KakuzuxSakura

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__ No.. __

__ ¿Porqué no? __

__ Simplemente no... __

__ Esa no es la respuesta que quiero__

En la vida de una mujer podrían aparecer miles de hombres. Encantadores, cariñosos, divertidos, sexis, atrevidos, etc..

Había conocido tantos, pero sólo salía con aquellos que sabía, dejarían una gran marca en su vida. Le gustaba la emoción, sentirse amada y deseada, por eso se lanzaba con todo desde el primer momento.

Las relaciones eran como un disco rallado, todo empezaba tan hermoso que pareciera un cuento de hadas, luego las cosas se tornarían de un matis gris, las lágrimas no faltarían y cuando se estuviera sintiendo la persona más miserable en la vida, alguno de los dos pondría fin al cuento para volver a empezar con otra persona.

Lo sabia, y lo soportaba.

No le tenía miedo al fracaso, a lo único que le temía era al ¿que hubiera pasado si?... Por supuesto que eso no significa que perdería el tiempo con cualquier hombre que se atrevesara.

Tenía gustos muy específicos.

Aveces quería que la elevarán al cielo y la hicieran sentir como una princesa. En otras solo quería acción, que la desearan con locura y la hicieran sentirse como la mujer más sexi del planeta.

Se entregó sin miedo a cada uno de sus exs, ellos tenían ese algo especial que la hizo sentir extasiada.

Le importaba muy poco el como acabaría todo, igual lloraría y terminaría embriagada hasta superarlo y buscar al siguiente. Su mejor amiga le decía que era por esa actitud que sus relaciones no durarán más de un año.

Pero vamos, después de tantos fracasos era normal que lo primero que dijera al conocer a alguien fuese:

Dolerá, pero lo superare.

Su tercer fracaso amoroso, Naruto, solo había sonreído mientras le aseguraba que no debía preocuparse porque jamás se iría. Que curioso que tan solo 8 meses después estuviera tomando un vuelo hacia Seúl para empezar una nueva vida lejos de ella.

Debiste ir con el, te ama.

No, su rubia amiga se equivoco, su querido Naruto amaba más su estúpido trabajo que a ella. Por mucho que le dolió, había aprendido a no rogar cuando su primer fracaso, Sasuke, la abofeteo por arrodillarse enfrente de él y su amante rogándole que se quedara.

No, jamás volveria a rogar amor, si ellos deseaban irse que así fuera, ella no los detendría.

Por lo menos así era hasta que llegó el a su vida. Sus ojos tan fríos como el invierno, esa maldita sonrisa que le erizaba la piel en cuestión de segundos. En cuanto lo vio supo de inmediato que el sería su próxima ex. No tuvo miedo en ser la primera en acercarse, sin darle importancia al hecho de que estuviera trabajando, camino hasta el y le ofreció un trago.

__¿No se supone que deberías estar en la barra? __

Esa voz tan increíblemente grave le hizo temblar las piernas. Lo quiso para ella desde ese momento, no le importaba saber que el la mataría de tristeza el día en que se fuese de su lado.

Fue ella quien se lanzó a sus brazos en bandeja de plata. Todo en el gritaba peligro, y así era, lo entendió el día en que lo vio entrar a la discoteca junto a otros cuatro hombres y reconoció el rostro del sicario Itachi Uchiha entre ellos, el hermano de su primer ex.

Ino se lo advirtió, karin lloro rogándole que lo dejara, Tenten le grito que estaba loca.

Quizás así era, estaba realmente loca.

Su cuerpo respondía tan intensamente a su toque, cuando sus grandes manos la acariciaban podía llevarla al cielo y dejarla caer al infierno en cuestión de segundos. Jamás logro sentirse de esa forma.

Sasuke, Neji, Naruto, Lee, kiba, Gaara, Sai, Sasori.. Ninguno logro hacerla sentir así. En su cuerpo no quedaba rastro alguno de lo que fue estar con ellos.

Todo era tan intenso que incluso se presto para cometer una locura. Permitió que no sólo su mente se llenará de recuerdos, su cuerpo fue profanado por el, en su espalda escrito con tinta roja se encontraba el nombre de aquel hombre.

Kakuzu.

Dos años y medio, jamás duró tanto con alguien.

El viajaba, pero siempre volvía a ella. Su antes apartamento de soltera ahora se encontraba lleno de el. Dos toallas de diferentes colores se colgaban juntas en el baño, dos sepillos de dientes delataban que ya no amanecía sola, una mesa con dos platos y un par de copas le recordaban que ahora tenía con quien cenar.

Se estaba acostumbrado a él, y eso era tan malo.

Todo era tan perfecto, tal vez fue esa calma lo que la hizo soltar el llanto el día en que lo vio ser detenido en las noticias internacionales. No se había preparado, no había puesto la barrera que la mantenía a salvo de esos momentos.

Su corazón se rompió y a diferencia de las otras veces en donde se refugio en el alcohol y el sexo, en esta cometio la mayor locura de su vida.

__¡¡Estas loca!!__

No lo negó, su madre casi muere de un infarto cuando la vio vender su apartamento para viajar a Estados Unidos sólo con una maleta de mano y un corazón enamorado.

No podía decirle adiós.

__ Esa no es la respuesta que quiero__

__Sakura maldición, son diez años, tal vez más si encuentran las pruebas suficientes que me relacionen con la estafa__

__ No te estoy rogando que me dejes esperarte, te estoy avisando que me quedaré a tu lado te guste o no.. Asique dame una buena razón para olvidarme de ti y seguir con mi vida en Japón o me quedaré aquí y te vendré a ver hasta que salgas de aquí__

__ Estas loca..__

__Lo sé, por eso estas conmigo__

Sí, tal vez todos sus amigos y familiares tenían razón. Su relación con kakuzu era peligrosa, pero a sus 28 años, nunca espero nada de nadie, nunca soñó con tener una familia o pareja estable. Se había conformado con trabajar en una discoteca sirviendo tragos, y tener una que otra relación esporádica que la dejara depresiva por un tiempo corto.

Pero ya no más, alfin había conocido a alguien que sin importar que, siempre estaba ahí para ella. Su visión del futuro había cambiado, y no lo dejaría pasar por algo como eso.

Ya había provado estar con doctores, profesores, fotógrafos, cantineros, titiriteros, mecánicos y otros.. Nunca funcionaron.

Que importaba el que kakuzu fuera un estafador de primera. Solo el la entendía y ella lo entendía a él.

Diez años era mucho tiempo, pero estaba dispuesta a esperarlo el tiempo que fuese, después de siete meses más ya no sería la única que llegará a las visitas una vez a la semana.

Y gracias a un ex cuñado, jamás encontraron las pruebas para condenar a su esposo. Solo fue cuestión de cuatro años para que este estuviera libre. El dinero robado no fue encontrado por la policía, pero su pequeña familia de tres, podría darse unas vacaciones muy largas en Corea.














Este es de mi, para mi.

Para recordarme que tengo que seguir escribiendo, y darles señales de vida.

Tengo dos novelas pendientes y este libro de Sakuraxharem abierto, y lamentablemente ando deprimida por que perdí mi trabajo y mi computador falleció.

La poca inspiración que me ha llegado la he tenido que utilizar en mis ensayos del colegio, asique perdónenme si alguno de ustedes está leyendo una de mis novelas sin terminar.

No me maten.

💛

Sakuraxharem (Pedidos Cerrados ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora