Emiliano*
-señora, fui especifico al decirle que no la quiero en mi casa, ni en ningún lugar donde yo vaya-le digo molesto.
-¡Eres mi nieto! y tu madre mi hija, tengo derecho a saber donde esta ella y pedirle perdón -comienza a llorar.
-usted, hace mucho tiempo que dejo de ser algo nuestro, desde el día, en el que le dio la espalda a mi madre, ella no quiere verla.
-entiende por favor hijo; te pido perdón, permiteme ver a mi hija-se acerca a mi y se pone de rodillas, suplicando.
-lo siento, pero no es posible; mi madre no quiere verla-la empujo y la dejo llorando en el suelo.
-tú abuelo murió; ella necesita saber que murió arrepentido por lo que hizo, yo estaba ciega, lo lamento, se que le fallé, pero necesito si perdón al menos, para poder vivir en paz.
-lo lamento, solo si mi madre desea verla yo la buscare, por el momento le pido que se marche y no vuelva más, por aquí-le abro la puerta y espero que salga.
Ella se levanta y limpia el rostro lleno de lagrimas, sacude su falda y se para derecha, recoje su bolso y toca su cabello como si se hubiera arruinado el peinado.
-Estoy muy orgullosa de ti hijo mío-me abraza efusivamente, -dile que la amo mucho y lo siento-dice saliendo.
-adios-le respondo secamente y contrariado que me haya abrazado.
Despues de tantos años de nunca buscar a mi madre, regresa como si nada hubiera pasado pidiendo perdón, le dio la espalda cuando yo era pequeño, la lastimo y humillo, y ahora quiere perdón, se que mi madre desea verla, cosa que no impedire, pero igual ella sabe todo lo que sufrimos a causa de eso, yo no le perdono que mi madre haya pasado carencias, pero igual se perfectamente que tarde o temprano mamá querra hablar con ella. Me sirvo un vaso de licor y lo bebo de golpe, ver a aquella mujer que se hace llamar abuela, me ha dejado molesto y cabreado, bebo el líquido y dejo el vaso en la mesa; esa mujer no permitió que me coloque ropa encima, solo estoy en boxer, me toco la cabeza frustrado y recuerdo que tengo a la venadita en la habitación. Suspiro y camino al cuarto donde ella se encuentra durmiendo.
- despierta dormilona, es hora de ir a casa-me subo encima y beso su hombro.
-mmmm....un ratito más hermana-dice ella adormilada
-esta hermana te metera una nalgada en el trasero si no te levantas, anda levantate-le pego una cachetada a su nalga.
-¡auch Bety! ¡te matare! aun es temprano-se levanta de golpe molesta, nota que me estoy riendo y queda roja de la vergüenza cuando se da cuenta donde esta, -lo lamento Lobo, digo emiliano-corrige rapidamente.-pense que estaba en mi casa-dice y se tapa el rostro.
-esta es igual tu casa por ahora-le digo contento y todo el enojo de hace un momento se esfumo.
-¿que hora es? -me pregunta levantandose de golpe, la observo y noto que se ve hermosa recien follada y con el cabello alborotado.
-algo tarde-alcanzo a responderle.
-necesito irme, tengo cosas que hacer, y tareas.
-bien, vamos a bañarnos y te llevo a casa-le propongo, y la tomo de la mano, caminamos hacia el baño.
-¿cuando estaras en tus días?-le pregunto mientras le froto la espalda con la esponja.
-en dos días-me contesta apenada y tensa-¿por que?, esos días no te vere ¿verdad?
-no se-le digo sincero.-¿cuantos días te tarda?
-5 días.
-ok-le digo
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Mi Maestro
RandomNatalia estaba por cumplir 18 años cuando su hermana Betty le regala una sesión de sexo, ahí conoce a Emiliano, un maestro del sexo, el cual le propone enseñarla en lo que él es mejor, el sexo y placer, ella acepta. Y ambos juegan un juego muy p...