Capitulo 3. I'll Survive

239 13 6
                                    

LEO

No se veía nada, el piso estaba oscuro, estaba notando un dolor punzante en mi pierna, creo que tenía clavado un cristal en mi pierna izquierda empezaba a cojear por la casa caminando a lo que sería el salón, estaba lleno de humo blanco ¿había hecho yo esto? me acordaba vagamente de lo que había ocurrido. Alguien había entrado a mi casa, mis padres estaban trabajando en su estudio como siempre hacía, preparaban la próxima fiesta de alta sociedad, no entendía que necesidad había en hacer todas esas fiestas.  

Camine con dificultad por el pasillo agarrándome a la pared que tenía a mi izquierda para poder sostenerme y no caer, mis pies estaban desnudos, sin ningún zapato y calcetín, notaba como el suelo estaba lleno de los cuadros, jarrones e instrumentos que teníamos en casa. Tras un rato caminando llegué al salón y una sombra me sorprendió, debería estar muerto pensé para mis adentros yo apenas había sobrevivido a mi propio ataque no me cabía en la cabeza que otro hubiese sobrevivido, la sombra se movió, y saltó por el ventanal roto que había frente a mí, camine despacio hacia la ventana para ver si había caído, pero no era así, había desaparecido en la penumbra; entonces gire mi mirada hacia dos cuerpos tirados en el suelo, recé para mis adentros que no fuesen mis padres pero por millonésima vez mis plegarias eran rechazadas, acabé cayendo al suelo de rodillas sollozando y acercándome primeramente a mi madre para poder verla bien, yo no había hecho que muriese, tenía varios disparos en su cuerpo igual que mi padre; suspire medianamente aliviado y me acerque con cuidado a besar la frente de mi madre a modo de despedida, tenía que salir de allí así que me puse en pie e intenté correr, mis piernas se notaban pesadas y doloridas, no sabía cuánto tiempo aguantaría.

Minutos más tarde conseguí salir del piso y me dirigí a las escaleras de incendio parándome en seco mientras me apoyaba en la pared y me dejaba deslizar con cuidado hasta llegar a estar sentado en el suelo, posé las manos cobre mi cara y comenzó a llorar, no podía reprimir el llanto todo lo que estaba pasando, era demasiado para pensarlo.

Pasados unos minuto vi que la luz volvía, y acto seguido mire mis manos que seguía emitiendo descargas, tenía que controlarme o de lo contraria me acabarían encontrando y seguramente matando, y entonces ocurrió, sentí en mi cabeza algo y tras unos segundos de confusión me centre en esa voz, al principio pensé que podría ser mi conciencia o mi ángel de la guarda pero después me di cuenta que no

                - ¿Leo? ¿eres Leo verdad?-decía la voz de mi cabeza

                - Si, soy Leo, Leo Eaton - conteste en voz alta, no se me ocurrió otra manera de comunicarme con ella

                - Soy Cordelia Dormer, trabajo en una tienda en el barrio pobre, te podemos ayudar, hay un chico que te puede ayudar- oí lo ultimo con tono más asqueado me pregunté cómo sería la chica y como me podría ayudar

                - ¿Cómo sabías quien era y que era? - dije, necesitaba estar seguro de que esa Cordelia era de fiar.

                - El chico que está aquí tiene un compañero que puede localizar a los Dumanis, me localizó a mi primero y tras… la explosión te localizó a ti, te localizan cuando usas tus poderes

No sabía si creer a la chica, ¿una persona que puede localizar Dumanis? pensé que podía ser una trampa, al fin y al cabo ser de la familia más rica de Nueva York más que ser bueno causaba muchos problemas, todos querían ser su amigo por puro interés y la gente lo odiaba con solo saber quién era de verdad. Pensé en que hacer, no podía quedarme donde estaba, acabarían encontrándome e interrogándome, lo que llevaría a mi deserción o muerte pero tampoco sabía a dónde ir, no tenía verdaderos amigos si fuese a cualquiera de sus casas me entregarían rápido a Katherina. Katherina era la hija del presidente y la que controlaba a todos los guardias que había, era mi amiga pero sabía que era demasiado leal a su padre y jamás lo soltaría, no podía confiar en ella, estaba tan obsesionada con encontrar a todos los Dumanis escondidos en Nueva York que siempre que estaba con ella acababa poniendo nervioso y teniendo que irme tras un tiempo

                - ¿leo? ¿leo me oyes?- Volví a escuchar esa voz dentro de mí, me había decidido tenía que ir con ellos, era la única manera de sobrevivir

                - Dime que tengo que hacer - dije con voz segura incorporándome lentamente y limpiando las lagrimas que aun quedaban en mi cara

                - Primero deja de llorar y segundo ven al barrio pobre con cuidado de que no te pillen menos mal que no te han visto nunca, hay una tienda pequeña que vende comestibles enfrente de una tienda de carne y otra de verduras, date prisa

                - Lo hare - dije finalmente pero sentía que ya no estaba en mi cabeza

Corrí bajando las escaleras, no recomendaría a nadie que corriese con un corte en la pierna y casi a punto de desmayarse unos 23 pisos de altura. Llegue tras mucho tiempo abajo, tarde en situarme pero vi que la policía ya había llegado y ahí estaba Katherina seguido de su perro faldero el capitán de la guardia James. Katherina tenía una expresión seria aun teniendo 21 años parecía mayor por la ropa que llevaba y ese moño alto que tenía, la mire parpadeando varias veces, tenía el pelo marrón oscuro y sus ojos de color marrón oscuro, siempre me había parecido guapa, era alta y esbelta cualquier chica tendría envidia de ella, incluso con su uniforme parecía guapa. James estaba detrás de ella, un chico que atraía a todas las chicas, alto guapo y con ojos azules, el era demasiado serio y algo sangriento para interesarse por chicas a excepción de cuando esta borracho, pero se le veía con gran devoción hacia Katherina, siempre lo había visto. Los dos estaban hablando, no sabía si era de mi o de algo mas pero les conseguí escuchar, con algo de dificultad claro está, pero era suficiente.

                - ¿crees que han entrado? - oí decir a Katherina, su voz era seria y con un tono de preocupación en ella que solo yo había percibido

                - Lo han hecho, encontré a un Dumani rebelde, una persona que jamás había visto, seguro que ha sido el.

                - Donde, dime donde Capitán Peters

                - en el mercado, era un chico alto pelo castaño claro y ojos de color gris - dijo finalizando la frase rápidamente

                - Quiero que lo encuentres y lo mates, no quiero mas Dumanis en la ciudad, y menos rebeldes

                - entonces ¿crees que él ha matado a los Eaton y provocado la explosión? - Trague saliva ese chico podría haber matado a mis padres pero sabía que la explosión había sido culpa mía

                - Lo creo y ahora subamos al piso, debemos ver los destrozos - vi como se dirigían hacia el ascensor que ya funcionaba, y cuando se cerraron las puertas salí de allí

Todos me miraban, intentaba ocultarme corriendo con la máxima rapidez posible pero era difícil acababa de venir de la explosión. El camino hacia el mercado se me estaba haciendo eterno y cuando me di cuenta de que había llegado suspire de cansancio y vi la tienda entre en ella, había una chica rubia, un chico castaño y por ultimo una chica con pelo marrón oscuro tirada en el suelo, supuse que era Cordelia, que se había desmayado, veía como le salía sangre por la nariz y me acerque con cuidado

                - Tu debes de ser Leo - Dijo el chico mirándome, era la viva imagen de la descripción de James trague saliva. Él era el asesino de mi familia y ahora me iba a asesinar a mi.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

AQUI ESTA EL TERCER CAPITULO ESPERO QUE OS VAYA GUSTANDO Y ESO. POR FAVOR COMENTARME MAS Y DAR A VOTAR PORQUE ME HACEIS FELIZ Y QUE ESPERO QUE LAS VISITAS SUBAN POR QUE ESTOY MUY ILUSIONADA CON ESTE PROYECTO

MUCHOS BESOS LECTORES

DumaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora