Dumani

Capitulo 11. Close your eyes

America

Hacia horas que la oscuridad me tenia atrapada. No oía nada, ni tan solo a la mujer que me había hablado la ultima vez ya hacia días. Habían pasado más lentos que de costumbre. Los sueños que tenia por las noches se hacían cada día mas palpables. Durante el primer día vi a Mark, el tendría unos 9 años y me veía a mi junto a él, con 7 años, con mi pelo recogido en dos coletas laterales, ese día al cual mi sueño me había trasladado era claro, sin nubes que se pudiesen ver, el sol brillaba en el cielo, y sus rayos hacían que el pelo de Mark adquiriese un todo mas rubio. A medida que iba pasando el sueño caí en la cuenta del día que era, recuerdo lo mal que me sentí, incluso con tan solo 7 años de edad. Ese día Mark me había llevado al parque en la ciudad a unos kilómetros de nuestra casa, en esa época no nos importaba caminar hasta allí, para nosotros el camino que hacíamos valía la pena. Nos lo pasábamos mejor que nunca, el vivir en una granja no era lo adecuado para niños de nuestra edad, eso nuestros padres lo sabía, ese día habían pasado más de 15 meses desde que mi padre había ido a la guerra que había estallado hacia poco, y ahora solo estaba nuestra madre para cuidarnos, por eso Mark aun siendo un niño había tenido que ocuparse de las cosas de las que mi padre se encargaba, eso le hizo tener que crecer con demasiada antelación. Pero ese día, era diferente, tras el camino que habíamos hecho, y por tanto lo que había soñado hasta entonces, habíamos llegado a casa pero esta vez algo extraño había, alguien mas había dentro de la casa, así que tanto Mark como yo corrimos dentro con la esperanza de que nuestro padre se encontrase en el exterior pero no era así, en cambio nuestra madre tenía los ojos rojos de haber estado llorando, vi como Mark se dirigía a abrazarme, no entendía demasiado lo que ocurría pero Mark si ya que tras un tiempo oí unos sollozos procedente de Mark.

El sueño cambio, ya no había sueños tristes o eso pensé en un principio, la noche era normal como cualquier otra, las estrellas se podían ver en el firmamento y emitían una luz que se reflejaba en el lago que tenía enfrente.  Estaba sola, y con los pies descalzos que chapoteaban en el agua. Tenía 8 años y el pelo suelto me ocupaba toda la espalda, lo llevaba suelto y dejando  que se moviese en el viento. Nada raro parecía ocurrir ese día, era como cualquier otra noche en la que me iba a relajar y no pensar en mi familia que se estaba destruyendo aun más lentamente que un año atrás. Mi madre había comenzado a beber de manera continua, y se pasaba los días borracha, Mark había intentado controlarla sin mucha éxito, el acabo por irse al granero lejos de ella. Yo seguía viviendo en la casa, y algunas veces mi propia madre me había acabado pegando al estar la mayor parte del tiempo borracha.  Dirigí la mirada por última vez al cielo al poder avistar una cosa bastante extraña en el reflejo del lago. Ahí estaba, una sombra a lo lejos, una bomba, ahí estaba la cosa que iba a cambiar nuestra vida. Necesitaba salir corriendo, me recogí el pelo como pude para poder correr mas rápido y comencé a correr sin más demora, intentando encontrar a Mark, y llegando al granero justo antes de ver la bomba más cerca de mí, grite el nombre de Mark intentando que me escuchase pero no conseguí nada, entre lo más rápido que pude y me escondí debajo de unas escaleras rezando por conseguir sobrevivir.

Lo siguiente que recordé, fue el momento en el que escuche la voz de Mark, había estado inconsciente varios días y cuando abrí los ojos estaba en el cuartel, llena de cables. La habitación en la que estaba era  blanca, y sin ninguna puerta visible. Mark estaba tras un cristal, mirándome con ojos llorosos.

Me desperté, y volvía a estar en el mundo real, aun atada en esa celda que me había tenido encerrada durante varios días. Notaba los grilletes apretados alrededor de mis manos, sentía el dolor en las mejillas, y tuve que tragarme las lagrimas y hacerme la fuerte. Desde que era pequeña tenía que aparentar encentrarme bien, esa era la única manera de la que podía hacer que los demás me viesen como alguien que no sufre. Escuche un ruido a lo lejos y me incliné como pude hacia la puerta para observar que se me estaba acercando y entonces entró, el mismo chico que días atrás me había visitado pidiendo respuestas. parecía diferente, su pelo rizado estaba despeinando y su traje se veía más estropeado, los guardias que estaban tras de ellos llevaban a una vieja, supuse que era la misma que me ofrecía tomar mis poderes para ayudarme, estaba muerta, su piel estaba pálida y no movía ni un centímetro  de su cuerpo. Tiro a la vieja en el suelo y la piso. Ese chico me miro con sus ojos verdes que se veían cansados.

                - mira lo que me has hecho hacer- dijo con la misma voz que me había petrificado la primera vez que apareció mientras me encontraba allí

                - Yo no he hecho nada - dije con voz apagada, no podía ni reconocer mi voz, la falta de comida había afectado hasta mi manera de hablar

                - ¡Ella te iba a matar estúpida niñata! - me grito a la vez que me miraba con una gran expresión seria .

                - ¿pero tú que te has fumado idiota? creo que me estas confundiendo

                - es una deforme, te iba a quitar partes del cuerpo o te comería a pedazos lenta y dolorosamente, ya lo ha hecho antes

                - ¿y porque te debería de importarte que esa mujer me matase?

                - ¡Por que desde que te conocí no he podido dejar de pensar en ti! - me cogió, como la última vez que vino, apretando mi cara con su mano mientras sus ojos verdes se clavaban en los míos.

                - ¿piensas en mi? pensaba que solo era una asquerosa mutante - añadí sin apartar la mirada, el brillo de sus ojos me había dejado hipnotizada y aunque varias veces había querido dejar de mirarlo, no pude evitar quedarme asombrada por esos ojos.

                -  No eres como las demás, tu eres especial y me estas volviendo loco, joder America deja de ser tan preciosa, no puedo pensar en otra cosa que en ti

                - Estas loco, yo…  ni siquiera sé cómo te llamas, joder

                - Damon, me llamo Damon ¿ya estas contenta? ¿cambia eso algo?

                - estoy encerrada, y soy una Dumani, tu un capitán de la guardia, sabes que lo nuestro jamás de los jamases tendría futuro

                - Ojala pudiese cambiar eso, pero te voy a sacar de aquí

                - ¿y cómo piensas hacer eso? ya sabes que soy una criminal Dumani y que me están dejando morir de hambre aquí como castigo

                - Aun no lo sé America, pero espérame, como te mueras aquí te mato ¿lo has entendido?

                - Juro no morirme Damon, pero no prometo que todo esto va a salir bien

                - Saldrá bien, créeme, te reencontrare con tu hermano

                - Tú no sabes nada de mi hermano, así que no prometas nada que no puedas llegar a cumplir.

                - Se demasiado Mer, por favor, espérame

                - puede que luego me arrepiente de decirte esto pero lo hare, te esperare

Este se acerco mas a mí y beso suave mis besos, los mismos que estaban cortados y destrozados tras los días sin fin que había pasado allí. El se separo muy despacio de mi y sonrió de lado como si se sintiese victorioso.

                - Espérame

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HOLAA Por fin el capitulo 11, se que he tardado mas de 10 dias en subirlo y estoy muy triste por eso. El problema ha sido el desenchufe de mi cabeza ante la imaginacion. pero bueno gracias al angel mi imagianciona vuelto aunque fuese parcialmente y durante muy poco tiempo.

Espero que os guste este capitulo y tengo demasiadas ganas de escribir esta gran historia que tengo mi cabeza.

AHORA CHICOS DISFRUTAR Y POR FAVOR NECESITO QUE ME COMENTEIS Y DEIS VOTO PORQUE ES LO QUE MAS ILUSIÓN ME HACE EN EL MUNDO

MUCHOS BESOS

P.D el beso es precipitado pero tiene un fin que podreis ver mas tarde