TomiokaxSakura

1.6K 183 18
                                    

__¡¡No lo haga!!.. ¡¡Por favor señor!! __ un niño de no más siete u ocho años extendía sus pequeños brazos enfrente buscando proteger a la mujer pelirosa detrás de él.

Giyu lo miro sin expresión alguna, más en el fondo estaba realmente confundido e incrédulo. Había llegado a ese templo siguiendo el rastro del un demonio bastante peligroso. Cuando vio al pequeño grupo de cinco niños humanos dentro del templo lo primero que pensó fue en que los estaba raptando para comerlos y no dudo en atacarla.

Para su sorpresa el demonio no le devolvío el ataque, solo corría y se defendía débilmente como si no quisiera dañarlo realmente. Cuando estaba por cortarle la cabeza de una vez por todas, el niño más grande salto enfrente para protegerla.

__¡¡Sakura chan no es mala!! ¡¡Mamá solo nos cuida!!.. __ no sabia como reaccionar a esto, los niños corrieron hasta posarse alrededor de la demonio pelirosa que lo veía con miedo__ ¡No permitiré que la mate! ¡Primero tiene que vencerme! __ grito una niña rubia, la pequeña lo apuntaba con una vara como si con eso pudiera hacerlo retroceder.

Estaba ante una situación sumamente inusual pero que ya había visto en otros. Esta imagen era tan similar a la de años atrás, la mirada que portaban esos niños era la misma que portaba Tanjiro cuando se interpuso para proteger a su hermana convertida. Los ojos de la mujer se mantenía en el, tenía que reconocerlo, no parecía querer atacar y por lo que veía tampoco deborar a los niños.

__Vayan a dentro.. Yo me encargaré__

__¡¡Pero mamá!! El quiere matarla__ ante su incrédula mirada la mujer acaricio la mejilla del más grande y apunto con cariño al templo__ No deben salir de noche, acuesta a tus hermanos, iré enseguida__ su voz era dulce y delicada.

Sakura haruno, una mujer de veinte años a la que secuestraron el día de su boda, se había convertido en un demonio por accidente a sí mismo como Nezuko, pero a diferencia de ella, Sakura se resistió a la sed de sangre desde el momento en que despertó, en los últimos años lo único que hacía era dormir y cuidar de los niños que encontraba en el bosque perdidos o eran seguidos por algunos demonios.

A pesar de su actitud fría y distante, Tomioka giyu le dio la oportunidad de seguir. Por alguna razón que ni el podía comprender la comenzó a visitar, ella siempre lo resivio con una sonrisa y un plato caliente de comida, la costumbre de ir a verla se convirtió en una necesidad. Mientras hacía su trabajo no paraba de pensar en cuando la volveria a ver.

Era obvio que nadie estaba enterado de estos nuevos pensamientos en el chico, seguía manteniendo su actitud fría y aunque ahora visitaba a la chica con más frecuencia, su estadía en el templo se basaba en verla atender a los niños y compartir los alimentos con ellos. Sus conversaciones siempre eran cortas pero no incómodas.

Sakura parecía estar bien con su actitud, no le molestaba en absoluto que no hablara o que solo la observase por horas mientras ella arreglaba los atuendos de sus niños. Tenerlo ahí la calmaba y hasta llego a sentirse protegida, era una ironía por la situación en que se encontraban.

Enemigos naturales que habían formado un extraño lazo.

Tomioka no entendía la razón por la que su corazón se aceleraba cuando ella le sonreía o le daba la bienvenida en la entrada del templo. El ambiente familiar le gustaba, pero todo tiene su final.

Nadie entendió porque un día Tomioka apareció con su haori cambiado. Ahora en medio de su espalda había una gran y ancha franja rosa, con pequeños cerezos y un círculo blanco decorandolo. Nadie se animo a formular la preguanta al ver como su rostro se habia oscurecido y sus ojos enrojecido.

Dos años fue lo que duró esa calma, nuevamente perdio todo lo que le importaba. Era demasiado tarde cuando llegó, la sangre fue lo único que se encontró en el lugar, y por supuesto, las cenizas de la que alguna vez fue la mujer que amo.. Ni los niños, ni Sakura sobrevivieron ante el ataque de Muzan.

Llegó tarde y no pudo hacer más que llorar cómo un inútil mientras entre sus manos sostenía el ensangrentado kimono de la chica. Nunca tuvo el valor de aceptar sus sentimientos, y fue hasta que la perdió que lo entendió.

Amaba a Sakura... La demonio que cuidaba niños humanos en un templo abandonado.

Que cruel es la vida.












No idea de porque le puse ese final, pobre de mi precioso Giyu.

Dedicado a Lilydidififi.

Sakuraxharem (Pedidos Cerrados ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora