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¿No les ha pasado qué quisieran nunca ver visto algo qué sienten que les dolerá para el resto de la vida?

En mi caso haber leído algo.

-Oh Dios mío...-mi voz salió en un susurró tembloroso.

No no, no.

¿Por qué él?

Mi pobre Luke...

Él no merecía éste final.

No debí haber leído este libro, no debí...

Tapé mi boca para callar mis sollozos.

Había terminado de leer el libro que terminó con mi poca estabilidad mental.

Me niego a aceptar este jodido final.

¡Luke merecía ser feliz!

¿Cómo me puedo meter en el libro para recibir yo el impacto del auto en vez de él?

Murió...

¿Cómo es que un libro causa esto en una persona?

¿Por qué tenía que encariñarme tanto con pushi?

Él no merecía morir...

¿Ahora como supero la muerte de un marihuano que se ganó parte de mi corazón?

Todo iba tan bien, todo...

En la habitación entró Dylan que al verme llorar frunció el ceño.

-¿Annelise estás bien?- preguntó acercándose a mí. Pero yo no podría hablar, no sin estallar en llanto.

Se acercó a mí y me abrazó y sin más lloré.

-Tranquila... sea cual sea la cosa todo estará bien-susurró

¿Cómo le explicó que le lloró a Luke y él está...?

-Él...

-¿Él? ¿Dime a quien debo asesinarle las pelotas?

Negué y limpié mis lágrimas.

-Luke...

-Oh no, dime qué no leíste boulevard.

Asentí con una triste sonrisa.

-Lo leí hace un año, créeme podrás superar cualquier cosa menos su muerte.

-¿Y por qué no me advertiste sobre el libro?

-Por qué no sabía que lo estabas leyendo.

-Me duele, demasiado.

-Lo sé.

-Creo que necesito unos tragos. Ella me miró horrorizada negando con la cabeza.

-¿Estás loca?

-Es para poder olvidarme del dolorcito en mi pecho.

-¿Sabes lo que necesitas?, Chocolate caliente, y sé perfectamente dónde podemos conseguirlo.

Sonreí como una niña chiquita y me levanté para buscar un abrigo y salir en busca de un delicioso chocolate caliente.

***

Entramos a un lugar llamado Chocomilk.

El chocolate de este lugar es... Único.

Solimos venir aquí con frecuencia.

La señora Hansk nos recibe con una cálida sonrisa y nos da un abrazo a cada una.

-¡Niñas! Que alegría verlas por aquí otra vez, ya las echaba de menos-dijo después de guiarnos a una mesa.

Tan JodidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora