Aunque muchos esperaban que mi nuevo nombre sea "Mia Kardashian Bieber" por suerte y desgracia, lo único que hice fue aceptar mi nombre real como una legitima Kardashian. A pesar de las lluvias de criticas que surgieron después, me importo un carajo...
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» Mia Kardashian House » Hidden Hills, CA. |kuwtk off air.
—Entonces el señor Bieber llegó y...
—¿Aja?
Pare en seco junto a Nova, la niñera me miró con una pequeña sonrisa de disculpa.
—Preguntó por usted, y le dije que no podía llevarse a Milán hasta que llegue.
Cuando me disponía a hablar una voz masculina y melódica inundó la habitación.
—Cosa que me encuentro rara ya que creo tener el derecho de llevarme a Milán cuando quiera.
Suspiré girando sobre mis talones, y ahí está, de pie en las escaleras, con una pequeña sonrisa.
—Bieber. —sonreí con notable falsedad. —Que bueno verte...
Antes de que pudiese articular alguna defensa, lo detuve en seco.
—Pero, te recuerdo que en uno de nuestros acuerdos, quedamos que Milán debe tener mi autorización a donde sea que quieras ir.
—Cosa que considero injusta ya que es mi hija y yo puedo llevármela cuando desee.
—Vuelvo y digo que, es tu hija, no un objeto. Me sigue pareciendo bastante justo. —sonreí con ironía, otra vez.
Suspiró. —No hablamos del contrato Mia, hablamos de nuestra hija.
—¿Acaso he insinuado lo contrario?
—Mia. —Justin frotó el puente de su nariz. —Ok, esta bien, ganaste.
Sonreí amplio reconociendo mi victoria. —Siempre. Es que crees tener la razón cuando simplemente no la tienes...
Ahora a quién interrumpieron fue a mi.
—¿Puedo llevarme a Milán ya, o planeas seguir con esto?
—¿Cuándo regresan? —cuestioné, directo al grano.
—Tal vez mañana en la noche. —Rodó sus ojos con fastidio tras mi chasquido de lengua.
—¿Tal vez?
Nova solo nos observa con una pequeña sonrisa un tanto incomoda.
Supongo que a pesar de que está acostumbrada a todo esto, se le hace un poco difícil procesar todo. Gracias a Dios, y hablando de contratos, ella tiene uno de silencio donde no puede decir nada de lo que ve o escucha dentro de esta casa.
Lo bueno de ella es que ha sido una excelente niñera desde que Milan tiene nueve meses.
—Tiene mucho que no ve a mi abuelos, y quiero llevarla a Canadá.
