Capitulo 12 - I Bet My Life

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LEO

Habían pasado ya algunas horas desde que me habían hecho esas horribles pruebas, y aun así me dolía todo el cuerpo. Cordelia me había dejado ahí, había seguido a Mark y me había dejado solo. Antes eso no me hubiese importado pero Cordelia era demasiado diferente pero ahora mismo  ella era la única persona que me importaba, era mi amiga y ella me protegía como yo hacía con ella.

Durante las pruebas que había pasado tuve varios problemas. No quise decírselo a nadie, aunque sabía que nadie se preocuparía no era algo de lo que te ponías hablar con esas personas que solo me estaban utilizando, eso lo sabía, sobre todo teniendo aun las sospechas de que Mark podría haber sido el asesino de mi familia y como era normal no iba a decirle gracias y hacerme súper amigo de él, era completamente estúpido. Las pruebas habían sido duras por que los médicos no conseguían enchufar los cables en mi piel, cada vez que lo intentaban mi piel emitía energía que cortocircuitaba. Dolía mas cada vez que lo intentaban, quería gritar y decir que parasen de intentar ponerme esos cables, pero no podía gritar, sentía mi garganta obstruida y que no podía emitir ni un sonido. Cuando consiguieron colocar los cables no mejoró, el dolor era más punzante que antes. pero no podía escapar de allí, tenía que ser fuerte.

 Lo vi entrar, Mark con ese pelo despeinado y sus ojos grandes que parecían cansadnos aun estar por fin a salvo. No sabía que decirle y tampoco tenía ganas de hablar con el de nada, menos mal que a lo lejos vi a Will, el hermano de Cordelia entrando en la sala, se parecía demasiado a ella, los mismos ojos verdes y el mismo pelo marrón que brillaba por la luz de las bombillas.  El parecía mas sonriente que ella, y por lo que podía apreciar tenía algo con la chica rubia, no sabía el que. Me levante, no había llegado a hablar con el mas de cinco segundos, y tenía como propuesta llegar a hacerlo ese día. El tenia expresión seria así que supuse que el también había sufrido durante esas pruebas. Su manos estaban envueltas en unos guantes de color marrón, supuse que para no quemar a la gente que tocase. Me acerque a él con cuidado intentando no llamar la atención pero después me di cuenta de que hacer eso era prácticamente imposible principalmente porque estábamos en una sala pequeña en la que todo se podía escuchar y hasta un suspiro podía resonar igual que una bomba atómica. El me miro, tengo que admitir que me dio algo de miedo, tenía esa misma expresión que Cordelia, esa en la cual te dan ganas de salir corriendo a llorar junto a tu madre o algo así.

                - ¿Que es lo que quieres lunares? - Dijo él con expresión seria y mirándome como si me estuviese desnudando en su mente, lo cual me parecía algo pervertido

                - Es Leo, no Lunares aunque si, se que todos quieren mis lunares - El intentó no reírse, lo vi en su cara, y es que yo siempre había dicho que lo único que tenia, quitando ese poder sobre toda la electricidad que pensándolo mucho me hacia un poco peligroso, eran mis lunares y mi sarcasmo. Hasta mi madre había acabado diciéndome que mi propia arma del sarcasmo era a veces graciosa

                - Si quieres te llamo ojo morado, no seria difícil ponértelo así pareces un flacucho ¿estas seguro de que eres de familia rica?

                - No es flacucho, es estilizado ya te gustaría tener este cuerpazo- pase las manos por mi cuerpo intentando la risa que evidentemente me estaba entrando.

                - Eres extraño lunares, y si, te voy a llamar así porque me de la gana - note que se reía y asentí con una sonrisa victoriosa en mi cara

No hubo tiempo de contestarle, en cuanto abrí la boca las puertas de la habitación se abrieron y apareció Mark, con su típica expresión de superioridad en su cara; había aprendido a ignorar las ganas de estrangularlo con mis manos o mejor, electrocutarlo hasta que se quedase tieso y sus pelo estuviesen puntiagudos. Mark se acercó, cosa que me dio igual porque segundos después Cordelia entró, se había recogido el pelo en una trenza ladeada, me recordó a un libro que leí, creo que se llamaba "Los Juegos del Hambre" pero no estaba seguro, de lo único de lo que estaba muy seguro era de que Cordelia tenía mucha similitudes con la protagonista. Ella parecía regia, con esa mirada que siempre llevaba pero esta vez ella parecía diferente, feliz, y yo no sabía el porqué. Ella comenzó a acercarse a su hermano susurrándole al oído algo, tenía dos opciones de interpretación, una era que ella le había dicho "Tu y yo tenemos que hablar luego" y otra que era "Tu y yo tenemos que tomar churros", así que claramente yo me decanté por la primera opción.

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