Nunca me rendiré

Prólogo

Ash pov

Me encontraba corriendo para llegar a tiempo, había quedado en verme con mi amigo hace como media hora atrás, pero me olvidé por completo.

Si... llegar a tiempo es imposible cuando llevas media hora de retraso...

Pero en fin...

Al menos debería alegrarse porque lo recordé ¿no?

Llegue al lugar del encuentro que era el parque sin aliento.

— ¡Siento mucho llegar tar...! — grité apenas entré, pero caí al suelo por tropezar con alguien — ¡Lo siento! — traté de disculparme con la otra persona aun en el suelo.

— Creí que nunca llegarías — escuché una voz molesta y alcé mi rostro de inmediato.

— ¡Gary! — grité al verlo, el castaño estaba molesto — L-lo siento... me quede dormido — dije en voz baja apenado, en cualquier momento empezaría a molestarme por eso.

Gary me miró y suspiró resignado.

— Ya lo sospechaba — dijo dándome la mano para levantarme del suelo.

— Lo siento — dije disculpándome nuevamente.

— Ya iba a tu casa para sacarte de la cama — dijo mi amigo.

— No es necesario que vayas a mi casa solo para eso... — dije, si iba a mi casa estoy seguro que mi mamá me hubiera regañado aún más por dejarlo plantado en el parque.

Ambos empezamos a caminar por el parque, había muchos niños de nuestra edad y más pequeños jugando, corriendo y divirtiéndose, pero también había adolescentes allí con sus parejas tomados de las manos y actuando de forma muy empalagosa.

Gary y yo empezamos a jugar como cualquier niño de ocho años, en verdad me gusta jugar con él, podíamos pasar horas juntos y nunca me aburría, es más, mi mamá me dejaba salir a jugar con él todo el tiempo que yo quisiera, ya que al ser el nieto del gran y famoso profesor Oak, con él aprendería muchas cosas sobre el mundo de los pokémon.

Aunque no mentiré que al inicio si nos veíamos solo para eso, pero con el pasar del tiempo esa fue la excusa para vernos y jugar siempre ya sea en su casa, en el laboratorio e incluso en el parque.

¡Gary es mi mejor amigo y no lo cambiara por nada ni nadie de este mundo!

Estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta que Gary miraba algo fijamente por lo que tuve curiosidad al saber que algo robo su atención.

— ¿Qué miras? — pregunté curioso.

— Eso — dijo Gary señalando a un chico y una chica en una banca.

— ¿Y por qué? — pregunté sin entender que tenían de interesante para haber robado la atención de Gary.

— Solo mira — dijo mi amigo.

En ese momento vi como el chico acercaba su rostro al de la chica y unían sus labios en un beso.

— Que asco — dije haciendo una mueca de desagrado, no puedo entender que tiene de interesante eso, siempre que digo lo mismo cuando mi mamá ve sus novelas por la televisión ella solo ríe y me dice que eso lo pienso ahora pero cuando sea más grande y conozca a alguien no pensare igual.

Gary volteo a mirarme.

— ¿Piensas eso? — preguntó Gary — Un beso no es algo desagradable — dijo el castaño, al parecer no pensaba igual que yo.

— Si lo es - dije terco — ¿Qué tiene de divertido eso? — pregunté viendo como volvían a hacerlo con notable desagrado en mi rostro.

— No lo sé, pero cuando crezcamos de seguro entenderemos — dijo Gary volviendo a mirarlos.