Para muchos el 14 de febrero era un día realmente especial. La mayoría celebraba con su pareja en algún lugar bonito, siempre atesorando ese día.
Para ella era diferente. El 14 de febrero hace ya tres años, fue el día en que sus vidas cambiaron por completo. El día en que su reciénte matrimonio con su pareja de varios años Giyu Tomioka, sufrió un cambio extremo. Gran profesor, hombre amable, de ideales correctos y el mejor marido que podia existir, sufrió un accidente mientras iba al instituto donde trabajaba.
Un camión descarriló y provocó un horrible accidente en donde hubieron cinco muertos y seis heridos de gravedad.
Por más de ocho horas se encontró llorando y suplicando a cualquier dios existente que su esposo no muriera. Aún podía recordar la desesperación que sintió cuando recibió aquella llamada de su mejor amiga y doctora Shinobu.
Durante dos semanas lo mantuvieron hospitalizado. Los días sin verlo despertar, entubado a esas máquinas que no hacían más que asustarla, la hicieron sentirse tan inútil y desesperada. Sus amigos intentaron consolarla, fueron varias veces las que intentaron sacarla del hospital para que descansará, pero el simple hecho de permanecer separada del hombre que amaba era una tortura.
Noche tras noche le tomó la mano con el miedo latente de que al despertar ya no estuviera ahí con ella.
Todo era tan torturante que al cabo de la segunda semana su cuerpo no recistio la presión. Estuvo varias horas inconsciente, y cuando alfin despertó fue su madre quien entre lágrimas le dijo que Giyu había entrado en paro cardiorrespiratorio.
Grito como nunca para que la dejaran ir con el, no quería pensar en perder al hombre de su vida y que ella no haya tenido la oportunidad de estar con él en los últimos momentos.
San Valentín se convirtió en su fecha odiada.
Las personas celebrando y riendo la lastimaron, porque mientras ella lloraba en una sala de espera sin saber que pasaría con la vida de su esposo, los demás celebraban a su alrededor.
Odiaba el 14 de Febrero.
Por eso mientras todos se preocupan por encontrar el regalo perfecto para sus seres queridos, ella se encuentra subiendo las escaleras con una canasta de ropa limpia.
Ha resivido varias llamadas desde que empezó el día. Familiares y amigos que buscan hacerla cambiar de opinión, siempre mandandole cartas, llamando para preguntar como estaba, los regalos eran colocados en su puerta para que ella no los rechazará.
Ese día jamás volveria a ser el mismo de antes, no después de todo lo que pasó.
Al entrar a su habitación tuvo que enfocar más la vista, las cortinas aún seguían cerradas.
__Pronto estará el almuerzo, ¿no piensas levantarte? __
Una pequeña sonrisa se formo en sus labios al ver el bulto en la cama revolverse en un vago intento de seguir durmiendo.
Tal vez odiaba el 14 de febrero, pero había una fecha en particular que para ella era la más importante en su vida, una que podía incluso superar el día de su boda.
__ No me dejaste dormir en toda la noche__
Un gran sonrojo se apoderó de todo su rostro. Sabía que el comentario no había sido hecho con burla, era simplemente que su esposo siempre hablaba con la verdad, sin importar que tan vergonzosa podía llegar a ser esta.
__Giyu.. Levantate ya, tengo que ordenar la habitación y ventilarla, esta haciendo mucha calor aquí dentro__
Sin mucha prisa colocó la canasta en el suelo y se encaminó hasta la cama para después tomar las mantas y jalarlas rápidamente. Su marido frunció los labios y abrió un solo ojo para verla. Siempre le divertía la forma tan infantil en que se comportaba en las mañanas.
__ Me prometiste reparar el grifo del baño, no pienso pasar otra semana escuchando esa fuga por las noches__
Como si fuera una madre regañando a su hijo, se cruzo de brazos y lo miro con seriedad, sabía que a su marido se le habría olvidado eso, tendía a ser bastante descuidado en algunos aspectos del hogar.
Un suspiro de resignación salió de los labios de Giyu mientras se estiraba y comenzaba a deslizarce por la cama hasta al borde. Inmediatamente Sakura se acerco a él y se arrodillo enfrente suyo con una sonrisa ganadora.
__ Me gusta cuando te vuelves un berrinchudo__
__No soy eso__ replicó confundido el chico mientras ella lo abrazaba de la cintura.
Sus ojos fueron directamente al calendario al lado de la cama. La fecha ahí le hizo comprender la actitud tan amorosa de su mujer, no es que no lo fuera siempre, pero reconocía que justamente ese día podía llegar a ser más tranquila y paciente con todos.
Sus brazos la rodearon también y depósito un beso en su coronilla.
__ ¿Necesitas ayuda con eso? __ preguntó la pelirosa una vez se separaron y el se agacho un poco para sacar la protecis de su pierna izquierda de abajo de la cama.
__ No, pero si con el grifo__ sonrió y Sakura rodó los ojos sin perder la sonrisa.
__Nada de eso, tu eres el hombre asique tu lo arreglas__
Le contesto llendo abrir las cortinas para que la luz entrará de una buena vez a la habitación.
La vida les había dado una segunda oportunidad de ser felices. Aquel horrible accidente había quedado en el pasado, pero les habia hecho comprender que la vida no era eterna. Los accidentes pueden suceder en cualquier momento y a cualquier persona, por eso debían disfrutar cada pequeño instante con sus seres queridos.
Sakura odiaba el 14 de febrero porque estuvo a punto de perder al hombre que amaba en esa fecha, pero el 7 de Marzo era su día especial, porque ese día le dieron de alta a su esposo y pudieron celebrar con una hermosa cena en la calidez de su hogar.
__Ya que voy a pasar un largo rato dentro del baño... ¿Porqué no aprovechamos y hacemos algo divertido? __
Para la vecina de alado no fue una sorpresa ver por la ventana y encontrarse a la pelirosa con el rostro de un color rojo tomate mientras le gritaba algo a su marido.
Conociéndolos lo más probable es que Giyu dijera algo lo suficientemente vergonzoso para su esposa.
Y si se lo preguntaron, pues si, este One shot esta conectado con el anterior de Itasaku.
Dedicado a Whilivas.
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Sakuraxharem (Pedidos Cerrados )
FanfictionGracias por todo el apoyo tanto en comentarios como en votos que le han dado a este Sakuraxharem.