Capitulo 6. Cause if you want to keep me

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América

Estoy encerrada, noto los grilletes apretados alrededor de mi muñeca, están fríos y llenos de oxido. Intento incorporarme pero es imposible, las cadenas me retienen y no me dejan moverme más de lo estipulado. Al haberme despertado el dolor punzante en mi cintura recorrió mi cuerpo; era a causa del disparo que había recibido ¿Cuánto había pasado desde entonces? no podía ver nada, eso era un vertedero y yo estaba dentro del. ¿Qué debía hacer ahora? su hermano creería que ella estaba muerta, que no volvería a verla. tenía que salir de allí de alguna manera. Tiré de las cadenas intentando usar mis poderes, solo conseguí producir un poco de aire que atrajo a varios de los guardias que estaban en el exterior. Un chico alto con el pelo rizado y unos ojos de color entre verde y marrón entró en mi celda, iba vestido con un uniforme de la guardia más alta de la ciudad, tal vez el segundo al mando de la capitanía o algo así. Se acerco a mí con una expresión seria y más recto que una regla. Me cogió de la cara para mirarme, trague saliva no sabía que hacia ese chico allí y que me iba a hacer después de eso. No iba a decir nada de los rebeldes, nada de mi hermano; yo no era un traidora prefería morir antes que traicionar a mi hermano. Mark había sido el único que me había protegido, no podía dejar que lo matasen. No es tan mala la muerte así podría salir de este mundo, un mundo en el que solo hay sufrimiento para los que son como yo. A veces pienso que el mundo debió ser destruido en su totalidad, que no quedase nadie para seguir destruyéndolo como habíamos hecho tras tanto tiempo en la tierra; pero por desgracia muchos nos salvamos. Recuerdo el día que las bombas llegaron a casa, Mark estaba leyéndome un libro como hacía todas las noches desde que mi padre había muerto en la guerra; mi madre no se preocupaba mucho por nosotros, se pasaba ebria la mayoría del tiempo y Mark se había propuesto cuidarme y que no me pasase nada. Las bombas llegaron y recuerdo que Mark me llevo de la mano hasta el sótano de la granja donde teníamos una habitación de pánico que pensábamos que nos protegería y menos mas que lo hizo pero no protegió a mi padre que me murió en su sofá, vimos su cuerpo calcinado cuando salimos. Mark me protegió y esta vez era mi deber protegerlo.

El chico que había entrado me seguía mirando, como si me estuviese examinando incluso las pocas pecas que quedaban en mi cara, como si las comenzase a contar de una en una. Sus ojos no tenía pinta de ser intimidantes pero aun así me sentía observada y odiaba que me tuviese de ese modo agarrada. No aguantaba mas así, lo escupí en la cara poniendo en tensión los metales que me agarraban las mano, intentando imponerme ante la persona que me miraba

                - Parece que el monstruito tiene garras - Vi como emitía una risa riéndose de mi y quitando lo que le había escupido de su cara con una sonrisa picara

                - Y parece que el soldadito es igual de idiota de lo que parece - sonrió de lado mirándolo

                - Gracias, intento ser igual de idiota de lo que parezco - el revuelve su pelo con la misma sonrisa de antes

                - Que asco de normis

                - ¿normis? ¿así nos llamáis los monstruitos como vosotros? - se acerco a mi cara, esta vez sin tocarme la cara y sonriendo- vamos, ¿no se os ocurrió algo mejor? me dais pena

                - ¡Tu sí que das pena siendo el perrito faldero de los gobernantes normis! - le grite en toda la cara al chico, me sacaba de los nervios, como era posible que me enfadase tanto un normi.

note un dolor punzante en mi mejilla, me había abofeteado, si hubiese usado mis poderes le habría hecho volar por los aires y dejarlo caer al suelo para que se abriese la cabeza, pero esa vez no pude hacerlo, tuve que tragar saliva y aguantarme, produje un poco de viento que hizo volar algún que otro gorro  de los guardias y desaliñe los pelos de ellos.

                - ¿crees que eso me va a asustar? He venido a que me hables de los rebeldes, porque todos sabemos que tu perteneces a ese grupo - me volvió a agarrar de la cara con esa sonrisa que aun no había desaparecido tras lo que pasaba

                - y todos sabemos que no diré nada de lo que quieres que te diga- Le mire apretando los labios

                - Acabaras diciéndolo, tú y tu amiguito rebelde habéis matado a la familia más rica de Nueva York en una explosión y raptado a su hijo

                - Nosotros no volaríamos nada, solo íbamos a robarles y además mi hermano no había estado allí... - me calle. acababa de decir mi hermano, no me había dado cuenta de ello, trague saliva, ahora no sabía cómo salir de ese problema

                - Oh, entiendo, ¿no estaba allí? ¿nos tomáis por tontos? ¿Quién sino fue?

                - ¡No lo sé! pero mis compañeros no fueron

                - Vamos América Casiopea Granger no sabe quien fue - esbozo una sonrisa al decir mi nombre completo, no tenía ni idea de que como había averiguado mi nombre, yo jamás había vivido allí y nunca le hubiese dicho mi nombre y menos mi nombre completo

                - ¿Cómo lo sabes? - trague saliva mirando fijamente - ¿Cómo sabes mi nombre completo?

                - Porque tenemos un registro de todas las personas del país, por tu ADN hemos adivinado quien eras, y gracias a ti hemos averiguado de que tu hermano Mark Tiberius Granger sigue vivo y es como tu - se comienza a mover hacia la puerta con la sonrisa que había comenzado a odiar

                - Eres asqueroso

                - Y tu nos has dicho algo que podríamos tener en tu contra, gracias querida América - salió de la celda- cerrarla, y no la deis mas comida aunque rece por ella, a lo mejor así nos dice algo

Desapareció entre la oscuridad, caí al suelo, mis rodillas tocaban esa tierra tan espesa que había en el suelo y apoye las manos sobre el mismo suelo, bajando la cabeza para intentar no llorar, si descubrían a Mark y los demás por mi culpa  no me lo podría perdonar. Era imposible hacer nada en esos momentos, solo me quedaba rezar para que ellos estuviesen bien y para que llegasen a tiempo antes de que me usasen para sus terribles planes Me abrasé a mis piernas apoyando mi cabeza sobre ellas, no se oía nada fuera ni a mi alrededor intente preguntar a lo mejor alguien podría ayudarme a salir de allí.

                - ¿Hola? ¿hay alguien?

Nada, el silencio tomaba todo el lugar nadie me contestaba, no escuchaba ni las moscas que rondaban las cosas mugrientas que había allí dentro, esas cosas que nos había dejado esos olores que había a mi alrededor el que me daban arcadas.

                - Estoy, aquí, puedo ayudarte y me das tu poder - era un voz vieja, abrí los ojos de par en par, como era posible que me los quitasen nadie podía hacer eso así que decidí hacerlo, decidí que debía arriesgarme si hacía falta la traicionaría, pero tenía que salir de ahí como fuese


                - Acepto, ¿Qué tengo que hacer?

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hola queridos mios; se que he tardado unos dias en subirlo pero mi imaginacion era nula y no podia si quiera escribir una pequeña linea, era horrible estaba bloqueada. Pero espero que os guste el capitulo y que veais que se esta poniendo interesante. Y espero que bueno os tenga enganchados.

Lo que digo siempre comentarme lo que os ha parecido o algo asi y votarme. Tambien me gustaria que vosotros pasaseis mi historia para poder tener mas visitas

DumaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora