Destruyendo Y Reparando Corazones (Regina Mills X Lexie Grey)

capitulo 10

Lexie pov 

Regina se fue, me dejo aquí, sola, sin entender lo que pasaba, lo último que dijo fue que tenía que hablar con Arizona sobre volver, pero ¿volver a donde? ¿volver con ella? ¿eso significa que ella es el amor de su vida?

Me recosté en la cama, mi cabeza no dejaba de dar vueltas, no podía dejar de pensar, pero a la vez no podía concentrarme en un solo pensamiento a la vez, mi teléfono comenzó a sonar, era Derek, quería que entrara con el a una cirugía, tal vez esto es lo que necesito para despejar un poco mi mente, salí de la sala y fui directo a preparar al paciente para cirugía.

Lo siguiente que supe es que estaba en el quirófano tres al lado de Derek.

Luego estaba de vuelta en la sala donde Regina me había dejado, no sé si realmente asistí a Derek en una cirugía o solo es una mala jugada de mi mente, no sé si esto realmente esta pasando o estoy soñando, no logro salir del espiral de mis pensamientos y siempre terminan en lo mismo, Regina, al principio no podía creer que inventara una historia así, pero cuando me hizo girar, intenté con todas mis fuerzas resistirlo, pero no pude, al igual que cuando estaba contra la muralla, usaba todas mis fuerzas, pero no me movía ni siquiera un centímetro y así fue como caí dormida, pensando en Regina y en todo lo que me había contado, así fue como me quede dormida con la sensación de tener 7 años otra vez, como si mi madre me hubiese contado un cuento para dormir.

Desperté con alguien moviendo mi brazo para despertarme, abrí los ojos lentamente para encontrarme con Regina sosteniendo un paquete de galletas y un jugo de manzana en sus manos.

-los traje porque pensé que tal vez podíamos hablar sobre algo -dijo 

-¿aún tienes mas que decirme?- no se si mi mente pueda aguantar mas vueltas 

-nada, solo quería saber tu opinión sobre algo - 

-¿sobre que?- 

-quiero intentarlo, quiero besarte para volver al Bosque encantado- 

-pero si vuelves yo no podré volver a verte- dije, la sola idea de no volver a verla me revuelve el estomago 

-tampoco me gusta la idea de no volver a verte Lexie, pero Henry es mi hijo, además está la posibilidad de que no funcione- tiene razón, tal vez lo que sentimos no es lo suficientemente fuerte, pero la sola posibilidad de que esta mujer desaparezca de mi vida me hace temblar 

-necesito aire- dije 

-¿quieres continuar la conversación fuera del hospital?- preguntó

-porfavor- respondí y salimos de la sala y luego del hospital, el sol nos llego directo a la cara, pero no era molesto, deben ser aproximadamente las 6:30 o 7:00 de la tarde y el sol ya se está poniendo pero los rayos que quedan aún calientan y cuando giro a ver a Regina ella esta con la cara al sol, los ojos cerrados y la sonrisa mas grande que he visto en su cara y ahora no tengo duda, si no funciona, no es por mi - no quiero que lo intentes- dije, la sonrisa desapareció de su cara a la vez que abría sus ojos

-¿qué?¿por qué?- 

-sé que para ti no tiene sentido y tal vez estoy siendo muy egoísta, pero no quiero que te vayas, hay mucho de ti que no sé, que quiero descubrir, quiero conocerte Regina, quiero reafirmar que eres la maravillosa persona que sé que eres, no quiero, no puedo dejarte ir- sus ojos estaban llenos de lagrimas 

-y yo quiero conocerte a ti Lexie, nunca había conocido a alguien como tú, menos a alguien que quisiera conocerme, nunca nadie había hablado así de mi antes, pero es mi hijo de quien estamos hablando- 

-podemos encontrar un corazón para él Regina- dije, es verdad, tal vez tarde un poco más pero podemos hacerle un trasplante

-Lexie, lo que tiene enfermo a mi hijo es causado por magia y la magia es probablemente lo único que lo cure -

-pero tú tienes magia cúralo- ella sonrió y por un momento pensé que todo estaría bien, que se podría quedar, que habíamos encontrado la solución 

-no puedo Lexie, en el Bosque encantado soy mucho mas poderosa que aquí, pero aquí no puedo hacer nada para ayudar a Henry, todo este tiempo pensé que no lo podría ayudar, porque pensé que jamás encontraría un amor así, porque es así, te amo Lexie, se que puede sonar apresurado, pero siempre vi como las personas conocían a sus almas gemelas y simplemente lo sabían, nunca me paso, hasta ahora, te miro y solo puedo pensar que por fin entiendo ese sentimiento- 

-¿y si mi respuesta sigue siendo no?-  pregunté

-entonces la respetaré, no puedo, ni quiero hacer nada que tú no quieras Lexie, ni mucho menos presionarte, pero una de las posibilidades implica una probabilidad de ver a mi hijo morir- me acerque a ella y apoye mi cabeza en su pecho, ella parecía tan calmada, pero ahora podía escuchar su corazón latir rápido, como si hubiese terminado una carrera y no quería que esta fuera la ultima vez 

-Regina, mi respuesta es no- dije contra su pecho, no quería que viera mi rostro, me daba vergüenza decirlo, pero no podía asimilar la idea de perderla cuando recién la estoy conociendo, no me recuperaría jamás, sentí como sus brazos me rodearon y no pude contener mas las lagrimas, aquí estoy yo, siendo la persona mas egoísta del mundo y diciéndole que no y aquí esta ella, consolándome cuando debería ser al revés 

-está bien, encontraremos otra manera, tal vez un trasplante si sirva- dijo en mi oído intentando calmarme, mi teléfono sonó, no quería mirarlo, pero después de todo sigo en el trabajo así que lo hice 

-es Henry - dije y las dos corrimos a su habitación, cuando llegamos Arizona lo estaba reanimando, mire a Regina estaba asustada y las lagrimas resbalaban por su rostro

-no, no, no - era todo lo que salia de su boca 

-Regina- dije tomando su cara entre mis manos

-no puedo perderlo- 

-no lo vas a perder todo va a estar bien- dije y en un movimiento rápido junte nuestros labios, sus labios se sentían exactamente como esperaba que se sintieran, eran suaves, pero su beso era firme y sentí como posó sus manos en mi cintura, llevé mis manos a su pelo, no sé si esta funcionando, abro los ojos sin romper el beso para ver como una ola de energía dorada sale de nosotras y se expande hasta donde no alcanza mi visión, de repente ya no estoy en la habitación de Henry, ni entre los brazos de Regina, ella tampoco está entre los míos, funcionó, se ha ido.