Capitulo 17 - Welcome Home

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LEO

Era impresionante como nos habían aceptado en la ciudad. Para ellos había sido similar a un milagro mi vuelta a la ciudad. Katherina se había encargado de dejarnos uno de sus pisos para que Cordelia y yo viviésemos e incluso habían llenado la casa llena de ropa para nosotros. Cordelia estaba abstraída del mundo, había sido duro para ella abandonar a sus amigos y sus hermanos y cuando llegamos allí solo se encerró en sí misma.

El día en el que llegamos Katherina estaba como loca con la llegada de Delia. Kath siempre había querido que tuviese novia para poder llevarla a ver ropa y hablar, pero supongo que se sintió decepcionada al ver que mi "novia" era una chica la mar de borde y además que lo único que quería era sacar sus ojos. Aunque eso me llegaba a tranquilizar ya que sabía que si Kath se llegaba a enterar de lo que éramos pensaría en hacer lo mismo con ella. El caso es que me había pasado la mitad del día de llegada pensando si habrían acabado matándose entre ellas, pero para mi sorpresa a su llegada a casa ambas parecían contentas. Debían de ser cosas de chicas porque no entendía nada de lo que estaba pasando.

Cuando quedaba tan solo una semana para el baile del solsticio la gente comenzó a enloquecerla gente caminaba por los lugares  dando vueltas por las pocas tiendas lujosas que se situaban en la parte rica de la ciudad. La parte rica era todo lo contrario a donde vivía Cordelia, la zona más pobre. Además esta zona estaba restringida, solo para los miembros de las familias más ricas. La gente que vivía en la zona rica también era extravagante , la ropa que vestía era similar a la de los payasos, pero ellos tan solo lo llamaban moda. Podías ver a la gente con tanto maquillaje en la cara que parecía que alguien ciego les había pintado sin preocuparse de cómo pareciesen.

Katherina ya había encontrado la ropa perfecta para que usásemos en el baile del solsticio, no había ni tan siquiera enseñarnos la ropa. Nunca había pensado que Katherina era de esas personas que se preocupaba tanto de cómo ir vestida, siempre iba vestida con su uniforme del ejército, que aunque realzaba su figura no era lo más estiloso que se podía llevar, además siempre llevaba el pelo recogido en un moño que dejaba su cara sin rastro de pelos que podrían tapar sus ojos.

Esos días me había sentido de manera extraña, algunos momentos estaba feliz por estar de nuevo en mi vida pero por otra parte me sentía triste, más que nada por Cordelia. A la semana de haber llegado había escuchado gritos que provenían de su cuarto, en un principio pensé que no podía ser ella, nunca pensé que ella tuviese miedo pero me dio igual, en cuanto escuché ese grito corrí como si no hubiese mañana. Al llegar allí  la vi apoyada en la ventana con el pelo revuelto y que caía por su cara.

                - ¿Delia? - estaba apoyado en la puerta, mirándola, esperando a que reaccionase, o que al menos se moviese

                - ¿Qué haces aquí Leo?  - Ella se giró, sus ojos verdes estaban llorosos y varias lagrimas caían por su mejilla

                - Te he escuchado, pensaba que te pasaría algo grave - dije pasando mi mano por el pelo, debía de tener unas pintas horribles ya que hacía días que no dormía más de cuatro horas.

                - Tranquilo, no-no es nada - estaba dirigiéndose a mi quitándose esas lagrimas que ya había divisado antes.

                - Ven - la dije con tono tranquilo extendiendo mi mano hacia ella y apretando su mano, estaba caliente, parecía que había llegado a tocar el fuego con las manos. Me concentré para no dañarla con mis poderes, sabía que podía hacerla daño y no era lo que quería.

                - Estas loco Eaton, no harás nada para saber qué me pasa, te lo aviso desde ya - me tiré en la cama con ella, mirándonos entre nosotros con una sonrisa en mi cara

                - Cuéntame ¿echas de menos a tu hermano? - hice una mueca mirándola, no podía ocultarme que algo la pasaba, así que debía de entender el porqué de sus lagrimas que hacían enrojecer sus ojos

                - No es eso, este lugar es horrible, oigo cada mente que hay aquí, algunas son horribles - alguna lagrima comenzó a formarse en sus ojos pero ella cerró los ojos reprimiéndolas- hay hambre, gente que solo piensa en que sería mejor morir. Debemos de hacer algo Leo, no puedo dejar que esto pase

                - Shh - pase una mano por su pelo, ese pelo castaño oscuro que tan bonito me parecía cuando reflejaba la luz del sol - Lo solucionaremos ¿no estamos aquí para eso?

                - Y menos mal - ella se acercaba a mi acabando por esconder su cara en mi pecho, no supe cómo reaccionar, solo la acaricie la cabeza para tranquilizarla, para que supiera que estaba allí cuando me necesitaba.

Así nos quedamos, no era algo que esperaba, menos ahí y aun menos con ella. Cordelia era la chica más fuerte que había conocido mientras que yo… solo era un chico lleno de lunares, sarcástico y demasiado tímido para dejar salir mis sentimientos ¿Cómo iba a poder creer que esto era real? Todo lo que había ocurrido durante los últimos meses había sido surrealista y podía predecir que aun iba a ser así durante mucho tiempo

                - Vaya vaya, parece que los tortolitos han disfrutado de una noche de amor

La voz de Katherina nos sobresalto, ¿Cómo leches había podido entrar ella aquí? me acababa de despertar abrazado a Cordelia, su pelo estaba aun mas revuelto que anoche y sus ojos verdes aun estaban enrojecidos.

                - ¿os vais a quedar mirándome como si fuese un fantasma durante todo el día? ¡ES EL DIA DEL BAILE! - Dijo Katherina emocionada. - ¡vamos a levantarse!

                - Por dios Katherina, no estábamos haciendo nada - dijo Cordelia poniéndose de pie rápidamente, y colocándose tanto la ropa como ese pelo completamente despeinado sin gran éxito

                - Ya claro, y yo soy un angelito del cielo - dijo Katherina arreglándose el uniforme - vamos chicos no os escondáis, yo hago eso todos los días

                - Por dios… - me puse las manos en la cara de imaginarme eso - ahora no me podré quitar esto de la mente

                - Hay que arreglar a Cordelia y tu.. - vi como me examinaba con la mirada- solo ve presentable, para no hacer quedar mal a Delia

Ella cogió la mano a Cordelia y tiró de ella hacia el exterior de la habitación, ya no había marcha atrás, esta noche debíamos de atacar y debíamos de mentalizarnos en ellos. Aunque a veces me llegase a plantear de qué lado estoy, haría lo que fuera por Cordelia, si eso tenía que consistir en traicionar a todo el que lo había cuidado desde pequeño. Era hora de decidirse y no volver la mirada atrás. Cambiaríamos las cosas.

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PRIMERO DE TODO, lo siento por la tardanza, mi imaginación ha sido nula

Segundo: Este capitulo es un poco mierdecilla, pero espero que los siguientes me enamoren hasta a mi.

Me hubiese gustado que este capitulo estuviese mejor pero al final no ha sido mas que un conector ante lo que viene. 

Los siguientes capitulos contaran aun mas historia y en serio, quiero que sigais leyendo porque me hace feliz.

espero poder subir el siguiente capitulo en menos de una semana, tengo muchisimas ganas de continuar la historia y que la disfruteis conmigo

Besos, como siempre, dar a Votar y comentarme. 

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2015 ⏰

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