Más que eso ♡̶kookmin au

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—Bien...¿Qué es lo que querías hablar conmigo?

—Uh...yo...

Tosió para aclarar su garganta, no sabía cómo apilar las palabras para que sonaran decentes. No sabía cómo terminar con alguien, era algo muy nuevo para él, quería hacerlo bien.

—...Creo que deberíamos terminar.—Soltó finamente.

El rubio frunció el ceño confundido.—¿Qué?

—Que debemos terminar.

—¿Por qué?

Bien, no sabía si debería de decirle las verdaderas razones o simplemente mentir. Si mentía; no sabía cómo hacer una mentira que sonara lo bastante convincente y si decía la verdad; no sabía cómo no sonar tan cruel.

—Jungkook ¿Por qué quieres que terminemos? Creí que íbamos bien, ayer salimos y las cosas estaban de maravilla.

—Yo...

—Anda, dime ¿Qué pasó? Podemos resolverlo.

—No creo que podamos.—Susurró.

—¿Por qué?

Bien, tendría que decir la verdad.—Porque estoy enamorado de alguien más.

—¿¡Qué!?

Esa reacción no fue la que se esperó, no espero que le empujara por el pecho y le gritará, creía que sería algo más tranquilo y que podrían hablar de eso en paz. Pero no fue así, debió de verlo desde el principio.

—Seoho...

—¿¡Estas enamorado de alguien más!? ¿¡Y así decidiste empezar algo conmigo!? ¿¡Eres un tonto acaso!?—Era de esperarse que Seoho le diera una cachetada, estaba muy enojado y herido, se lo merecía de alguna forma.

—Lo siento, yo creí que lo había superado, pero no fue así...—Dijo mientras acariciaba la mejilla golpeada.

—Si claro.—Rodó los ojos.—Eres una basura, espero que eso lo tengas bien en claro. Y tú no terminas conmigo, soy YO quien termina contigo.

Sin decir nada más se dio la vuelta y camino lejos de la vista de Jungkook.

Jungkook aún tenía su mano en su mejilla, frotándola por el golpe que había recibido, aún le dolía mucho. Suspiro una última vez cuando lo vio desaparecer en una esquina y metiendo sus manos en sus bolsillos entró hacia la biblioteca. Limpio sus zapatos en la entrada al entrar, se adentró en el lugar mientras se mantenía en silencio, pasó por los estantes buscando el libro que necesitaba para repasar los conceptos que había estado aprendiendo; cuando dio con el libro lo puso entre sus brazos y empezó a buscar una mesa para anotar todo lo importante.

Para su suerte habían mesas vacías, camino hacia una y dejó su libro en ella, se sentó en la silla y sacó sus audífonos para concentrarse mejor, mientras escuchaba música leía las letras escritas. Anotaba en un cuaderno extra que se había llevado y mordía el bolígrafo. Estaba muy concentrado. Pero algo hizo que levantara su vista. Un perfume familiar llegó a su nariz.

Era Jimin, quien tenía dos libros en sus brazos mientras los apilaba en la mesa, atento en su tarea sin haberse dado cuenta de la compañía que tenía.

Jungkook no podía evitar mirarlo tanto, veía sus cabellos rubios caer por su frente y detenerse en los lentes que traía, un lindo suéter se escurría entre sus mangas y una mochila descansaba en su hombro.

Se veía hermoso, como siempre.

Cuando Jimin se puso cómodo entre la silla y la mesa al fin pudo prestar atención a los ojos redondos que le miraban. Sorprendiéndose por la compañía silenciosa de Jungkook. Ambos lo estaban, se miraban con atención y con un llamado silencioso.

—Hola.—Susurró Jimin.

—Hola.—Respondió Jungkook.

Se miraron por un par de segundos más, hasta que sus miradas se agacharon y le prestaron atención a los libros frente a ellos.

Durante toda la tarde nadie más se había sentado en su mesa, solo eran ellos dos; ambos se daban miradas fugaces mientras pasaban la página de los libros, se miraban de reojo y prestaban atención a lo que hacían. De alguna forma; el estar de esa forma, les hacía sentir en calma, tranquilos y acompañados.

Incluso a metros separados podían sentir las mariposas aleteando en sus estómagos.

Sería demasiado difícil hacer oídos sordos a los latidos locos en sus pechos, pero pronto podría ser callado.

El año ya terminaba y sus rutas estaban trazadas.