siendo la causa el haberse empapado dos días atrás, cuando el menor prácticamente lo había dejado plantado.

Ante esa situación obviamente Jimin solo se rió en su cara de forma triunfante tal y como si hubiera ganado la lotería, lo cual hizo que el peli negro se molestara un poco. Pero todo rastro de ese sentimiento desapareció cuando vio la bonita eyesmile del menor.

Si, el gran Min Yoongi estaba cayendo cada vez más profundo ante los encantos de un pequeño mal humorado.

Y a los segundos, cuando el menor se acercó a él con el propósito de levantarlo de la cama ni siquiera tuvo tiempo de quejarse. El rubio lo estaba arrastrando a la ducha diciéndole que aunque estuviera enfermo, tendrían que ir al centro comercial con el propósito de comprar lo que necesitarían para la presentación que se llevaría a cabo en menos de dos meses.

El tiempo estaba pasando a una velocidad increíble.

Ya casi terminaba el semestre en el que se conocieron, ese semestre que los llenó de sorpresas tanto positivas, como negativas. No se quejaban, a fin de cuentas las cosas entre ellos ya estaban bien —aunque todavía necesitaran aclararlo de una mejor forma— todo lo que sucedió solo era un recuerdo de lo que fue el haber estado confundidos y equivocados, la pequeña desconfianza que existió y el adiós a personas que no eran buenas para sus vidas.

Además, no podían estar más felices debido a las vacaciones que estaban cada vez más cerca. Ciertos compañeros de cuarto no habían hablado de eso, pero ambos sabían que si estas eran con tal de que descansaran de todo el estrés como estudiantes, no había nada mejor.

Pero para poder salir completamente triunfantes del semestre, obviamente se tendrían que enfrentar al proyecto que definiría sus promedios en las materias más importantes. Ambos sabían perfectamente que la calificación para aprobar era más baja a lo de los demás, y es por eso que se tendrían que esforzar al máximo si es que deseaban tener una nota lo suficientemente alta para aprobar.

Los dos aseguraban que era obvio que aprobarían puesto que la melodía era bastante buena y según Jimin, la coreografía también era muy buena. Tanto, que según afirmaba dejaría impresionados a los espectadores.

윤민 Russian  roulette [yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora